04: Una cena con un toque de sorpresas

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La noche había caído y el buffet para los ganadores estaba a punto de comenzar. Entre tanto tiempo la Madame como Wuxian se habían divertido contandose los secretos más íntimos, riendo entre ellos y jugando.

— Tienes que ir así. — sentenció la Madame.

Wei Wuxian se quedó con la boca abierta.

— ¡Juguemos otra vez! — suplico. — Madame Lan, si me ven así moriré.

No había nada malo en realidad. Sus túnicas de azul hermoso con blanco, su peinado y un ligero maquillaje. Madame Lan se había divertido con él y se veía ¡pre-cio-so!

— No, perdiste. — rio guardando las fichas. — Te vez bien, Wuxian. ¡Como todo un Lan! — se burló de él.

— ¡Madame!

Para la próxima pensaría dos veces en jugar contra la Madame, ¡quería venganza! De las 10 rondas solo había ganado 1, ¡solo una! Esto debía de tener algún tipo de truco.

“Si mi A-Zhan no se deslumbra con esto debería de mandarlo a revisarse los ojos” , anotó mentalmente.

Fuera de conseguirle pareja a su hijo, ¿Realmente era necesario intervenir? Es decir, ¿qué tan ciego eres como para perderte a una belleza como Wuxian?

— No, ya me arrepentí. — intento volver.

— Ya estamos en medio camino, no hay vuelta atrás. — lo jaló.

Wuxian se encontraba realmente avergonzado, ¡jamás se había arreglado así antes! Oh, dios, que dirían sus amigos y hermanos cuando lo vieran, ¡iba a morir! No, no queria ser la burla de Jiang Cheng por esto, cuando claramente antes de venir dijo: "Aww, ¿mi pequeño hermanito se vestirá así para su prometido? Te vez como toda una Madame A-Cheng."

¡Iba a ser la burla!

 — Odio estás reuinoes, Wuxian. — expresó la Madame con desanimo. — En vez de utilizarse como un momento bonito para compartir solo veo a viejos acercándose con sus hijos para presentarselos a mi pequeño A-Zhan, eso o que me roben a mi esposo para hablar con él. — y antes que Wuxian diga algo. — No, A-Xian, Lan Qiren no cuenta. 

El nombrado rio a carcajadas, era verdad. ¿Entablar un conversación con Lan Qiren, que no sea respecto al mundo del cultivo? Imposible. 

— ¡Ya sé! Siéntate conmigo. —  propuso. 

—  Madame, quisiera hacerlo pero... ¿eso no sería algo impropio? — preguntó. — Es decir, no soy de su secta y soy un discípulo principal del clan Jiang. 

Un momento, ¿desde cuando consideraba él algo así impropio?

— Olvida eso. — palmeo su mano. — Además, mi hijo y tu hermano tampoco están comprometidos. ¿A cuánto te apuesto que mi A-Huan ya está sentado al costado de mi Wanyin? 

— Hacer apuestas con usted es algo que aprendí a no hacer. — jugó. — Bien, bien, me sentaré con usted. Será mejor que estar solo viendo a mis hermanos con sus parejas.  

— Perfecto. — habló gustosa. 

Continuaron conversando con calidez y alegría hasta que notaron las luces del gran salón asomarse mucho más. Sí que la Madame tenía razón cuando menciono a los interesados de distintos clanes, si el se concideraba demasiado arreglado para esa simple comida, los que veía entrar al salón era un extremo.

Túnicas coloridas, maquillajes y peinados enormes y extravagantes, obsequios en mano y actitudes delicadas, muy cuidadosas a decir verdad. Al costado de esas personas él estaba vestido como alguien común y corriente. 

El favorito de Madame © Wangxian Donde viven las historias. Descúbrelo ahora