Dieciocho

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Las cosas nunca salen como deben.

Llevo toda mi vida bajo la misma nube gris en donde lo único que consigo es sucumbirme en la misma miseria de siempre. Desde mis más profundos deseos, lo único que resuena es la constante esperanza de ser feliz, feliz de verdad. Justo cuando creo que estoy, por momentáneo que sea, a punto de conseguirlo, solo me encuentro otra vez cayendo de bruces al mismo frío suelo donde empecé.

Las personas pensarán que todo se debe a lo que tuve que lidiar con Ryan. Sí, me dejó mal lo que pasó entre nosotros, pero yo siempre he podido con este tipo de cosas.

Seamos honestos, la mierda de figuras paternas que tengo son un completo asco. Compartí el mismo techo con dos icebergs la mayor parte de mi vida; un chico con mal carácter no me hará daño. No para siempre.

Sin embargo, Isaac lucía diferente. ¿Será por eso que me afecta el dichoso rumor? No voy a negarlo. Pero me llena de coraje que me tenga que enterar por la sanguijuela de Paige.

Habíamos hablado de exclusividad, de estar solo nosotros dos. Al parecer las promesas son cada vez más vacías según te importe más quién te las diga.

Pero yo no salí de la situación de Ryan para que me sucediera lo mismo por segunda vez. No me van a volver a engañar. Me merezco más que esto.

Qué irónico que, quien mismo me enseñó el valor de esas palabras, ahora sea por el que las uso en su contra.

Me salté las clases que me quedaban, presa del malestar estomacal. Le avisé a Livia que me iría más temprano porque había tenido una "urgencia de chica" y no me sentía del todo bien. Eran mentiras a medias. Pero si le contaba todo, sé muy bien que formaría un escándalo y yo solo necesito tiempo para pensar.

Las palabras dichas en medio del pasillo resuenan en mi cabeza como eco, vacías y pesadas a la vez. Llevo unos cuarenta minutos sentada en la esquina más oscura en The Larks, pero incluso estar sentada aquí me trae dolor de cabeza.

Miro la mesa pegada a la pared no muy lejos de mí; en esa misma mesa nos juntamos por primera vez a estudiar. El resto que le sigue a ese momento podría ser digno de una película.

Estaba tan feliz, a pesar de toda la mierda que hemos pasado los últimos meses. Jamás en mi vida he llegado a intimar tanto con alguien como lo he hecho con Isaac. Y está doliendo directo en el corazón la mínima idea posible de que para él solo fuese un pasatiempo.

He puesto sangre y sudor en toda la mierda de mejorarme como persona y pareja desde que decidimos que íbamos a ser exclusivos, hace no mucho más de un mes. Para él, ¿eso habrá sido nada?

Todo lo que hemos pasado, todo lo que he llorado, reído, sentido o querido a su lado, ¿fue nada?

Tal vez tú eres el problema.

El susurro de la voz en mi cabeza apaga todo pensamiento de coraje, pero la llena de esa amarga frialdad con la que estoy muy familiarizada. Es la voz de mi madre, siempre llegando para recordarme que soy un asco de ser humano, una decepción para ella, la pérdida de tiempo más grande que nunca podrá recuperar.

Su voz es una vieja maldición que me acompaña siempre que menos lo necesito, cada vez que me siento tan miserable que apenas tengo ganas de respirar.

Pero tal vez tiene razón, tal vez yo sea el problema.

El patrón se repite, el sentimiento es el mismo y el final se queda igual. Cambio el escenario, no la situación. Y eso me recuerda a que, por más que lea un libro, el final nunca cambia.

[...]

Cuando llegó la hora de salida en la escuela, me muevo rápido del café, no quiero encontrarme con ningún conocido. A media carretera, el radio inteligente suena, anunciando una llamada de Livia a toda bocina.

Contesto, solo porque sé que se preocupará y formará tremendo escándalo.

—¿Bueno?

—¿Cómo estás? —Su voz está calmada, pero se siente el deje de preocupación en su tono.

—Estoy bien, no te preocupes.

—¿Están tus papás en la casa?

—No lo sé realmente, tampoco me interesa. —Vago por la carretera, sin ningún rumbo en particular ni mucho menos enfocada en el camino, simplemente intentando disipar las nubes de tormenta en mis pensamientos.

—Bueno. —Su voz se pausa, pero vuelve a hablar con cautela.— Oye, Isaac preguntó por ti.

—Oh. —Oh, eso es lo único que tengo que decir.

—Ya veo, al parecer él tampoco sabe que, en efecto, están peleados. —Escucho cautela en su voz, como si intentara regañarme.— La comunicación es buena, Tami. A veces hablar las cosas puede evitar muchos problemas a futuro.

Pero no pude evitar que me molestara la simple suposición. Ella no sabe lo que escuché, ella no ha visto la mitad de las cosas que me ha tocado sufrir y ella jamás sabrá lo que se siente.

—Nos vemos más tarde, Liv.

Corto la llamada y acelero hasta tomar el camino a mi casa. Está, como de costumbre, vacía. Y eso no hace más que enojarme aún más; nadie se detiene un segundo a pensar en cómo me siento, nunca. Ni siquiera las personas que están aquí para brindarme un hogar.

Subo pitada a mi cuarto y me encierro haciendo el mayor ruido para que las dos personas que sé aún están aquí noten mi presencia. Tiro todas mis cosas en mi cama y comienzo a buscar las cosas que voy a usar para bañarme.

Debería calmarme, pero no quiero. Quiero arder conmigo misma por ser tan insufrible e incomprendida. Porque soy caprichosa y egoísta. Porque soy estúpida y dejada. Por solo existir.

Estoy a punto de entrar a la ducha cuando mi teléfono suena. Estoy tan mal acostumbrada a correr a mi teléfono esperando los mensajes de Isaac que tarde me di cuenta que ya estoy leyendo los que recién me envía.

Hace unos veinte minutos que le colgué a Livia, por lo que salió de la escuela hace unos treinta minutos, ¿y ahora, recién, decide hablarme?

Isaac🖤

Hola
3:37 pm

Livia me dijo que te fuiste porque te sentías mal, pero no me dijiste nada.
3:37 pm

¿Estás bien?
3:37 pm

¿Estamos bien?
3:38 pm





—-

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Volví🤗

(Funfact: Tami puede caer mal, recuerden que es una adolescente inmadura e inexperta como demuestra en este capítulo.)

No voy a mentir, estuve inactiva porque me entró un mega bloqueo creativa y no quería escribir mas babosadas de las que ya hago.

Aparte, sentía que la historia no estaba tomando rumbo alguno y mucho menos sentía que a alguien le gustase. Sin embargo, hace poco unas cuantas personas me devolvieron la motivación.

Espero el rumbo de la historia les guste.

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⏰ Última actualización: Jul 03 ⏰

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HOPELESS || Isaac García Donde viven las historias. Descúbrelo ahora