𝚁𝙾𝙼𝙼𝙸𝙴 𝙰𝙻𝙵𝙰 - [𝚈𝙾𝙾𝙽𝙼𝙸𝙽]

Capítulo 2

Yoongi salió de su clase con un terrible dolor de cabeza. Odiaba bastante cuando el profesor extendía las horas para darles charlas "motivacionales".

Atravesó los grandes pasillos de la universidad entre todos los alumnos.

Odiaba decirlo, pero su padre tenía razón. Tal vez si se hubiera inscrito en la universidad inmediatamente saliendo de él colegio, ya hubiera estado fuera de todo eso. Pero no... tuvo que hacerle caso a su instinto parrandero.

Su padre siempre le discutía diciendo que ya debía asentar cabeza, que ya era un adulto y que muy pronto buscará una manera de tener un Omega para formar una familia. ¡Y una mierda...!

Nunca en su vida había conocido ningún Omega que quisiera algo "serio" todos con lo que ha estado se le han entregado fácil por una noche y nada más, y él no iba a ser quien para negarse.

Él les daba placer, ellos a él y todos felices.

Era muy extraño, porque a su edad se suponía que debería presentir que su Omega estaba cerca, pero no, no ha pasado nada.

Aunque... desde ayer experimento una horrible punzada en el pecho, cosa que no era normal en él.

Decidió ignorarlo, probablemente sería el tomar tanto alcohol y fumar ya le estaban pudriendo el sistema.

Entró al apartamento que compartía con su mejor amigo, cerró la puerta y arrojó la mochila a algún lado.
Lo único que quería hacer ahora era echarse a dormir y no despertar hasta el día de su graduación.

Subió a su habitación, se despojó de la ropa y se colocó sólo un pantalón deportivo negro. Se echó a la cama boca abajo y cerró los ojos.

Estuvo en esa posición varios segundos, regularizado su respiración. Pero algo en él se sentía incómodo.

No podía conciliar el sueño.

Se levantó frustrado. Tal vez un poco de leche tibia lo ayudaría a dormir.

Pero había un detalle.

Él no sabía prender la estufa y Jimin no estaba.

Pero bueno, había que improvisar.

Se levantó de la cama y se dirigió a la cocina completamente confiado.

Escuchó que alguien tocaba el timbre y gruño con disgusto. Se dirigió hacia la puerta ¿Quién diablos se atrevía a molestarlo después de clases?

Él siempre les decía a sus amigos que todo lo que tenían que decirle se lo dijeran en horas de universidad, que después de que se encierre en su habitación, no quería que nadie lo jodiera.

Su expresión se puso atemorizante y lleno de disgusto. Sentía que su corazón bombeaba más rápido.

—¡Hola, mi amor! — Saludó su madre contenta mientras acortaba la distancia y lo estrechaba en sus brazos. El respondió sonriendo de medio lado y abrazándola.

—¿Qué hacen aquí? —Su madre se separó de él con el entrecejo arrugado por el tono de voz duro con que este habló. Ella abrió la boca para responder, pero su padre se adelantó.

—¿Podemos pasar? —Dijo, quien mantenían un semblante serio.

—Por supuesto... —Se hizo a un lado permitiendo que los dos adultos ingresarán a la casa.

Notó como su padre estudiaba cada rincón del apartamento con disgusto. Temía por qué estaría ahí, bueno, tenía una idea que no lo había dejado tan contento.