Capítulo 24

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En ese instante, él se volvió hacia mí y me rodeó con fuerza en un abrazo. Correspondí al gesto, tratando de transmitirle algo de consuelo en medio de su desilusión.

Nos quedamos así por unos minutos, hasta que un quejido rompió el silencio. Giramos hacia el sonido y vimos a alguien sujetando a On Jo.

— ¡On Jo! —exclamó Cheong San, corriendo hacia él con rapidez—

Antes de que Cheong San pudiera alcanzar a On Jo, el individuo que lo sujetaba se volteó bruscamente y lo arrojó al suelo con fuerza. On Jo se levantó rápidamente e intentó liberarse del agarre del sujeto, pero este lo lanzó con violencia hacia atrás.

En ese instante, Su Hyeok corrió hacia ellos y propinó una patada al agresor, logrando apartarlo de Cheong San con éxito.

Me apresuré a acercarme a Cheong San y lo ayudé a levantarse, preocupada por su estado. Revisé su ojo, que estaba enrojecido e hinchado, apenas podía abrirlo.

Mientras tanto, Su Hyeok y el sujeto continuaban su enfrentamiento, con el sonido de los golpes resonando entre ellos. En un momento crítico, Su Hyeok logró agarrar al individuo por la cintura, pero este aprovechó la oportunidad para contraatacar, golpeando repetidamente la espalda de Su Hyeok con fuerza. Mientras Su Hyeok luchaba por mantener su agarre.

Finalmente, el desconocido logró liberarse y le propinó una patada devastadora en el estómago de Su Hyeok, haciendo que se estrellara violentamente contra unas sillas.

— ¡Su Hyeok! —exclamé, corriendo hacia él con el corazón en un puño.

Me arrodillé junto a Su Hyeok, sintiendo una oleada de preocupación recorrerme mientras observaba su estado. Lo vi luchando por levantarse, pero sus movimientos eran lentos y parecía estar herido y exhausto por el brutal ataque del desconocido.

— ¿Estás bien? —pregunté, colocando una mano en su hombro con gesto preocupado.

Asintió débilmente mientras luchaba por incorporarse del suelo. Rápidamente, me acerqué para ofrecerle mi ayuda, y con cuidado lo ayudé a apoyarse en mí hasta que logramos que se levantara.

—¿Quiénes son ustedes? —preguntó el sujeto, visiblemente confundido—

— ¿Quién eres tú? ¿Eres del Club de los Corazones? —intervino Dae Su—

—Soy yo. Yo. ¿No saben? —su voz estaba llena de frustración—. Aah, qué mierda. ¿No me reconocen?

—Yo sí. Y lo dije muchas veces. Solo eras un lacayo —respondió Cheong San con desdén—

Dirigí mi mirada hacia el sujeto. Estaba cubierto de sangre y llevaba puesta una sudadera del Club de los Corazones. Al observarlo detenidamente, reconocí su rostro.

Gwi Nam. Pensé que nos dejaría en paz después de que Nam Ra lo arrojara desde las escaleras.

—Atrévete a llamarme así una vez más, y te mato —gruñó Gwi Nam, lleno de rabia—

—Nunca fuiste un bravucón ni un buen estudiante. Y mírate ahora, no eres un zombi ni un humano. Tanto entonces como ahora. No eres nada —replicó Cheong San con determinación—

—No solo te voy a matar. También te arrancaré los ojos y se los daré a los zombis para que se los coman. Sí. —Gwi Nam escudriñó a todos los presentes—. Todos pueden huir, menos Cheong San. Si no quieren terminar como él.

Gwi Nam se disponía a acercarse a Cheong San, pero se detuvo al ver cómo los chicos se posicionaban frente a él como una barrera, listos para pelear para proteger a su amigo.

Mal Momento - 𝐿𝑒𝑒 𝑆𝑢-ℎ𝑦𝑒𝑜𝑘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora