»Pérdidas

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La noche era joven y hacía un viento fresco, lástima que esto se haya visto opacado por lo que estaba ocurriendo ahora mismo, una masacre.

Kishumi respiraba pesadamente mientras seguía observando a su contrario. Esta iba a tocar los hombros del joven, pero al recordar que su habilidad aún seguía activa, retrocedió un poco y decidió guardar distancia. No obstante, la pelirroja se lleva sus manos hacia su cabello y empieza a rascarse de manera preocupada.

-"¡¿Q-qué carajos estás haciendo aquí?! Esto es muy peligroso ¡¿acaso no ves lo que está pasando?!"

El joven se sintió extrañado por la preocupación de su hermana. Nunca la había visto ponerse así por algún miembro de la familia. Al fin y al cabo siempre estuvo sometida en sus estudios y rara vez se le veía conversando con alguien. Sin embargo, Kishimoto solo sintió alivio de que esta se preocupara por él.

-"Bueee, ¿ni siquiera un "cuanto tiempo, hermanito"?" - Burló irónicamente mientras observaba con cariño a la pelirroja. - "Estoy aquí porque los diez dones me contrataron... No te preocupes, padre y madre estuvieron de acuerdo con esto." - Aclaró con una mirada inocente.

-"¡¿Que los diez dones hicieron QUÉ?!" - Exclamó. Entrando en razón ella intenta calmarse, no quería ser escuchada por algún miembro de la brigada y si estos se percatan de la presencia de su hermano, sería el fin de ambos. - "Escucha. Debes irte ya mismo, aquí está-" - Intenta advertir la pelirroja pero esta fue interrumpida.

-"Sí, sí... La brigada fantasma está por estos lares, ¿Por qué crees que estoy aquí?" - Suspiró mientras hacía caso omiso a las advertencias de su contraria. - "Por cierto, no has respondido mi pregunta, ¿TÚ qué haces aquí? ¿No se supone que deberías estar buscando tu licencia de cazador? O bueno, eso dijo la nota que dejaste."

El corazón de la hechicera latía con fuerza. Estaba sumamente nerviosa y estresada, no sabía como reaccionar o contestar ante aquella situación. Quería vomitar, toda esta situación le daba arcadas.

La mayor (al estar en presencia de su hermano menor) tomó valentía y tragó saliva mientras observaba al joven. - "Yo... Yo ya conseguí mi licencia de cazador" - Rió nerviosa mientras rascaba su cabeza.

-"¡¿D-de verdad?! ¿Te fue difícil conseguirla?"

-"(Muchas preguntas...)" - Pensó la pelirroja mientras sus mejillas se tornaban de un rojo pálido. Lo único que ella quería era que su hermano se fuera sano y salvo, nunca se perdonaría que este saliera lastimado por su culpa.

A pesar de que esta siempre consideró a ambos hermanos suyos cómo "rivales", siempre se preocupó por ellos y siempre los apoyó en todo, claro, exceptuando su principal objetivo... Un poco egoísta de su parte.

Por otro lado, Shalnark estaba un poco a las afueras de las calles, o por lo menos eso trataba. Este simplemente se concentraba en escoger a una persona y controlarla con su habilidad nen, fácil y sencillo, jugaría con su víctima cómo si fuera un videojuego de disparos.

Este la estaba pasando bien hasta que en un momento la persona que estaba controlando murió, haciendo que se volviera inservible y aburrida. - "Awww, ¿Otra vez? Si tan sólo hubiera alguien que no muriera tan fácilmente... No espera, ¡sí la hay!" - Exclamó mientras su mente recordaba a cierta personita que le sería de bastante utilidad para este momento.

 No espera, ¡sí la hay!" - Exclamó mientras su mente recordaba a cierta personita que le sería de bastante utilidad para este momento

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Mi marioneta personal || Shalnark & OcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora