Extremadamente atractiva

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-¿Que haces aquí? - Me gire rápidamente sin querer mirar a la persona detrás de mí.

Una vez que lo hice, pude dar un suspiro de alivio. Era una mujer de mediana edad con cabello castaño. Nunca la había visto antes en mi vida.

-Lo siento, es mi hora de almuerzo, que, solo estaba mirando a mi alrededor.

-Bueno, no tienes permitido estar aquí - Dijo en tono condensado.

-oh lo siento.

Rápidamente me escape en un intento de evitar más conversación. Espero que no le diga nada a la señora Jude sobre mi paradero. Pero, pensándolo mejor, ni siquiera pregunto mi nombre.

Tome el mismo largo camino de regreso a la enfermeria. Estaba feliz de finalmente un momento para sentarme y relajarme. Por alguna razón me sentí cansada y necesitaba descansar un poco, pero cuando termine deteniéndome en la parte posterior del edificio, mire el reloj. Era mediodía, lo que significaba que tenía que ir a supervisar mientras los pacientes almorzaban, gemi de miedo cuando me di cuenta de que cierta criminal de peló largo obviamente iba a estar allí.

De mala gana, camine por el pasillo y abrí las puestas de la cafetería. Nadie me hizo caso, como siempre y todos continuaron con sus actividades habituales. Reanude mi caminata para poder vigilar a todos pacientes. En realidad fue un trabajo bastante sencillo.

La gente no actúa tan loca como crees, pero cuando lo hacen, la seguridad siempre llegará antes que yo. Simplemente tendría que renunciar a ellos o encontrar alguna forma de calmarlos, si fuera necesario, Espero no tener que hacer esto hoy, sin embargo, estaba muerta del cansancio, no se porque, pero parecía que a cada segundo me cansaba aún más. Y cai contra la pared y sentí que se me cansaban los párpados. Pero de repente se abren cuando una voz a mi lado.

- Ey.

Me gire bruscamente cuando ví a Mei a mi lado, copiando la posición y apoyando su espalda contra la pared. Un cigarrillo colgaba de la comisura de su boca, lo que hacía que su barbilla fuera más prominente. El paquete de cigarrillos estaba como al principio, en una de sus manos. Tuve que luchar contra la inmensa necesidad de girar y correr, nuestro primer encuentro anterior aún no había había sido olvidado.

- ¿Quieres uno? - Pregunto señalando el cigarrillo.

- No gracias, no fumo - dije, mi tono era un poco más hostil de lo que esperaba. Se encogió de hombros y coloco el pequeño paquete paquete sobre una mesa cercana.

- Entonces, Yuzu… Ese es tu nombre ¿No? - Negué con la cabeza - ¿Cuántos años tienes?

- Veinte.

- Yo tengo veintisiete.

- ¿Porque me hablas? - Pregunté brutalmente.

Ella estaba más atrás y levanto las cejas, solo para volver a juntarlas mientras pensaba.

- Yo no sé - Se encogió de hombros - No es divertido hablar con los guardias y aquí todos está locos.

- ah, ¿Entonces estás demente?

- Yo nunca dije eso.

No respondí mientras ella arrastraba el cigarrillo hasta sus labios rosados.

- ¿Entonces por qué me tienes miedo? No es necesario que lo tengas.

Sacudí la cabeza confundida. Las razones eran obvias.

- Bueno, para empezar le quitaste la piel a tres mujeres y…-

- ¿Y crees eso? - Me interrumpió Mei levantando una ceja nuevamente.

- Si; ¿Por que estarias en una institución para criminales locos? - Parecía que estaba apunto de hablar, pero continúe antes de que pudiera hacerlo - ¿Y quién te dijo que te tenía miedo?

Psiquiátrico - CITRUS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora