♫ CAPÍTULO 12 ♫

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Cambio frases chingonas y reflexivas, por votos y comentarios

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Cambio frases chingonas y reflexivas, por votos y comentarios.
No sean tímidos y denme amor.

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POV
LOLA FERNÁNDEZ

—¡Papá, dijiste una mala palabra! —regaña mi sobrino, escandalizado.

Su español es tan perfecto como el danés y el sueco que hablan en su tierra de nacimiento, incluso la forma de pronunciar las palabras es muy similar a la de mi hermano.

—¡Cierra los ojos, Kennet! —ordena mi hermano, acelerado.

Le tapa los ojos a mi sobrino que se echa a reír divertido.

—Así no puedo ver a mi tía Lola, papá —dice Kennet, señalando a ciegas en mi dirección—. ¿Tía, estás enferma?

Flower me toma del brazo y me levanto con su ayuda, le da la espalda a mi hermano cubriéndome con su cuerpo.

Agradecida, veo como me ayuda a arreglar mi ropa que entre ambos desordenamos.

—¿Te duele la panza? —insiste Kennet, volviendo su tono más preocupado.

—Tesoro de mi corazón —murmuro con dulzura y las manos temblando—. Estoy bien, te lo prometo.

—¿Entonces por qué estabas acostada ahí? —cuestiona él con gran soltura—. A mí me hacen eso cuando me duele la panza, el doctor siempre me revisa y luego me da una paleta, ¿Ese es tu doctor, tía? —Señala con su pequeña mano donde está Flower—. Aunque el doctor cuando me revisa no se quita la camisa y tiene una bata blanca, por eso veo las paletas en su bolsillo, ¿Tu doctor también te da paletas si te portas bien y no lloras? —Suelta un dramático suspiro—. Yo siempre lloro, es que no me gustan los doctores, tía, tienen agujas y cosas feas que te revisan los oídos, pero igual terminan dándome las paletas porque soy un niño muy guapo...

—Sí Kennet, a la tía Lola le duele la panza —interrumpe mi hermano, estresado—. Solo guarda silencio un momento, por favor, hijo.

Flower tiene las mejillas manchadas de carmín, dudo que sea de vergüenza, así que debe de estar esforzándome mucho para no soltarse a reír a carcajadas.

El asunto del ''Doctor'' y ''Las paletas'' tiene que sonar diferente en su cabeza.

Cuando termina de alisar mi falda, se agacha hasta que logra tomar sus prendas de vestir y se coloca la camiseta. Estando un poco más presentables, se aparta para que pudiera ver una cara muy parecida a la mía.

Las manos de mi hermano pasan de los ojos de mi sobrino a sus oídos y Kennet fija su curiosa atención en el enorme hombre a mi lado.

—Buenas tardes, Enzo —saludo a mi hermano lo más formal que puedo lograr—. Lamento este... —Dudo estresada por no saber terminar esa oración—. No te esperaba, mil disculpas por todo.

UNO PARA DOS©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora