Cuarta grieta: crecer entre lobos IV

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Ser padre es complicado, ser hijo también y ser familia el doble.

Supongo que por eso escribo, para encontrar a ese niño y pedirle perdón.

Supongo que por eso él me deja escribir esto.

Porque hablar sobre su crianza es necesario.

Porque hablar del dolor de su niñez es importante.

Y porque hablar de que el primer hombre que me rompió el corazón fue mi padre.

Mi padre no es un mal padre.

Mi padre me dio cuanto tuvo cuando lo tuvo.

Me dio un techo, educación, comida, amor.
Pero de él nunca aprendí nada,
no más que un
"sí, papá, mamá está loca".

Me enseñaron a cuidarlo, respetarlo y a siempre mantenerme callado.

Lo hice con la ceguera de un niño al que le dicen
"este es tu padre y
tienes que amarlo"
y yo así lo hice.

Y lo tengo tan grabado en el pecho
que por eso tengo que decir que
mi padre no es un mal padre.

Mi padre nunca me grito,
nunca me pegó, nunca me hizo daño. Mi padre a día de hoy no es consciente de todo lo que he pasado. Mi padre no entiende porque no lo llamo,
porque no confío en él,
porque yo no quiero volver.

Porque para él,
él nunca hizo nada.
Él nunca trato de loca a mi madre
e hizo que la odiara.
Él nunca la maltrató verbalmente
ni creo una dependencia para que nunca se fuera.

Él nunca estuvo con otras mujeres fuera de casa,
él nunca prefirió a mi abuela
y a su amante antes que a nosotros,

Él nunca me hizo creer que eso que tenía con mi madre era amor
y que a día de hoy yo no pueda enamorarme
sin creer que voy a acabar igual que mi madre.

Yo no puedo ser igual que mi padre. Yo no puedo ser igual que mi madre.

Él cree que un tío me va a venir a romper el corazón
y que yo voy a escribir cientos y ciento de poemas
y poemas de desamor,
cuando ya los tengo
y todos llevan su nombre,
sus nombres.

Pero para todo el mundo
el ya cambió,
él ya se reformó,
¡él es un buen padre!

Y lo es (telojurotelojuro)

Mi padre no es un mal padre,
es un mal hombre.
Mi abuelo no es mal abuelo,
es un mal hombre.
Mi tío no es un mal tío,
es un mal hombre.

¿Y yo?
Yo estoy rodeado de malos hombres.
Mi familia se construyó en base a la sumisión de mujeres
ante sus juicios,
ante sus miradas
y manipulaciones,
ante ellos
y siempre debajo de ellos.

Siempre con la cabeza agachada
y apenas querían alzar la cara les tiraban una cachetada.
Y no tenía que ser física para que doliera en el alma.

A todos los hombres de mi familia.
No me rompió el corazón
vuestro silencio,
vuestra ignorancia,
vuestro machismo,
vuestra violencia
o vuestro dolor.
Me lo rompió vuestra interpretación
de lo que era el amor.

Pero el niño ya creció y desaprendió.

Porque al final,
dentro de todo este
manojo de palabras entrelazadas
en un poema mal hecho,
es solo para no decir y admitir
que abuelo,
tíos,
papá,
no solo eres un mal hombre,
también fuiste un mal padre.

No, no odio a mi padre.

No, no odio a mi madre.

No, no no odio a mi familia.

Odio su silencio refugiado.
Odio sus miradas malintencionadas. Odio sus cuchicheos en la madrugada. Odio sus “debería ser así” puestos en mi cabeza.

Odio sus enseñanzas que se creyeron tanto tanto como para creer que
criarme de esa forma a mi sería buena idea. Odio no darles la responsabilidad que se merecen y no, no soy todo loque soy por mi familia, pero una parte, un niño que duele y que me duele, sí.

Aceptarlo no es señalar con el dedo, es ver el dedo y que cambiemos
de dirección.

—No es buscar culpables ni echar culpas, es dar responsabilidad de
hechos para poder seguir creciendo —dijo el niño mientras se hacía
trenzas, su cabello había crecido un poco más.

—Y los responsables lo saben y te quieren.

—Y aunque no lo hicieran, yo te creo, siempre te he creído.

Si mis lagrimas vinieron después, solo el bosque pudo verlas porque no
me atreví a mirarle.

—Nunca ocultes tus lagrimas ni tu dolor. Si nuestra familia no nos quiere hablar después de leer esto que nos dejen de hablar —me cogió del mentón con sus pequeñas manos, mis ojos brillaban —. No te tienes que avergonzar por mostrarte vulnerable y por mostrar tu verdad.

¡Gracias por leerme!

Me ayudas mucho poniéndole una estrellita y comentando.

El niño que miro a la muerte y le dio un abrazo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora