Jimin despertó a la mañana siguiente con un buen humor a pesar de que tenía que despedirse de sus padres y su hermano, el cual partiría a la luna de miel a Londres. Juraba que había escuchado algo por la noche, algo que estaba en su mente que no podía descifrar, pero estaba ahí, como un tatuaje. Le había preguntado a Yoongi, pero este simplemente le sonreía sin decirle nada.
Tomaron un último desayuno con la familia Park. Todos estaban melancólicos porque se la habían pasado muy bien juntos y que esperaban que los visitarán muy pronto.
A Jimin le extrañó que WooYoung no dijera sus típicos comentarios burlescos o ofensivos. Este simplemente hizo como si no estuviera ahí, y para él, eso estaba bien.
Fueron acompañados por Taemin y Moonbyul hacia la parada de metro, y de ahí, ambos tomaron el rumbo a el lugar que tanto extrañaban, al lugar donde empezó todo y dónde ya nada sería igual. Porque a pesar de hablar sobre ocultar su relación por un tiempo, no sabían si podrán disimular lo suficiente.
Las miradas, los gestos y el comportamiento serán un problema en ese trayecto.
Yoongi que era su novio era una de las mejores cosas que le había pasado en su vida. Había descubierto facetas del alfa que jamás había visto y que él mismo Yoongi se sorprendía de comportarse así. Y aquellas cosas eran lo suficiente para enamorarlo más, para sentir más ganas de seguir descubriendo más cosas de él.
Todo el trayecto del viaje lo tomaron con sus manos entrelazadas, sin miedo. Demostrando que eran una pareja, que eran Alfa y Omega.
No dijeron nada, todo fue silencioso. Solamente dejaron sus manos juntas, se dieron uno que otro beso aprovechando que no habían personas donde ellos estaban, y entonces Yoongi aprovechó para dormir un poco, en el hombro de su Omega, sintiendo como aquel olor, a aquel calor le daban la bienvenida.
Al llegar a su destino un chófer, que habían llamado con anticipación, ya los esperaba. Subieron con tranquilidad al enorme auto, y también rompieron el silencio para hablar de lo mucho que extrañaban esas calles. En treinta minutos el vehículo se estacionó frente a la universidad, pagaron, y se bajaron.
Y entonces tuvieron que separar sus manos, fingir una cosa que no eran frente a todos.
Al ingresar al apartamento, todo estaba oscuro, tan familiar a pesar de no ser un lugar que les pertenezca.
Jimin iba a prender la luz para acomodar las cosas, pero unos brazos envolvieron su cintura, y sintió a alguien pegarse detrás de él. Sonrió ruborizado.
—Yoon, tengo que ordenar esto. Acuérdate que debemos ser cuidadosos — Le susurró.
—Lo sé. Pero joder, como quieres que me calme si me traes loco —Dijo, pero la voz empezó a sonarle más grave. Jimin soltó una pequeña risa posando sus manos encima de las del alfa.
— Aun así. Acuérdate que estás haciendo esto por mi —Le recalcó con la voz suave. Sintiendo como su cuerpo se acaloraba.
— Estamos en el apartamento, sólo nosotros dos... — Aquello sonó como una invitación a una aventura que jamás había hecho. A una aventura que moría de ganas por tener, pero sentía miedo de recorrer.
—Yoon... — Jadeó al sentir como este depositaba besos en su cuello. Suaves, húmedos y llenos de deseo.
Y él no pudo contenerse, simplemente ladeó la cabeza para darle más acceso. Su cuerpo estaba empezando a reaccionar de una manera delirante y rápida. Entonces volteó, y a pesar de no poder distinguir nada con claridad, podía notar el brillo de deseo en los ojos de Yoongi. Y entonces, sin poder evitarlo, se abalanzó hacía el Alfa preso de la euforia que lo estaba consumiendo, lo beso con infinidad de ansiedad.
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𝚁𝙾𝙼𝙼𝙸𝙴 𝙰𝙻𝙵𝙰 - [𝚈𝙾𝙾𝙽𝙼𝙸𝙽]
Fanfiction𝙿𝚊𝚛𝚔 𝙹𝚒𝚖𝚒𝚗 𝚌𝚛𝚎í𝚊 𝚚𝚞𝚎 𝚝𝚘𝚍𝚊 𝚜𝚞 𝚟𝚒𝚍𝚊 𝚎𝚛𝚊 𝚞𝚗 𝚋𝚎𝚝𝚊. 𝚃𝚎𝚗í𝚊 𝚟𝚎𝚒𝚗𝚝𝚒𝚍ó𝚜 𝚊ñ𝚘𝚜 𝚢 𝚗𝚞𝚗𝚌𝚊 𝚎𝚗 𝚜𝚞 𝚟𝚒𝚍𝚊 𝚑𝚊𝚋í𝚊 𝚙𝚛𝚎𝚜𝚎𝚗𝚝𝚊𝚍𝚘 𝚌𝚎𝚕𝚘, 𝚗𝚒 𝚗𝚒𝚗𝚐ú𝚗 𝚝𝚒𝚙𝚘 𝚍𝚎 𝚘𝚕𝚘𝚛, 𝚑𝚊𝚜𝚝𝚊 𝚞𝚗...