Capítulo 5: La chica excéntrica.
Parte 1: Condición física.
— E-Espera... Ya... ¡Ya no aguanto más...!
Drako se recargó en sus piernas para tomar aire por un instante, segundos después de eso, inevitablemente, cayó de sentón al suelo con un leve hormigueo circulando por sus piernas.
La respiración del joven era tan pesada que cuando inhalaba y exhalaba le dolía gran parte del pecho; cabe mencionar que la sudadera que vestía no ayudaba en nada, pues esta lo asaba por dentro, esto siendo provocado por no estar adaptado al calor infernal que inundaba Sainbrech.
Al escucharlo, Laura se detuvo un par de pasos más adelantes que él, pero sin dejar de trotar en ningún momento, y aprovechando para revisar sus pulsaciones al mismo tiempo que soltaba una ligera sonrisa.
— ¿Quieres tomar un descanso?
— ¡Por favor...!
Los dos se sentaron en unas bancas de madera situadas en las cercanías; ambos llevaban alrededor de media hora corriendo sin descansar, Drako se mataba por seguirle el paso a Laura, quien no mostraba ni una pizca de cansancio.
A diferencia de Drako, Laura optó por vestir una ropa más cómoda y adecuada para la ocasión, se recorrió el cabello y durante el recorrido siempre se mantuvo precavida sobre su respiración.
El joven se abalanzó sobre la botella de agua que llevaba consigo, poco a poco sentía como sus labios resecos dejaban de serlo, una vez saciada su sed le ofreció un poco de su bebida a Laura, quien estiró su mano para tomarla.
— ¿Sabes que es gracioso? Cuando estábamos chiquitos, yo era la que no podía seguirte el ritmo, nunca creí verte así.
Laura tomó un sorbo antes de seguir manteniendo su sonrisa.
— Te gusta verme sufrir, ¿Verdad? Me alegra muchísimo ver cómo has mejorado después de todos estos años, Laura, pero no creas que me quedaré atrás por siempre, eh.
— Ya lo veremos.
Ambos se sonrieron ante la pequeña rivalidad que se había formado, recordando viejos tiempos donde jugaban en las orillas del lago donde se conocieron, antes de que la situación hiciera que uno de los dos se sonrojará, Laura se levantó.
— ¿Quieres hacer una carrerita?
— Claro, ¿De aquí hasta dónde?
Laura enfocó las locaciones que tenía en frente, designando cual de todas esas podría ser la línea de meta, con una locación en mente, volteó a ver a Drako.
— ¿Qué te parece esa tiendita de la esquina?
— ¡Perfecto! En sus marcas, listos...
Ambos se colocaron en posición de corredor mientras Drako hablaba, antes de poder terminar, Laura se adelantó a sus palabras y comenzó a correr con una risita a la par que afirmaba lo siguiente:
— ¡Fuera! ¡El que pierda invita el desayuno!
Es gracioso ver como la chica que todos consideran inalcanzable y reservada, está pasando por momentos de una chica normal y ordinaria. A veces las desgracias pasan por alguna razón, después de todo, el arcoíris siempre aparece al cesar la tormenta.
— ¿¡Eh!? ¡Espera, tramposa!
No hace falta explicar que Laura ganó la apuesta con diferencia, no necesitaba adelantarse para nada, pero fue gracioso para ella hacerlo. Drako decidió pagar la apuesta, aunque no tenía por qué.
ESTÁS LEYENDO
La oscuridad del dragón
FantasíaLa humanidad estaba a punto de ser extinguida, sin embargo, llegaron a sobrevivir consiguiendo la muerte del Rey Demonio, Lucifer. Dicho suceso le trajo a la humanidad un siglo lleno de paz, en donde aprovecharon para reconstruir, mejorar el mundo y...