Los chicos comenzaron a crear una señal de SOS con todos los objetos que pudieron encontrar en la azotea. Nam Ra y yo nos unimos al esfuerzo, pero en un momento dado, la llevé a un lugar apartado para poder hablar tranquilamente con ella y entender lo que había sucedido con Gwi Nam y cómo fue que la mordieron. Nos sentamos en el borde de la azotea, observando cómo los zombis deambulaban por el campus a continuación.
—Fue cuando estábamos construyendo la barricada —comentó Nam Ra, con una expresión sombría en su rostro—
—¿Y por qué no lo mencionaste antes? —inquirí, sintiendo una mezcla de preocupación y confusión—
—No lo vi necesario en ese momento. Tenía la intención de irme en cuanto ustedes subieran a la azotea.
—¿Te habrías ido sin decírmelo siquiera? —mis ojos comenzaron a arder y se llenaron de lágrimas—
Nam Ra alzó la mirada y vio el brillo de las lágrimas a punto de derramarse. Colocó una mano sobre la mía, reconfortante.
—No habrías permitido que me fuera, Hanni. Además, ya has sufrido suficiente.
—Pero habría sufrido aún más al no tenerte con nosotros —confesé, con un nudo en la garganta.
Nam Ra se acerca a mí y me abraza con ternura, y yo correspondo su gesto, hundiéndome en su cuello en busca de consuelo.
—Lo siento mucho —se disculpa con sinceridad—
—Te perdonaré si me prometes que nunca más lo harás —me separo de ella y levanto mi meñique en el aire—. Y si alguna vez lo piensas, quiero estar a tu lado.
Ella asiente con determinación, y juntamos nuestros meñiques y pulgares en un pacto silencioso. Luego, nos abrazamos de nuevo
—¡Chicas! —volteamos detrás de nosotras al escuchar la voz de Su Hyeok, quien se acercaba corriendo hacia nosotras—
—Aún no me cuentas lo que pasó entre ustedes dos —reclama Nam Ra, con un gesto de curiosidad en su rostro—
—Será en otro momento, Nam —respondo, con una sonrisa en mis labios—
—¿Qué hacen ahí? Se pueden caer —interviene Su Hyeok antes de que pudiéramos responder, ayudando a Nam Ra a bajar de la orilla del balcón y luego a mí—
Pone sus manos con cuidado en mis caderas y me carga con suavidad.
—Tengan cuidado, podrían tener un accidente —nos advierte con preocupación.
Me parecía adorable y reconfortante ver cómo se preocupaba por nosotros. Cada vez me gustaba más su atención y cuidado.
—No tienes por qué preocuparte, Su Su. Sabemos cuidarnos —le aseguré con una sonrisa tranquilizadora.
—Sí, pero... —se detuvo por unos momentos, sin apartar la mirada de mí—
—¿Qué pasa? —pregunté, notando su expresión pensativa—
—¿Su Su? —repitió, con un tono de sorpresa—
Siempre había imaginado cómo sería el apodo de mi pareja. No quería algo típico como "Amor", "Cariño" o "Corazón". Quería algo más único, algo que solo nosotros usaríamos. Así que se me ocurrió "Su Su".
—¿No te gusta? —pregunté, sintiéndome un poco insegura—
—¡Me encanta! Solo que suena como si estuvieras llamando a un perro. "Su Su, ven aquí" —comenzó a mover las manos como si estuviera llamando a un perro—
No pude contener la risa ante su comentario, pero tenía razón. El apodo que había elegido parecía más adecuado para un perro que para él.
—¡Vice! —Dae Su se acerca a nosotros—. ¿Qué significa "SOS"?
—Hmm... creo que es "Save our Souls" —Dae Su me mira con una expresión de desconcierto—. Significa "Salvad nuestras almas".
—¡Oh, ya veo! ¡Si significa algo, On Jo! —exclama emocionado mientras se dirige hacia On Jo—
—¿En serio significa eso? —pregunta Su Hyeok, con una mueca de incredulidad—
—¡Claro que sí! —respondí—. Es un mensaje de ayuda universal.
—¡Qué inteligente es mi novia! —Su Hyeok pone sus manos en mi rostro y en un movimiento suave une sus labios con los míos—
El beso de Su Hyeok me tomó por sorpresa, pero no me detuve a corresponderlo. Aunque me sentía un poco extraña al besar a Su Hyeok, era la primera vez que besaba a alguien y me preocupaba no estar haciéndolo bien. Además, él es la persona que me gusta, y nunca imaginé que llegaríamos a este punto.
—¡Dejen de comer frente a los pobres y ayúdenos! —grita Dae Su—
"¡Qué vergüenza!"
Los chicos nos miran por unos minutos antes de continuar con lo suyo. Mis mejillas arden de la vergüenza.
Su Hyeok entrelaza su mano con la mía, y juntos nos unimos al grupo. Intentan encender una fogata frotando un palo de madera para generar fuego.
On Jo es la primera en intentarlo, pero fracasa y pasa el palo a Joon Young, quien se rinde después de unos minutos debido al dolor en su mano. Luego, Dae Su insiste tercamente, convencido de que frotar más lento hará que salga fuego, lo cual es incorrecto.
Después es el turno de Woo Jin.
—¿Es eso humo? —pregunta Dae Su al ver que comienza a salir humo gris—
Su Hyeok aparta a Woo Jin y sopla para intensificar el humo, pero termina apagándolo.
—Déjenme intentarlo.
Coloco mis manos alrededor del palo y lo froto con fuerza de un lado a otro, lo cual resulta agotador.
—Hanni —la voz de Nam Ra me hace detenerme y la miro. Ella me ofrece un encendedor—, usa esto.
La iba a matar. Había tenido el encendedor todo este tiempo y decide dárnoslo ahora. Tomo el encendedor y enciendo la madera. Finalmente tenemos fuego, lo que facilitará que nos rescaten. Y la noche ya no sería tan fría, íbamos a tener un poco de calor lo cual iba a ser reconfortante.
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Mal Momento - 𝐿𝑒𝑒 𝑆𝑢-ℎ𝑦𝑒𝑜𝑘
FanfictionEsᴛᴀᴍᴏs ᴍᴜᴇʀᴛᴏs - 𝐿𝑒𝑒 𝑆𝑢-ℎ𝑦𝑒𝑜𝑘 Un virus que hace a las personas más agresivas se propaga por la ciudad, infectando a estudiantes, niños, ancianos, etc. A todo clase de seres vivos. Un grupo de adolescentes intentan sobrevivir al virus espe...