Confía

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No fue el mejor comienzo de día para Chiara, que, tras haber quedado dormida entre los brazos de su novia, despertaba sintiendo su ausencia y el frió en la habitación. Frunció el ceño de inmediato buscándola por la habitación del hotel, e incluso pensó que estaría en el baño, pero la luz estaba totalmente apagada.

Revisó su teléfono en busca de alguna explicación ante aquella desaparición repentina, Violeta sabía lo mucho que le gustaba a Chiara el despertar juntas, los mimos matutinos y el desayunar en frío por haberse enredado entre las sábanas.

Se puso una camiseta que robó de la maleta de su novia y cogió el primer tanga que encontró limpio. Se asomó al pasillo buscando algún pelo rojizo, pero no encontró ni un alma en aquel hotel.

Que es esto de despertarme sin ti? Y porque no me gusta ni un pelo?

Se metió en la ducha tras mandar aquel mensaje, iba a necesitar limpiar los restos del sudor que habían emanado tras la noche anterior. No en lo que se refiere al sexo, sino al concierto que habían dado, el primero en Madrid, frente a miles de personas.

Chiara intentó no ponerse triste por la ausencia de Violeta, pero era bien sabido por su novia, que a la morena le encantaba despertar juntas, y que últimamente estaba algo más sensible que de costumbre.
Así que cuando salió, y Violeta aún no estaba por allí, ni había respondido su mensaje, Chiara puso un puchero inamovible y se tumbó en la cama con el pelo aún mojado, y el albornoz.
Con los ojos cerrados, dramatizando en su propio disgusto.

Ni siquiera escuchó la puerta abrirse ni se percató de que Violeta la miraba preocupada, sin entender que hacía tumbada boca arriba, con el albornoz, los ojos cerrados, y un puchero en los labios.

"Kiki? Que haces? Estás bien?" Preguntó acercándose con una sonrisa. "Todo lo bien que se puede estar cuando tú novia te abandona en la cama por la mañana" Dramatizó la menor sin borrar el puchero y sin abrir los ojos. "Amor" Murmuró Violeta sentándose a su lado con una sonrisa, no podía con tanta ternura. "Si no me quieres puedes decirlo" Bromeó en su drama Chiara haciendo reír levemente a la pelirroja.

"Abre los ojos, Kiki. Mírame" Pidió acariciando los mechones de su pelo empapado. Pensó en que la cama se estaba mojando, pero no era el momento de ponerse en modo madre responsable.
"Quieres que te vea partir? No podré aguantarlo" Dramatizó aún más Chiara, ya con una leve sonrisa por su teatrillo.
Violeta soltó una carcajada y se acercó a darle un beso en los labios, deshaciendo aquel puchero casi de inmediato.

"Open the eyes" Le ordenó casi mientras acariciaba su mejilla. Chiara los abrió de una vez. Pensó que podría ver el rostro de su hermosa novia, aquellos ojos marrones intensos, aquellos labios gruesos y ese hoyuelo que la traía loca de hacía meses.
Sin embargo, lo que vio fue un ramo de flores, tapando todo aquello.

"Vio?" Sonrió Chiara mirando aquel espectáculo de colores, eran totalmente preciosas. "Feliz día del orgullo, Kiki" Sonrió Violeta asomándose por un lateral.
Chiara pudo reconocer con facilidad la gama de colores de los tulipanes, que formaban una perfecta bandera lésbica.
"Son para mí?" Abrió los ojos y la boca emocionada, eran realmente hermosos.
"Para ti, para quien sino? Quién es mi lesbiana?" Sonrió Violeta entregándole el ramo con una sonrisa.

Chiara lo cogió con lágrimas de emoción en los ojos, que Violeta limpió con suavidad.
"He tenido que ir a por ellos pronto porque los tenía encargados, sino sabes que jamás me iría sin ti de la cama" Explicó Violeta para apaciguar el drama de la mente de su novia, que ya había desaparecido.
"Eres perfecta" Suspiró Chiara dejando el ramo en una cómoda para lanzarse a besar a su novia. "Thank you" Murmuró abrazándola contra el colchón.

Confía - One Shots KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora