♫ CAPÍTULO 14 ♫

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Cambio frases chingonas y reflexivas, por votos y comentarios

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Cambio frases chingonas y reflexivas, por votos y comentarios. 
No sean tímidos y denme amor.

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POV 
LOLA FERNÁNDEZ

Retoco mi maquillaje.

Acomodo mi ropa.

Me echo perfume.

Bajo del auto sonriendo con alegría al ver el Moot del otro lado de la calle. Para estar aquí con compañeros de trabajo, quiere decir que te tienen la suficiente confianza como para ser ellos mismos a tu alrededor.

El lugar es bonito, simple, confortable.

La música es algún estilo de pop con tintes latinos, las cervezas en jarras iban de un lado a otro, la barra está a tope y casi que el edificio entero está en este lugar.

Ubique a varias secretarias en el fondo, las chicas de las copias con el repartidor, casi todos los arquitectos senior y las recepcionistas del edificio que aún andan con sus uniformes de trabajo.

Me reconocieron, por supuesto, así que recibí algunas copas de cerveza alzadas como un gesto de saludo.

—¡Señorita Fernández! —chilla la voz de Grecia, alzando las manos por encima de su cabeza—. ¡Por aquí, por la barra!

Al acercarme me toma de los hombros y me da dos besos.

El olor a coco inunda mi nariz cuando su rubio cabello me hace cosquillas.

—¡¿Cómo está, señorita Fernández?! —pregunta, exultante—. ¡¿Si logró poner a Iker en su lugar?!

Me echo a reír.

—Casi, casi, Grecia —admito con fingida pena—. Esta vez me ganó.

—¡¿Una cerveza?! —pregunta señalando su enorme jarra—. ¡Aquí dan alitas picantes, patatas fritas y aceitunas de tapa! —Llama al mesero—. ¡Cualquier opción es buena, señorita Fernández!

Me siento muy cerca de ella para evitar tener que gritar.

Un camarero de aspecto llamativo, con delineado negro y gomina en el cabello, llega con una libretita pequeña.

—¿Qué les pongo, guapas? —pregunta inclinándose en la barra y me observa con atención—. ¡Uy, pero si no te había visto por acá! —Sonreí con chulería—. ¿Eres nueva en el edificio?

Grecia le da un ligero golpecito en el brazo.

—¡No seas pesado, Abraham! —regaña, divertida—. ¡La señorita Fernández es mucho para ti, no andes tocando los cojones! —El camarero se lleva una mano al pecho, fingidamente dolido y yo suelto una risita—. Tráenos dos jarras más, la mía con limón, por favor... ¡Y nada de coqueteos que tiene novio!

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⏰ Última actualización: Oct 10 ⏰

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