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—Te echaremos mucho de menos Jaemin-ssi— una enfermera de edad avanzada le hablaba mientras tomaba sus manos con cariño

— Espero poder verla pronto, Noona—Jimin sonrió aceptando una última caricia sobre su cabeza

Era el día de su alta, los médicos y enfermeros y pacientes cercanos a su habitación acudieron para despedirlo, incluso hicieron una junta de dinero para comprarle un precioso ramo de flores y una cestita con un arreglo de bombones y chocolates. Contento por el cariño que recibía se olvidó un poco de la tristeza que sentía por abandonar el único lugar en el que recordaba haber estado y a las únicas personas que conocía.

— Me alegraría escuchar eso, de no ser yo una enfermera, verte de nuevo por aquí implicaría que estás enfermo y no, no, me niego a verte malito de nuevo

Las mejillas del omega castaño se colorearon al comprender esto

— Jaemin tendrá más revisiones y terapias con el psicólogo, además, siempre podrá pasar a visitar, no necesita estar enfermo — Lee Dongwook, su médico de cabecera, habló mientras ponía las manos sobre la parte trasera de la silla de ruedas donde estaba sentado

— Ahora mira bien esa linda carita, porque yo ya me lo llevo— dando un empujón suave, el doctor condujo a Jimin por el pasillo del hospital,

Dando un agitada a su manita Jimin se despidió de sus amigos, luego, con un suspiro miró al frente, abrazando su bolso, flores y dulces con nerviosismo, cuando saliera de ese hospital tendría que enfrentarse a un pasado aterrador y muchos desconocidos.

— ¿Por qué nos detenemos aquí, Hyung?

El médico vio a ambos lados del solitario pasillo donde se habían detenido, antes de meter la mano en el bolsillo de su bata médica, Jimin percibió algo de inseguridad en su actuar

— Olvidé darselo a tu madre, así que aprovecho para regresarlo ahora

Jimin tenia los brazos llenos por lo que le tomó algo de dificultad el agarrar lo que el médico le ofreció

Un crucifijo dorado relucia en sus manos

— Es muy bonito — maravillado admiraba los destellos del colgante

— Lo traías el día que te trajeron, creo que era importante

— Gracias, Hyung

Jimin sonrió tan bonito, que hizo al médico sentirse miserable y tan estúpido, ¿como es que su sueño por ayudar al prójimo terminó convirtiéndolo en un monstruo?

— Vamos — apuró

Retomar el camino fue difícil, los pies del médico se sentian pesados, en el pasado hizo todo lo posible por mantener vivo a Jimin, lo llevó a esa iglesia en un intento de expiar sus pecados, pero ahora la vida y la maldad de Hyebin lo habían traído de vuelta a él

— ¿Llevas tus medicamentos?

— Si, tengo para un par de meses, mamá comprará más cuando se me acaben

— Entiendo

La saliva pasó pesadas por su garganta, no entendía como podía caminar erguido con  tanta culpa acumulada en su espalda.

Un guardia de seguridad dio una reverencia al médico y abrió la puerta, afuera una vista hermosa deslumbró a Jimin, el verdor en las montañas lejanas y la nubes grises del cielo que tocaban las altas cumbres

Era invierno en toda la regla

— ¿Mi esposo está esperando aquí?

— Se supone que salias a las ocho, nos retrasamos por culpa de las despedidas, así que ya debería estar aquí — el médico reviso en su reloj viendo que las manecilla indican que eras las ocho treinta

El Otro ||Yoonmin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora