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— Esta es su habitación, señor

La mucama giró la perilla de la puerta y la empujó dejándola medio abierta

—iré por su cena — dejó el bolso en manos de Jimin

Con una sonrisa se dio la vuelta y regreso por donde habían llegado, dejando a Jimin en medio del pasillo.

—No preguntó qué quería de comer— murmuró

En el hospital había sido alimentado con tanta comida nutritiva, pensaba en comer algo delicioso al salir.

Tras tomar una buena bocanada de aire se metió en la habitación, agarraba valor para conocer un poco más de su antiguo yo.

Sus ojos dorados se toparon con una oscuridad donde no podía ni ver sis pies. Palpó la pared en busca de un interruptor sin éxito, aplaudió pero siguió en la penumbra, a ciegas se movió, palpaba la pared, dio así con una cómoda, sus manos terminaron botando algunas cosas que estaba sobre el mueble, finalmente dio con una lámpara, tiró de la cadenilla que hizo aparecer una luz que lo encandiló por la cercanía.

La habitación era demasiado grande como para ser iluminada por una sola lámpara, pero si podía verse la cama, un ropero y unas cortinas que iban del techo hasta el piso, todo le resultó lugrube y aburrido.

—ahg, al parecer también tenía complejo de vampiro—criticó lo que podía verse mientras refregaba su ojo, tratando de quitar las bolitas brillantes que aparecieron

Dejó las flores y lo que le quedaba de dulces encima del mueble, arrastró con pereza las pantuflas sobre la alfombra peluda y llegó al ropero, como todo un curioso enterró la cabeza en busca de algo para cambiar su camisa húmeda

Paso percha por percha descartando los sacos y camisas blancas, rojas y azules el orden exquisito lo hizo sentir culpable de desordenar, apartó las prendas hasta dar con una gabardina negra, no era lo más cómodo para ir por la casa pero lo tomó, tentado por el olor que soltaba

Sin cuidado lo arrancó del gancho, lo llevó a su nariz, enterró su cara ahí y empezó a frotar la mejilla

El olor a madera lo relajo y el suave picor del whisky emborrachó sus sentidos, el peso que había llevado   desde el día uno que despertó en el hospital levitó y le permitió respirar por primera vez, se sintió en casa

—¿Qué haces aquí?

Parecido a un ladrón que es tomado infraganti, ocultó el abrigo en su espalda a la vez que se volteaba en busca de la voz ronca

Pudo distinguir una sombra entre la oscuridad de un rincón donde no llegaba la luz.

—¿Quien eres?

Jimin cuestionó con el corazón en la garganta, no comprendía porque su pecho hormigueaba de aquella forma ante el aroma del whisky y madera siendo más espeso, su pecho subía y bajaba mientras resistía el instinto que le ordenaba arrodillarse y mostrar el cuello.

Era la sumisión que imponía un alfa puro en un estado de enojo.

— ah, ese es el nuevo jueguito que traen tú y tu madre, no pretenderas que me crea ese cuento de la amnesia, querido esposo

Esposo

La persona que había esperado conocer desde iniciado el día, esa misma que lo había dejado plantado, al fin se dignaba a mostrarse

¿Cómo no lo pensó?, si era su cuarto también era el de su esposo

—Tus mentiras nos han traído muchos problemas, no volveré a creer en ti, la última vez que lo hice termine casado contigo

El Otro ||Yoonmin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora