Psiquiátrico - CITRUS

Misterios

Cynthia Porter. Ese era su nombre. Sabía quién era, había hablado con ella, la recordaba, aunque eran pocos recuerdos. Ella estaba en la institución como paciente. Se había hecho sus chequeos mensuales en la oficina de Lily. El único problema es que no existía. O al menos la señora Jude no lo sabía. Pero cuando le pregunté a Lily por Cynthia, ella tampoco parecía recordarlo, dijo que estaba muy mayor para recordar a todos los pacientes aquí, así que era normal.

Después de unos días pensando en el asunto, decidí ir a la oficina de la señora Jude para saber más sobre la situación. Estaba nerviosa mientras hablaba con ella. No sólo porque es mi jefa, sino porque es una persona intimidante. Ella se sorprendió al verme entrar y se sorprendió aún más cuando le conté lo sucedido. Pregunté por el misterioso empleado y qué pasó con Cíntia.

- El empleado que vio pudo haber sido Connor, acaba de ser transferido. Él es inofensivo. Y en cuanto a esta chica, debes haberte equivocado. La semana pasada no hubo cirugía. - La señora Jude suspiró irritada. - ¿Cómo se llamaba el paciente?

-Cynthia Porter.

Tan pronto como dijo el nombre, algo cambió. El rostro de la señora Jude brilló con una expresión que no pude descifrar. No había rastro de ninguna emoción. Sus rasgos se volvieron frios y duros segundos después. Ella permaneció en silencio, pareciendo ordenar sus pensamientos, y luego me miró a los ojos.

- Debes haberte equivocado Yuzu, aquí no hay ningún paciente con ese nombre.

Podía sentir mis cejas fruncirse en confusión ante esa declaración. Eso no puede ser cierto.

- Lo hay. Jude, no quiero contradecirle, pero existe, ¡puedes buscar en los archivos! - Yo dije.

Lo que hizo a continuación me enojó y preocupó. Ella se rió de mí, pero era una risa desesperada, como si sintiera pena por mí.

- Yuzu querida, sé todo lo que pasa en Bellwood. Cada miembro y cada paciente. ¿Ves algo, estás bien? - Preguntó sin una pizca de preocupación en su voz.

¿Pero que diablos? ¡Ella estaba mintiendo! No hay manera de que Cynthia sea producto de mi imaginación. Yo ya la había visto, Lily ya la había visto, sólo que no lo recordaba.

- Me tengo que ir. - dije. - Perdón por quitarte el tiempo.

Salí corriendo por el pasillo. Corrí, no sabía a dónde iba, era demasiado para mí. Estrés tras estrés, lo revisaba sintiéndome confundida. ¿Realmente me estaba volviendo loca? Me imaginé esto. ¡No! Pensé de nuevo por décima vez. No estoy loca. Todos mis recuerdos sobre Cynthia eran reales. Pero entonces ¿por qué mentiría la señora Jude? Cualquiera que fuera la razón, era mejor que la alternativa de volverme loca. De todos modos, todo este estrés y todos estos acontecimientos se habían apoderado de mí y fui al baño a vomitar. Tiendo a vomitar más que la mayoría de las personas cuando estoy estresada o preocupada.

Ahora desesperada por alguna información. Y la única persona que podía ayudarme era alguien que menos esperaba que pidiera ayuda, alguien que era inteligente y siempre parecía estar un paso por delante. Alguien que estaba agradecida de haber sido liberada hoy del régimen de aislamiento.

Y ese alguien era Mei.

Mei Pov

- ¡Esto es una mierda! - exclamé.

Estuve atrapada en una habitación oscura, sola, durante una semana entera, sin interactuar con nadie sin un baño real, sin cambiarme de ropa, y ahora finalmente salí de ese infierno y no puedo ni fumar un puto cigarrillo?

- Lo siento Mei, aquí no se puede fumar. Tienes que esperar hasta que te vayas. - dijo Harumi por tercera vez.

Había venido aquí, directamente desde el régimen de aislamiento. Ni siquiera me duché. Suspiré irritada y sacudí la cabeza.