La noche había llegado, el anuncio de la temporada de invierno se volvería totalmente oficial con la primera nevada, los talismanes lo habían anunciado y todos ya se habían preparado para recibirla con emoción.
¡El lugar era precioso! Habían luces colgando de aquí para allá, el ambiente era frío pero totalmente soportable, por esta vez la comida de Gusu tenía de todo un poco, variaciones de carnes y condimentos, perfecto.
— Ya lo ayude, ¿es necesario que esté pegado a él todo el tiempo? — musitó la Madame de brazos cruzados mirando como su hijo caminaba junto a Wuxian. — No es justo.
— Me tienes a mí, querida. — Qingheng-Jun miro con amor a su esposa, rodeando su cintura y pegándola más a él. — Ahora que nuestros hijos están ocupados, tal vez podríamos...
La Madame sintió como su esposo se acercaba a su glándula de olor y aspiraba un poco de ella, ¡así que esas se traía!
— No, no, no, yo con eso ya no. — golpeó ligeramente el agarre. — Soy una madre preocupada por sus bebés, que te ayude tu mano.
“Más tarde se le olvida”, sonrio para sus adentros.
El tiempo exacto llegó y la indicación para la entrega de abrigos también. Todas las sectas empezaron a recibir afelpadas mantas y capuchas con el logo de sus respectivas sectas. Todo estaba perfectamente organizado, y con eso me refierio a:
— ¿Cómo se me ve A-Cheng? — le preguntó Xichen a su prometido. — Me quedan bien los colores de tu secta, ¿no?
Era la señal que todos estaban esperando, ya sabían que hacer.
— Te queda bien. — el Jiang rodó los ojos haciendo que sus discípulos le entregaran las túnicas restantes a los de su clan. — Oh...,qué desgracia, falta una. — excepto a Wei Wuxian. — ¿No tienen una más?
Wei Wuxian, quien justo había llegado se percato de lo ocurrido. Viendo lo feliz que lucía el primer jade con el abrigo de Yunmeng Jiang solo calló y sonriente dijo:
— No importa, estaré bien así. — agregó ignorando lo ocurrido. — Te quedan bien los colores, Zewu-Jun.
“Idiota”, Wanyin solo rodó sus ojos ante lo ocurrido.
— Oh, querido. — la Madame se acercó. — ¿Por qué no tienes un abrigo puesto? Ya va a empezar la nevada.
Qué casualidades daban la vida como para que el discípulo principal de Yunmeng Jiang estuviera justo en el medio de todos siendo acompañado por la Matriarca de Gusu, quien le hablaba con un profundo cariños, todos escuchaban y muchos otros envidiaban.
Lastimosamente, otros que no respetaban habían marcado la situación del omega "desprotegido".
— Joven Wei. — se acercó uno. — Tome, usela. — ofreció un abrigo de su clan.
Esto no era más que una señal para marcar indiscretamente a alguien, sobretodo a un omega. Era un truco mayormente usado en inicio o medio de los cortejos entre parejas, típica desmostración de pertenencia.
“Atrás perros falderos, él es uno de nosotros”, quiso gruñir la Madame. Aparte, porque notó la pesada mirada del alfa en el cuerpo de su querido Wuxian. “Asqueroso, simplemente asqueroso”.
— Le agradezco, joven maestro. — le sonrió, Wei. — Pero estoy bien así.
— Oh, cariño, ven conmigo. — lo jalo la Madame. — Te daré una, no puedo dejar que mi encantador chico vaya por ahí con frío.
— No es necesario. — se acercó otro alfa. — Ten. — solo que este colocó el abrigo encima de Wuxian sin su permiso. — El color de mi clan te queda bien.
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El favorito de Madame © Wangxian
Casuale¡El festival de invierno ha llegado a Gusu y todos los clanes están invitados! Lamentablemente, esta no es más que una excusa por parte de los ancianos del clan para que la Matriarca de la familia Lan escoja una pareja para su segundo hijo. En medio...