»Un sufrimiento... ¿Satisfactorio?

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-"Kishumi..."

No hubo respuesta.

-"Kishumi."

De nuevo, hubo silencio.

-"¡KISHUMI!"

Esta vez, la pelirroja se levantó alarmada mientras pegaba un pequeño grito del susto. Estaba durmiendo tán plácidamente que por un momento se había olvidado de en dónde estaba, con quién estaba, y por qué estaba ahí.

-"¿Q-qué...? ¿Qué pasa?..." - Pregunta Kishumi somnolienta mientras bostezaba intentando espantar al sueño.

-"Tic Tac~ Es la una de la madrugada. A esta hora iniciarán nuestras experimentaciones." - Susurró Shalnark con ternura y diversión a la vez.

La menor entrecierra los ojos mientras arquea una ceja en confusión. ¿Esto es en serio?, ¿De verdad vino solo a levantarla para informarle eso? La respuesta, es que no. Él no fue a informarle. Fue a buscarla para dar inicio a su primera sesión.

Cambiando de un tono dulce y adorable a uno más siniestro, el rubio agarra a Kishumi de sus cabellos mientras posiciona su otra mano en la boca de esta misma, así, para arrastrarla hacia la habitación en dónde aquellas pruebas se llevarían a cabo, evitando que ella hiciera cualquier ruido y manteniendo el ambiente aparentemente tranquilo.

Una vez en aquél lugar, Shalnark arroja a Kishumi en una silla mientras se dirige hacia una mesa. - "¿Sabes?, este lugar es de Feitan y lo usa para sus torturas, pero lo tomaré prestado para nuestras sesiones. Es cómodo, silencioso y tranquilo..." - Menciona el hombre con aquella radiante sonrisa que siempre porta en sus labios.

Kishumi no se atrevió a decir nada, solo asintió en señal de entendimiento para indicar que le seguía el paso a su acompañante. Una pequeña gota de sudor frío corre por su frente mientras observa a aquel rubio acercarse a ella, cuando una de sus manos se acerca a las mejillas de la pelirroja y las aprieta con fuerza moviendo su cabeza de un lado al otro. El rubio observaba con detenimiento y atención a la pequeña chica mientras aún sacudía la cabeza de esta misma y una pequeña risa resonaba por toda la habitación, dejando un largo y sonoro eco.

-"No tengas miedo, ¿sí? no va a doler... ¡Es más! ni siquiera recordarás que fue lo que pasó durante el tiempo que te estuve controlando." - Menciona Shalnark aún sosteniendo las mejillas de Kishumi con fuerza, pero al mismo tiempo, agachándose para quedar a pocos centímetros al rostro de Kishumi.

Sus suspiros se combinaban por la cercanía de ambos rostros, provocando gran nerviosismo dentro de Kishumi, haciendo que aquellas respiraciones quedaran en descoordinación por la rapidez en la que Kishumi respiraba. Sus mejillas se tiñeron de un rojo carmesí mientras Shalnark aún estaba ahí cerca.

El ojiverde podía sentir la calidez de las mejillas de la menor en su mano, así que este echa una silenciosa carcajada mientras observaba la reacción de Kishumi qué, a su parecer, era bastante divertida.

Shalnark se levanta y saca una antena de su bolsillo. - "Bien, necesito que te quedes algo quieta. Sentirás un pequeño pinchazo en el brazo pero no será para tanto... piensa cómo si te picara uno de esos molestos mosquitos." - Menciona el rubio mientras mostraba aquella antena que... bueno estéticamente se veía bien, si Kishumi iba a morir, lo haría con estilo.

El ojiverde acerca su antena al brazo de la asustada pelirroja qué, en reacción, alejó su brazo abruptamente mientras respiraba pesadamente y más gotas de sudor bajaban por su rostro. Todo su cuerpo temblaba en temor, los ojos color avellana de Kishumi reflejaban miedo, y su oxígeno poco a poco se iba agotando.

La mirada de Shalnark se oscureció y sus labios ya no mostraban aquella tierna sonrisa. No estaba enojado ni furioso, solo se molestó un poco al ser interrumpido cuando todo parecía ir bien.

Mi marioneta personal || Shalnark & OcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora