5.3- Superheroína

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Capítulo 5: La chica excéntrica.

Parte 3: Superheroína.

— Laura, ¿Podrías hacerme el favor de llevar estas copias a la sala de maestros?

— Claro, sin problema.

— Muchas gracias.

Laura tomó una gran pila de hojas concedidas por Isabelle.

Seamos sinceros, aunque fue una pregunta, no es como que quisiera decirle que no a Isabelle, Laura prefería cortarse un brazo antes que negarle un encargo a la maestra. Durante su camino se dio cuenta de que la sala de maestros estaba algo lejos del lugar donde quedó de verse con Drako para compartir un momento en la hora del almuerzo, deteniéndose unos segundos para avisarle que llegaría tarde.

"A ver, si no recuerdo mal la sala de maestros estaba por..."

— ¡Te crees la gran cosa tan solo por ser una excéntrica!

— ¡Oh, mírenme! Soy la única chica en toda la Academia que tiene un sucio grimorio a su disposición.

— No eres más que una cobarde.

— Por favor... D-De-Devuélvemelo...

A lo lejos de Laura, se hallaba una pobre e indefensa rubia, de baja estatura, linda nariz y con algunas lágrimas contenidas débilmente, siendo víctima de bullying por un grupito de chicas.

El grupo de chicas miraban por encima del hombro a la pobre chica que se encontraba de rodillas en el pasto, pasándose el dichoso grimorio entre ellas mientras generaban más comentarios ofensivos.

La rubia pidió con timidez, envuelta con miedo, que se le devolviera el grimorio que ha cuidado desde que estableció el pacto de sangre.

Los grimorios son una especie de libros que contienen una gran diversidad de hechizos posibles para que pueda aplicar el portador, de hecho, son muy inusuales a la hora de referirse al tema espiritual. Por lo general, los espíritus suelen proporcionar un arma cuerpo a cuerpo, inclusive algunas son de larga distancia, pero es rara la ocasión en que se generé un grimorio.

No obstante, los grimorios al ser un caso especial, se les conceden a los chicos y chicas con una vasta cantidad de prana dentro de ellos, en otras palabras, a los denominados por la sociedad como "excéntricos".

— Hmph... No es mi problema.

Laura procedió a marcharse y dejar a la rubia por su cuenta, no es como si tuviera la obligación de ayudarla, sin mencionar el hecho de que no la "conoce" en lo absoluto...

— ¿Escucharon eso chicas? Quiere que le devolvamos su estúpido grimorio.

— ¿Qué opinas, Lawrence? Se lo damos o seguimos divirtiéndonos con ella un poco más.

— Tienes razón, Jesse. Que nos limpie los zapatos con la lengua.

— ¡Q-Qu-Qué me lo devuelvas!

En un intento desesperado por recuperar su grimorio, la indefensa rubia se armó de valor y atentó contra la líder del grupo que lo cargaba en sus sucias manos.

¡De pronto esa malnacida había...!

— Ya basta.

...La mano desnuda que terminaría dejando una gran marca roja en el delicado rostro de la rubia tuvo un cambio radical en el instante que Laura apareció. Ella detuvo bruscamente la muñeca de la atacante.

Un hecho que dejó a todas sorprendidas.

Inclusive a Laura, quién por alguna extraña razón volvió para defenderla a pesar de que tiene la manía de no entrometerse en los problemas de personas ajenas.

La oscuridad del dragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora