August

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El aire salado inundaba de manera poética toda la costa, vivir al lado del mar era una verdadera suerte para alguien como Chiara que tanto amaba el océano, el agua salada, la arena y el sol.
Sin embargo, hacía días que no salía de su cuarto y se había encerrado con su guitarra, su libreta y sus acordes favoritos.

Dos golpes en su puerta interrumpieron la creación musical masoquista que solo la estaba hundiendo más en el dolor.
"I don't want ANY food" Su hermano había estado yendo de manera recurrente a comprobar el estado de Chiara.
Él era el único de su familia que sabía lo que había ocurrido, era el único que entendía el porque de la felicidad de su hermana en Agosto, y porque Septiembre la estaba golpeando de manera cruel.

"I don't have food, relax" La voz no era la de su hermano así que abrió la puerta para encontrarse con su mejor amigo.
"Martin" Murmuró sorprendida de verle allí, le dejo pasar y volvió a su cama y a su guitarra.
"Me han dicho que estás deprimida" Comentó el chico cerrando la puerta tras de si y mirando el panorama.
Estaba claro que aquella habitación no era la de una persona estable mentalmente.

"No estoy deprimida" Mintió cerrando su libreta por si esta misma le delataba, era el más puro reflejo de la depresión.
"Tu cara no dice lo mismo, y se porque es" El chico era demasiado listo como para no saber lo que pasaba por la mente de la morena.
"Claro que sabes lo que es, y estoy harta" Suspiró Chiara pasándose las manos por el pelo desordenado.

"Keeks... tienes que dejarlo ir, no va a volver" La morena le miró con el ceño fruncido y sintió que aquello se le clavaba directamente en el pecho. "Muchas gracias Martin, es exactamente lo que necesitaba escuchar" Ironizó dejando la guitarra a un lado y dibujando cosas random en su libreta.

"Perdón, pero sabías que se iba... lo sabias desde que la conociste. Tuviste tiempo para mentalizarte" Intentó hacerle reflexionar, Chiara negó pues realmente el tiempo había pasado volando, se le había escapado de entre los dedos y se había evaporado como si de una botella de vino se tratase.

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Chiara no se esperaba que aquella noche fuese a tomar un rumbo tan paralelo a lo que tenía en mente cuando empezó a servir las primeras copas en aquel chiringuito.
Su compañera Denna estaba algo distraída ligando con un chico desde bien temprano, apenas eran las nueve y ya había encontrado un objetivo claro.

"Denna porfi" Pidió con la mirada al verla enfrascada en una conversación que la privaba de atender al resto de clientes que se iban amontonando.
"Voy voy, perdón" Se disculpó antes de darle su número de teléfono a aquel moreno de ojos verdosos.
"Siempre estás igual tú eh..." Sonrió la morena mientras abría un par de cervezas fresquitas para unas chicas de la barra.
"Bueno... Tengo un talento natural, déjame" Carcajeó mientras atendía a otro chico.

Pronto el chiringuito se comenzó a llenar de gente que había acabado de cenar y quería tomar el digestivo, o quizá calentar para más tarde llevar la fiesta a un club.
Era Viernes y el lugar estaba a rebosar, Chiara no daba a basto poniendo cócteles, copas y cervezas.

Vio entre la multitud que se amontonaba en la barra como un hombre trataba de llamar su atención colándose a una chica que llevaba allí un rato ya.
"Morena, cuando puedas" Habló el hombre mientras Chiara cogía un billete de una chica que había atendido.
"Va ella antes, déjala pasar" Chiara señaló a la chica que apenas podía ver por la altura del hombre que, resignado, se echó hacia atrás.

Apareció una chica pelirroja de melena corta, destacaba por su belleza eso seguro, y Chiara no fue la única que lo pensaba en aquel lugar. "Dime" Acercó su cabeza a la chica para que pudiese decirle el pedido sin tener que dejarse la voz gritando por encima de la música.
"Gracias por tenerme en cuenta" Sonrió la chica en el oído de Chiara, tenía un acento andaluz suave y su voz era aterciopelada.

Confía - One Shots KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora