Confía - One Shots Kivi

Must have been the wind II

"Que te ha pasado?" Chiara dejó de atender a las cartas de su buzón en cuanto aquella voz interrumpió sus pensamientos.
"A mí?" Se extrañó por la pregunta mientras se daba la vuelta para encontrarse con la pelirroja. Violeta se señaló su propia ceja y Chiara se acordó del golpe, se miró en el espejo del portal y se encogió de hombros.

"El otro día me crucé con un chico en el ascensor y me dio con la puerta" Comentó con una mueca mientras veía a la chica acercarse. Violeta posó una mano sobre el rostro de Chiara y se acercó para comprobar la gravedad de la herida. "Quién?" Se interesó acariciando la zona con mucha suavidad para no hacer daño a la morena. "No sé, no le conozco" Se encogió de hombros Chiara sin querer darle una descripción de su novio.

"Estás bien? Fuiste al hospital?" No se esperaba aquel interés en ella, así que lo agradeció con una sonrisa amable.
"Estoy bien, tranquila. Me curó Denna que es enfermera" Informó para su tranquilidad, Violeta rompió el contacto cuando se percató de que había estado demasiados segundos con la mano en su mejilla.

"Te ayudo?" Se ofreció Chiara al ver que la pelirroja venía cargada con algunas bolsas de la compra. "No hace..." Antes de poder negarse, Chiara ya le había quitado el peso de un par de bolsas y las llevaba como si fuesen plumas. "Vienes de la compra?" Preguntó con una sonrisa mientras apretaba el botón del ascensor. "Si, no quedaba casi nada en casa" Confesó la pelirroja mirando con una sonrisa a Chiara mientras esperaban.

"Yo tengo que ir también hoy, sino Denna me matará" Se acordó Chiara agradeciendo haberse cruzado con ella, sino se le habría olvidado por completo. "Estás encargada de la compra tu?" Preguntó mientras entrábamos al cubículo. "Si, aunque me da una lista cerrada porque sino me disperso" Confesó con una pequeña risa, Violeta pensó que era adorable.

"Te pones a coger chuches como los niños pequeños?" Bromeó Violeta mientras llegaban al piso de la pelirroja."Más bien chocolate, pero si. Me tiene que parar los pies" Admitió mientras le abría la puerta a Violeta para que pasase, aquellos gestos eran un mundo para la pelirroja.

Violeta dudó de si abrir la puerta o no, no quería quedar mal con la morena pero tampoco quería dejarla entrar en casa, no era la mejor de las ideas.
Sin embargo, no pudo negarse cuando vio a Chiara cargando sus bolsas con una sonrisa amablemente, siguiéndola por el pasillo.

Suspiró rezando porque no hubiese ningún inconveniente, pasar aquello rápido y sin problema. Abrió la puerta con muchos nervios y dejó entrar hasta la cocina a Chiara.
La morena se fijó en lo oscura que se veía esa casa, apenas tenía decoración y le faltaba mucho color.

"Donde las dejo?" Preguntó educadamente mientras Violeta dejaba las suyas en la mesa. "Aquí mismo, muchas gracias" Agradeció aquel gesto abrazando rápidamente a Chiara que aceptó el abrazo con una sonrisa.
"Quieres... un café?" Preguntó al ver que no había nadie en casa, pudo respirar algo más tranquila. "Vale" Aceptó la morena mientras se apartaba de la encimera para dejar sitio a los movimientos de Violeta.

"Siéntate si quieres" Ofreció apoyando una mano sobre su hombro al notarla un poco tensa. Chiara obedeció y se quedó quieta observando el lugar curiosa, pensó que a la pelirroja no le pegaba aquel ambiente tan hostil. Violeta se percató y carraspeó mientras hacía un par de cafés.
"Está un poco desordenado todo, perdona" Comentó al verla mirar hacia el salón unos segundos, había un par de mantas en el sofá pero nada demasiado desordenado.

"Uff, esto no es nada comparado con mis cosas... soy mucho más desastre" La consoló con una sonrisa amable que Violeta agradeció. "No estaba tan mal el día que fui" Quitó importancia la chica mientras ponía la cafetera en el fuego, se apoyó sobre la encimera esperando. "Tuviste suerte, suelo dejarlo todo por ahí tirado cuando me da la vena" Admitió Chiara haciendo una mueca graciosa.