Tercero grieta: Ser o no ser III

503 75 3
                                    

Una vez un colega me dijo que tendríamos que dejar de hacernos las víctimas y hacer oídos sordos a lo que nos dicen porque así dejarían de molestarnos. Entendí su punto. Sé que en mundo ideal podría hacerlo, pero no estoy en un mundo ideal ni puedo hacerlo. ¿Por qué tendría que hacerlo?

Nadie debería agachar la cabeza y hacer como si nada pasara, hacer oídos sordos a aquello que nos afecta porque no es nuestra culpa ni nuestra responsabilidad hacerlo cuando son otros quienes nos violentan.

—¿Y por que mejor no se callan ellos? —respondí—. ¿Por qué no hacen ellos ojos vacíos hacia nosotros? —seguí.

—Cada quien vive su vida y ya está.

—Creo que no va tanto de dejar vivir su vida a cada quien, va de dejar vivir su vida y ver más allá de nuestro propio hombro, de cargar con que nuestras actitudes y palabras tienen consecuencias y tenemos que asumir nuestra responsabilidad sobre ellas. Sí, todo muy tranquilo avalando aquellos chistes, empujones, miradas rancias, pero así después nos gritan como nos gritan, nos discriminan como nos discriminan, nos matan como nos matan —apoyé mis codos sobre la mesa —. Así después, nos suicidamos como nos suicidamos.

Sentí su escalofrío recorrerme a mi también. Esquivó mi mirada —Joder, Elliot, tampoco te vayas tan lejos.

No, no me voy tan lejos.

No, no siempre se vive para contarlo.

No, no siempre puedes hacer oídos sordos a todo.

No, no siempre basta con aceptarte a ti mismo y seguir.

No, no siempre estás para seguir intentando.

Intentar. Intentar. Intentar.
Mirar al cielo y dejar de llorar,
dejar todo atrás.
Mirar al vacío y ya no poder más.
Querer terminar ya aquel cuento
que no pudiste empezar.

Pero intentar.
Intentar e intentar regresar.
No.
Tus fuerzas ya no están.

Estás enfermo.
Yo conozco un lugar en donde les pueden ayudar.
¿Que acaso no te eduque bien?
Ah, eso es porque te paras juntando con ese grupito de maricones.
Y es que tu lo que necesitas es una buena polla.
¿Y cómo folláis?
Pero a ver ¿tienes coño o rabo?
Yo solo sé que los bisexuales son más propensos a ser infieles.
Cuidado que te me enamores.
A ver cariño que si no tienes pene no eres hombre,
BI- O- LO- GÍA.
¿A que eres gay? Mierda, que desperdicio.
Eres muy bonita para ser lesbiana-
Lo que les pasa a ustedes es que no os elegís.
Okey, ya está, ¿pero por qué sigues maquillándote?
¿No era que querías ser un hombre?
¿Pero si eres un chico trans te tienen que gustar las chicas porque si no para qué hacéis el cambio?
Que pena, vas a morir sola.
Esto es pura moda
¿Quieres ser el hazme reír de la familia?
¿Pero qué hice mal para que me salieras con esto?
¡Desviado!
¡Maricón!
Vas a morir solo y eso si antes no te mueres por el maldito sida.
Y es que prefiero, prefiero tener un hijo asesino antes de tener un hijo maricón.

¡No!

No.

El intentar.
Intentar.
Intentar.

No.

Y poco a poco, poco a poco.
Tan lento, tan doloroso.
Y poco a poco, poco a poco.
El cuento se va acabando.
El cuento se va apagando
y al día siguiente aparece en el telediario:
muchacho transgénero se suicida saltando por un puente.

Cuando la verdad
es que no se suicidó,
lo fueron matando.

¡Gracias por leerme!

Y ya sabéis, comentad, dar a esa estrellita y que llegue a más peñita.

Tened un buen día.

El niño que miro a la muerte y le dio un abrazo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora