Psiquiátrico - CITRUS

La próxima víctima

Bellwood. Era un lugar lleno de secretos no contados. Mantuvo a los notorios escondidos, calmó y detuvo la locura. Sólo conservaba la última parte de la cordura de sus pacientes, las piezas de un rompecabezas que se estaba desmoronando. Estas personas destrozadas llamaban a Bellwood su hogar o su infierno, dependiendo de cómo lo vieran. A juzgar por la estructura y los extravagantes escalones de piedra, uno podría pensar que el interior está bien cuidado e incluso es agradable.

Pero las personas con esta mentalidad no podrían estar más equivocadas. Después de todo, era una institución mental. Si miraras los amplios pasillos y oficinas, te darías cuenta de que hay muchos otros terrores encerrados en el edificio. Solía haber un ala para niños, pero fue eliminada hace mucho tiempo.

Escondida en un rincón lejano de la institución está Ella Faren. Está a punto de ser trasladada al Segundo Pabellón, su enfermedad ha ido empeorando cada vez más. Pero pocos se dieron cuenta porque ella nunca lo demostró. Lo único que quería era hacer swing, dijo una vez. Para hacer suya la celda, necesitaba un columpio. Odiaba estar callada. Quería sentir que estaba volando. Así que gritó y lloró hasta que finalmente el director tuvo que instalar un columpio en su habitación para hacerla callar. Desde entonces ha sido feliz. Incluso cuando llovía y su habitación estaba a oscuras, Ella se sentaba en su columpio y se balanceaba hacia adelante y hacia atrás mientras sonreía y tarareaba.

En otra parte del edificio está Damen Raloff, a quien han puesto una camisa de fuerza para que siempre lo recuerde. Siempre estaba sujeto y tenía que comer sin cuchara cada vez que comía, nadie se atrevía a soltarlo. Porque era un caníbal. Al menos así lo llamaban todos. Empezó con los dedos, luego toda la mano derecha. Luego se extendió cuando comenzó a perseguir a otras personas, devorando la piel humana.

Y luego estaba Cinthya. Había sido paciente durante muchos años en Bellwood antes de desaparecer misteriosamente. Había asesinado a su padre, sí. De hecho, ella lo había apuñalado 47 veces en el pecho. Estaba loca, decían todos. La gente gritaba acusaciones y creía saber quién era ella. Pensaron que era una asesina a sangre fría. Pero no imaginaron que cada golpe feroz equivalía a cada momento en que su padre la llevaba al bosque para tocarla. La había tocado 47 veces, por lo que la cantidad de puñaladas en su pecho no parecería tan grave si la gente supiera el motivo. Pero no, Cínthya no tenía pruebas y nadie la escuchó, por eso estaba aquí.

Muchos delincuentes descansaban cada noche en sus celdas, cada uno con una historia diferente. Algunos estaban realmente locos, pero otros tenían motivos para sus crímenes. Pocos eran siquiera inocentes. Obligados a ser mantenidos en orden por innumerables sirvientes y guardias.

Estos empleados que mantenían el edificio en orden también tenían algo de locura dentro de ellos, ahora que lo pienso, todos la tienen. De hecho, alguien entre los muchos trabajadores de Bellwood necesitaban estar encerrados en el edificio con los demás, sin patrullar sus celdas. Porque uno de esos empleados era un asesino. Y no había forma de saber quién sería su próxima víctima.

Yuzu Pov

Estaba hecha un desastre emocional cuando salí de la oficina de Lily. La historia de Mei me dejó sin palabras, mis pensamientos se perdieron, ya que solo podía concentrarme en sus ojos, su cabello desordenado y su hermosa sonrisa. Pero esta vez, en lugar de fascinación o asombro, surgieron sentimientos de adoración o reverencia. Y tenía tanto miedo de que estos sentimientos rápidamente se convirtieran en amor, cayendo bajo el hechizo de Mei. Eso es porque, en este maldito edificio, no sabía cuánto tiempo podría evitar besarla. Algo que lamentablemente no puedo hacer porque perdería mi trabajo y también mi cabeza.

Pero conocer la inocencia de Mei finalmente calmó uno de mis mayores temores, también me trajo preocupaciones. Si Mei no había matado a esas mujeres, ¿quién lo había hecho?