Cristhian Flores alias Flower, el cantante de trap latinoamericano más famoso del mundo, tiene una historia que todos querrán saber y Daniel Alessandro Tercero Bassi, el poderoso Heredero será parte esencial de todo lo que falta por contar.
¿Están l...
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Cambio frases chingonas y reflexivas, por votos y comentarios. No sean tímidos y denme amor.
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LA PROMESA DEL AÑO
POV LOLA FERNÁNDEZ
Siento una mano en espalda.
—Tu postura debe ser más recta, Delores —ordena mi madre, por lo que cuadro mejor los hombros, sin perder la delicadeza de mi posición—. La falda, Delores, alísala por favor. —Hago lo que me pide y junto bien las rodillas—. ¿Desde cuánto no te haces la manicura?
Estresada observo mis uñas solo para recordar que pospuse la manicura por una junta de trabajo.
—Para mañana hago cita, mamá —murmuro uniendo mis manos sobre el regazo—. Estaba trabajando...
—El trabajo no debe ser una excusa —regaña en voz baja—. Siempre debes guardar el decoro, recuerda quién eres, Delores.
Muerdo mi lengua, no queriendo replicar nada.
Las señoritas no replican, no es elegante.
—Querida, tampoco hay que agobiarse —dice mi padre con tono tranquilo, acariciando su espesa barba—. Si vinieran con el propósito que deseas, te aseguro que ya lo sabrías.
Quise agradecerle su ayuda, pero en este momento solo aceptaría mi cortesía y nada más.
—Esta vez no es así —replica mi madre con irritación—. Difícilmente hay alguien que pueda estar dentro de su núcleo, son tan herméticos que no he logrado averiguar nada.
Escondo una sonrisa de satisfacción, mi madre quien todo lo puede, por fin, consiguió un rival difícil de vencer.
Dejo de respirar en cuanto observo como Henry, nuestro mayordomo, viene hacia nosotros seguidos de tres hombres. Todos visten de trajes oscuros e impecables, cargan lentes de sol y el parentesco entre los tres es imposible no notarlo.
Hoy el día está especialmente precioso, todo despejado y con el sol de verano resplandeciendo sobre el techo de la zona para tomar el té de mi madre. La brisa corre fresca, alborotando los cabellos de todos los presentes y apenas, moviendo las servilletas puestas sobre la mesa frente a nosotros.
El poderoso Daniel Alessandro Segundo Bassi, patriarca de una de las familias más respetadas, temidas e idolatradas del mundo se detiene frente a nosotros.
—Muy buenas tardes, señores —saluda el patriarca con un pesado acento italiano y una sonrisa tranquila—. Disculpen la tardanza, no sé me da bien seguir las direcciones, es un mal de familia.
