Odio no dejar de pensarte ~ João Félix

Cap. 23

El fin de semana ya llegó a su fin y João y yo nos encontrábamos en el aeropuerto a punto de coger el vuelo de vuelta a casa.

-Bueno nos vamos- Hablé para todos.

-Que os vaya bien el vuelo- Dijo el padre de João.

-Gracias, volveremos lo antes posible- Abracé a mis padres.

-Adiós cariño- Me abrazó Carla.

João también se despidió de sus padres y de los míos y acto seguido pasamos los escaners que nos separaron de nuevo de nuestra familia.

-Te quiero- Soltó de repente João.

-¿A que viene esto?- Reí incrédula.

-Por haberme acompañado a ver a mi madre y haber dejado una semana las clases porque se que son muy importantes para ti-

-Lo haría aún que nos llevasemos mal, sabes que quiero a tu madre como si fuese la mía- Sonreí.

-Lo se, pero ver a Magui me hizo pensar y darme cuenta lo diferentes que sois-

-No quiero hablar sobre esa- Intenté evitar hablar sobre mis sentimientos ya que me costaba expresarlos.

-Lo que quiero decir es que tu me has abierto los ojos y me has hecho darme cuenta de lo que realmente es querer y ser querido. Por eso te quiero, te quiero hoy, te quise ayer y te querré mañana- El silencio invadio el inmenso pasillo y no porque no sintiese nada por él sino porque no sabía cómo expresar la dimensión de mis sentimientos. -No hace falta que digas nada si no lo sientes, estaré esperando el tiempo que haga falta- Se agachó y dejo un corto beso en mis labios.

Yo solo asentí sin palabras para seguir caminando por el aeropuerto hasta la puerta de embarque.

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El vuelo pasó rápido, tampoco es que fuese mucho tiempo. João durmió apoyado en mi hombro y yo solo repasé para los exámenes de las próximas semanas.

Abandonamos el avión y tras coger nuestras maletas salimos encontrándonos con mis amigas y Fermin.

-Hola- Dejé la maleta y salí corriendo a abrazar a los tres.

João cogió mi maleta y caminó hacia nosotros. -Hola- Saludó sonriendo.

-¿Que tal por Portugal?- Preguntó Fermin después de separarnos del abrazo.

-Bien, todo muy diferente- Comentó João.

-Muy bien la verdad- Afirme.

-Me alegro, ¿vamos?- Nos preguntó Fermin.

Ambos dijimos que si y fuimos hasta el parking, donde nos dividimos de nuevo ya que João y yo teníamos allí su coche.

Dejamos las maletas en el maletero y subimos para conducir hasta mí casa, subimos ambos a mi piso donde ya se encontraban los tres del aeropuerto.

-¿Como habéis llegado tan rápido?- Pregunté anonadada.

-Habéis tardado lo suyo en subir las maletas- Dijo Sara provocando mi risa.

-Serás exagerada- Negué riendo.

-Venir que os hemos preparado algo- Nos hizo una señala Maria para entrar al comedor.

Al entrar había una larga mesa con comida y bebida, parecía un cumpleaños. Había demasiada comida para cinco y mi intuición me decía que faltaba gente por llegar.

Y claramente mi intuición no fallo porque antes de preguntar nada sonó el timbre.

-Justo iba a preguntar si faltaba alguien- Reí andando hacia la puerta.

Sara me frenó. -Abro yo-

Asentí para acto seguido sentarme en el sofá y desatar mis bambas para ponerme mis cómodas y calientes capatillas. Ya casi ni sentía los pies.

Segundos después de cambiarme las capatillas entraron los chicos, y alguna que otra mujer. Supongo que parejas de los chicos.

-Hola- Saludé con una sonrisa de oreja a oreja.

Los chicos nos saludaron y me presentaron a las chicas las cuales si eran sus parejas.

Sara nos hizo sentarnos y empezamos a comer mientras hablábamos de lo que había pasado mientras no estábamos aquí.

-¿Y Gavi?- Preguntó João algo extrañado de que no hubiese venido.

-Es verdad, no lo sabéis. Se ha lesionado- Dijo Pedri.

-Debe estar echo polvo- Sabía que el amaba jugar y el hecho de estar lesionado le estaría matando.

-Lo está- Afirmó Fermin.

-Joder pobrecito-

Después de comer todos se fueron poco a poco y el cansancio se apoderó de João y de mi.

-Me voy a ir que estoy reventado- Me informó João.

-Quédate- Le pedí.

El aceptó sin rodeos, sabía que lo iba a hacer.

Me puse una camiseta de João y unos calzoncillos también suyos. El se puso también algo más cómodo y tras meternos en la cama mis ojos empezaron a pesar.

-Gracias de nuevo por acompañarme a Portugal- Dijo acariciando mi cabeza.

-Ya te he dicho que no me las des. Gracias a ti por hablarlo conmigo-

-Si te las doy porque las mereces, me has demostrado mucho en poco tiempo y por eso te quiero- Dejó un beso en mi cabeza.

-Yo también te quiero João- Levanté mi cabeza de su pecho para mirarle a los ojos. Los cuales me miraban con ese brillo tan especial dejándome ver todo el cariño que me tenía.

Acerqué mi rostro al suyo y nos fundimos en un calmado beso.

Tras ese beso volví a apoyar mi cabeza es su pecho y entré sus caricias y el movimiento que hacia su pecho al respirar me quedé profundamente dormida.

Quizás habiran complicaciones en el camino pero juntos solucionariamos lo que fuese.

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