Asesin@

78 10 18
                                    

Arrastré mi cuerpo privado de sueño por las habitaciones con poca luz, arrastrando los pies lo mejor que pude. Apenas tenía energía para caminar; Estaba tan agotada. Las teorías de Udagawa me mantuvieron despierta hasta media noche. Mi mente estaba llena de infinitas suposiciones.

Lo que Udagawa había dicho tenía sentido. Mei siempre parecía estar un paso por delante y siempre parecía saber qué había detrás de la situación en cuestión. Era inteligente, como si tuviera el poder. Incluso encerrada en su celda la mayor parte del día, sabía cosas. Había descubierto el sótano muy rápidamente durante la tormenta. Y si realmente está asesinando a más mujeres de las que jamás pensé, ¿cuál es la mejor manera de mantener alejadas las sospechas sobre ti Mei si actúas como si hubieras tropezado con los cuerpos?

Además; ella parece ser ese tipo de persona cuya mente podría ser manipuladora. Podría haber chantajeado o influenciado a un guardia para que le entregara las llaves. Todas estas cosas me las explicó Udagawa cuando vino a llevarme a casa al final de la cita.

Pero por mucho que quisiera creer que habíamos encontrado al asesino, simplemente no me sentó bien. Algo andaba mal. Y no fueron las teorías de Udagawa, sino las de Mei. Algo en toda esta situación no estaba bien. Una parte de mí creía que era Mei, otra parte sabía que no lo era.

Así que ahora mi mente estaba en todas partes y en ninguna, tratando de juntar todas las piezas. Necesitaba respuestas. Respuestas sobre Cinthya, respuestas sobre por qué Harumi está actuando tan extraño y respuestas sobre si Mei es la culpable o no. ¿Y quién es la mejor persona para preguntar si no la propia Mei?

Sabía que esto probablemente era estúpido, porque ella podría atacarme si supiera que estaba encima de ella. Pero de alguna manera no tenía miedo. Y no quería oír más sobre eso. Sólo quería saber qué estaba pasando por una vez. Así que entré a la cafetería y mis ojos escanearon la habitación, tratando de encontrar a la chica de ojos morados con los labios increíblemente perfectos. Pero no encontré nada. Sólo los cuerpos locos de los otros pacientes. Debe haber llegado tarde otra vez.

Me senté en la mesa que oficialmente se había convertido en nuestra, apoyando la cabeza en mis brazos y dejando que mis ojos se cerraran. Yo dormiría hasta que ella llegara. Para dejar de pensar. Me tomó un minuto quedarme dormida y tener sueño. Estaba durmiendo, hasta que mi cabeza se levantó de golpe cuando escuché que alguien se acercaba.

- Cinthya... - Habló la voz ronca de Mei, sacándome de mi estado de sueño -Cynthia Porter.

Sus cejas oscuras se juntaron mientras pensaba mientras acercaba una silla a mi lado.

- Sí, ¿qué pasa? - pregunté frotándome los ojos.

Parpadeé en un intento de despertarme, mientras miraba expectante a Mei. Y mientras mis ojos recorrían su figura, podría jurar que se volvía más atractiva a cada segundo. Cuanto más la miras, más te seduce a su mundo oscuro y hace que nunca quieras irte. Su piel debe suave. Su cabello estaba desordenado y echado hacia un lado, lejos de sus ojos llamativos.

- Dime otra vez cómo es. - Ella dijo.

- Cabello rubio oscuro, ojos marrones, alrededor de los treinta años. ¿Por qué?

Mei me miró seriamente, pareciendo perdida en sus pensamientos.

- Creo que la recuerdo.

Eso me despertó.

- ¿De verdad? - Pregunté, ya completamente alerta.

Ella asintió.

- Sí, ella es muy delgada, ¿verdad? ¿Siempre tiene esa bolsa sobre los ojos?

Psiquiátrico - CITRUS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora