Bueno, había vivido de una tranquilidad, sin muchos problemas después de que cumplió los veinte. Sus padres siempre lo habían elogiado por ser un joven pacífico e inteligente. Gozaba de buenas calificaciones, una vida en donde tenía privilegios por ser hijo único, buenos amigos y una familia unida. Cuando se graduó de la secundaria pensó que al entrar en la universidad todo sería igual o mejor. Entró a la universidad con la meta de poder conseguir el título para ser oficial su carrera, y hasta un mes todo se mantenía de acuerdo con cómo lo había planeado. Pero no esperaba que a sus veinticuatro años su vida empezara a tornarse complicada, llena de sorpresas y desafíos. De sentimientos que nunca había tenido, de experiencias nuevas, hasta de involucrarse en casos policiales.
Cuando tenía quince años siempre se decía así mismo que a la edad que tenía recientemente, ya iba estar graduado, con un trabajo estable y una familia. Era algo ingenuo y también chistoso, porque si le dice a Jungkook de ese tiempo que a esa edad estaría en una persecución con un criminal que tiene secuestrado a su mejor amigo, de seguro se ríe y jamás lo creería.Sentía la adrenalina correr por sus venas, así como un gran miedo de que todo salga mal, de que no pueda rescatar a Yoongi y él termine muerto después de eso. Mientras más aceleraba, más pensaba en Taehyung, aquel pequeño Omega que puso su mundo de cabeza en sólo un mes, con una inusual interacción. Aquel beso que dió el inicio de su nueva vida, de su nuevo mundo.
Tal vez saldría lastimado, o tal vez él no la libre si Minho lo descubre, pero de lo único que estaba seguro era que no volvería a su casa con una misión fallida.
Cada rugido de el motor provocaba una nueva oleada de nervios, pero de alguna manera lograban alimentar su valentía.
Estaba tan cerca, que podía sentir como su corazón explotaba, estaba tan cerca que sentía el dolor de su amigo, estaba tan cerca que sentía como cada vez la brisa dejaba de ser cálida, a ser fría y mortal.
Uno de los chicos había sacado la cabeza por la ventana. Sintió todos sus músculos tensarse. Lo habían descubierto, pero no importaba ahora, ahora que estaba tan cerca.
—¡Minho! El idiota de Jungkook está detrás de nosotros —Le avisó el chico que se había asomado, agitado. El alfa lo miró helado unos segundos antes de corroborarlo y gruñir furioso.
—No se detengan. — Y entonces empezó a buscar detrás de su espalda hasta sacar la pistola. Aquel mortal objeto que estaba manchado con los más trágicos desenlaces.
Está vez se encargaría de el trabajo por si mismo.
Se asomo por la ventana apuntando directamente a Jungkook, el cual palideció de inmediato. Trago saliva nervioso, pero no sé permitió marcar su final allí. Así que desvió la moto mientras escuchaba los estruendos de las balas. Tan cerca que su cuerpo sentía las vibraciones.
—¡Minho la policía está en camino, así que mejor entrégate! —Le gritó Jungkook, rabioso. El alfa no se inmutó, solamente se echó a reír y le apunto directamente hacia donde estaba su cabeza.
— Vete al diablo — Fue lo único que le dijo antes de presionar el gatillo.
Sin esperarse que Yoongi de lanzaría por detrás de él, con fuerza y brutalidad. Estaba en sus últimas, sí, pero tampoco se quedaría allí tirado viendo cómo Minho terminaba la vida de alguien más. Su cuerpo le dolía con cada golpe, con cada jalón, incluso su respiración se volvió errática. Todo se volvió una guerra de golpes y gruñidos en aquel reducido espacio.
Minho no había reaccionado, hasta que empezó a gruñirle y forcejear de una manera bruta, golpeando su estómago con fuerza, provocando que el aire abandonará sus pulmones y sintiera ese horrible sabor a sangre subir por su garganta, quemándola. Los chicos que venían en el auto tuvieron que intervenir, tomándolo de las axilas, deteniendo sus movimientos.
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𝚁𝙾𝙼𝙼𝙸𝙴 𝙰𝙻𝙵𝙰 - [𝚈𝙾𝙾𝙽𝙼𝙸𝙽]
Fanfiction𝙿𝚊𝚛𝚔 𝙹𝚒𝚖𝚒𝚗 𝚌𝚛𝚎í𝚊 𝚚𝚞𝚎 𝚝𝚘𝚍𝚊 𝚜𝚞 𝚟𝚒𝚍𝚊 𝚎𝚛𝚊 𝚞𝚗 𝚋𝚎𝚝𝚊. 𝚃𝚎𝚗í𝚊 𝚟𝚎𝚒𝚗𝚝𝚒𝚍ó𝚜 𝚊ñ𝚘𝚜 𝚢 𝚗𝚞𝚗𝚌𝚊 𝚎𝚗 𝚜𝚞 𝚟𝚒𝚍𝚊 𝚑𝚊𝚋í𝚊 𝚙𝚛𝚎𝚜𝚎𝚗𝚝𝚊𝚍𝚘 𝚌𝚎𝚕𝚘, 𝚗𝚒 𝚗𝚒𝚗𝚐ú𝚗 𝚝𝚒𝚙𝚘 𝚍𝚎 𝚘𝚕𝚘𝚛, 𝚑𝚊𝚜𝚝𝚊 𝚞𝚗...