27. AHORA SÍ, ME MUERO

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Dedicado a: PaolaReyesP26

RUBY GÓMEZ

Ayer, cuando Silvia entró estrepitosamente por la puerta diciendo que tenía una buena noticia para mí, me alegré. Empezó a decir que en una empresa necesitaban a alguien con conocimientos en administración de empresas, eso me llenó de ilusión, pero no contaba con lo que me diría después.

Trabajar en tecnogeneración no es una opción, no después de que yo misma renuncié, con qué cara voy a llegar y decir: "hola, regresé después de más de un año de haber renunciado".

Antes, me muero de la vergüenza.

Wendy pasó por mi casa para irnos juntas al trabajo.

-¿Y tu esposo? -interrogué. Es raro que esos dos anden separados.

-fué a casa de Abraham, al parecer tenia un problema graaaaaande y llamó a todos los jóvenes hombres de la iglesia.

Reí. Así es mi amihermano.

-¿De verdad? ¿A ésta hora?

-si, se reunieron desde más temprano, debe ser algo urgente. Saber qué le pasaría ahora.

-le preguntaré después.

Estábamos en la entrada del edificio, cuando vimos un auto negro estacionarse. Luis se bajó del auto. Después, se bajó Noah, nos quedó viendo por unos segundos y volvió su mirada a Luis, ambos hablaban de algo serio, desde esta distancia no podíamos escuchar lo que decían.

Antes de irse nos dijo adiós con su mano, correspondimos al saludo y Luis se acercó casi corriendo a nosotras, bueno, más bien a Wendy. Le dió un corto beso en la frente, ¡Gracias a Dios!

Me hubiese sentido incómoda si la besaba en los labios.

-hoy nos vamos al mediodía -le dijo Luis a mi amiga.

Ella asiente.

-¡Wow! ¿Les dieron permiso?

-si.

-saben, ¿Por qué no me adoptan? -ambos rieron -así gozaría de los privilegios que tienen ustedes.

-pobrecita, pronto Dios te llevará al lugar donde debes estar, pequeñita -rodé los ojos. Es verdad que soy pequeña, pero tengo nombre - y, nosotros planeamos tener nuestros propios hijos.

-me alegro por ustedes, ya quiero ver a sus pequeñines corriendo por todos lados y ustedes detrás de ellos, cansados.

-jajaja, yo también te veré -dijo, serio.

...

Estaba en casa tomándome un zumo de manzana mientras marcaba el número telefónico de mi mejor amigo.

-hola, Abraham, ¿Cómo estás?

-hola, gracias a Dios, bien, resolviendo algunos problemitas.

-Wendy me habló sobre eso, espero que hayas solucionado.

-si, gracias a Dios y a mi gran amigo y jefe, logramos encontrar una solución.

-me alegro. Espero que me contés mañana, claro, si no es algo confidencial.

-mañana daré el anuncio en la iglesia.

-me alegro que estés bien, nos vemos mañana. Dios te bendiga.

-amén.

Cinco minutos después, tocaron la puerta.

Silvia bajó rápidamente.

¡𝕊𝕠𝕪 𝕖𝕤𝕡𝕠𝕤𝕒 𝕕𝕖 𝕞𝕚 𝕛𝕖𝕗𝕖! © ✵Amores inesperados #2✵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora