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Lo beso hasta que sus labios dolieron, extraño la sensación que causaba el acto, al segundo de separar sus labios.

Las manos de Beck viajaron por su espalda, con las palmas abiertas acarició de abajo hacia arriba. Peter pensó que así se sentía la adoración.

Cuando sus ojos se encontraron estaban turbios de deseó...

☠️🌃🌑🌃🌑☠️

Wade gruñó en la oscuridad, las motas de polvo se elevaban y flotaban en el aire a cada movimiento brusco del hombre.

Quien prácticamente se arrastraba, con el muñón cercano a su pecho, protegiéndolo de la exposición.

Llegó hasta su mano abandonada en el suelo y se preguntó cómo podría recuperarla. Quizás Tony tuviera una brillante idea.

La sangre aún brotaba, mantenía la herida para arriba, pero aún se derramaba el líquido carmesí.

Estaba mareado, pero no le importó, tomo la mano del suelo, gruñendo por el dolor profundo que sentía. Su pecho quemaba en irá.

Iba a matarlo, lo cortaría a pedazos.

Maldijo en voz alta, gruñendo. Supuso que llamar a Tony para que lo arreglará de algún modo, era bastante arriesgado.

No tendría que dar explicaciones de porque y como perdió la mano, pero tendría que aceptar que Peter estaba en la cuidad y eso lograría que Tony mismo rondará por el lugar, buscando a su hijo...

Wade se dejó caer para atrás, cansado y enfadado, gruñendo.

No quería a Tony por ahí, no lo quería al pendiente del monstruo, por qué entonces no sería tan fácil matarlo. No con Tony en modo mamá gallina. Si intentace tocarle un peló, Tony estaría allí como un escudo.

No era justo. Pensó. No debería hacerlo tan difícil, debería dejar a Wade hacer lo que tenía que hacer, arreglar el problema y luego...

Luego podría cuidar de Tony, ayudarlo a vivir el duelo y amarlo.

La cosa quedaría atrás como un horrible recuerdo o una pesadilla vívida, un terrible error que no debieron haber cometido.

— mierda. — soltó mirando su mano.

No podía darse el lujo de no llamar a Tony. Por mucho que eso atrasará las cosas. Se consoló pensando en que lo vería al menos, hacia meses que estaba de caza.

Tomo de su cinturón una especie de vara de metal de no más de ocho centímetros de largo. Tocó un botón a su costado y una pantalla holográfica se desplegó hacia arriba diez y seis centímetros.

Entonces llamo a Tony. Quien no tardó demasiado en contestar, apareciendo traslúcido en la pantalla, por el paisaje tras de el, Wade imaginaba que estaba en el taller.

— Tony. — susurro aliviado.

— no puedo verte, está muy oscuro. — se quejo la cansada voz.

— necesitó tu ayuda bebé. — soltó Wade. — estoy en una fábrica abandonada en Nueva York, te enviaré mis coordenadas. Estoy herido, perdí mucha sangre. — resumió, tocando la hebilla de su cinturón, quien se encargaría de revelar su ubicación.

Tony no dió respuesta alguna, corto rápidamente la llamada y Wade quedó a oscuras y en silencio nuevamente. Se enderezó y arrastró hacia atrás, apoyando su espalda en una pared.

Supo que era cuestión de minutos, por lo que se permitió cerrar sus cansados ojos.

Cuando volvió a abrirlos estaba en una especie de camilla, reconoció rápidamente el sonido del Jeep en el que estaba.

—¿estamos suspendidos en el aire?. — murmuró en pregunta.

Tony apareció en su campo de visión. Tan hermoso como era.

Llevaba una camisa celeste de líneas delgadas y azules, la camisa estaba arremangada descuidadamente, pero aún así fajada dentro del pantalón de vestir negro que llevaba puesto.

Su cabello revuelto y castaño, manchado con algunas canas que delataban su edad, sus ojos de ciervo, con increíbles pestañas lo miraban compasivamente, podía ver las ligeras arrugas de sus ojos.

Su barba como siempre pulcramente cuidada.

Wade sonrió trabajosamente.

— perdiste mucha sangre. — susurro Tony acercándose a él, una de sus manos acariciaron su peló con sumó cuidado, Wade ronroneo como un gatito. — cuándo llegué estabas desmayado, he sentido un gran susto.

Se escuchaba cansado, Wade no dudo de que lo estaba al ver sus ojeras, casusadas seguramente por la falta de sueño. No le parecía una locura imaginarlo noches y días encerrado en su taller, intentando no perder la cabeza, mientras esperaba a que Wade volviera con Peter.

— mi precioso Tony. — respondió Wade en consuelo y con su mano buena tomo la mano de Tony, que descansaba sobre su pecho.

Tony suspiro con cierto alivió y dudosamente se inclinó sobre Wade, depositando un suave beso en sus labios.

— estarás bien. — prometió y Wade le creyó.

Cerró sus ojos nuevamente, dispuesto a descansar.

Cuando arribaron al edificio de Tony, el más alto de Nueva York, Wade ya estaba casi recuperado.

— bionanos robots. — explicó Tony. Mientras Wade observaba su nueva mano.

Parecía humana, meditó. Estirando los dedos con cierta gracia. Había recibido una transfusión de sangre y se encontraba con su usual energía.

Miró a Tony de reojo, bebiendo su imágen como si fuese un manantial en un desierto. Y sonrió malicioso, cuando esté se inclino sobre la pantalla.

Se puso de pie velozmente y en silencio. Colocándose trás el, tomándolo de sus caderas, Tony dió un ligero salto por el susto, por lo que Wade escondió su rostro en su cuello, apoyando todo su cuerpo contra Tony.

Su pecho sintiendo su espalda, sus propias caderas pegadas a el. Haciéndolo sentirlo. Sus manos apretaron la cadera ajena con más fuerza, la bio mano no sentía la calidez de su ser. La otra la deslizó hacia el interior de sus pantalones, subiendo su camisa, acariciando su piel.

— ayúdame a bañarme. — pidió en petición, asegurándose de escucharse lo suficientemente herido.

Tony, quien había estado rígido, se dejó relajar contra Wade. Meditó un segundo y casi rodó los ojos ante el falso tono. Pero suspiro y asintió en silencio a su propuesta.

Wade beso su nuca, su mano subió más hacia arriba, tocandolo todo en el proceso, hasta llegar a su pecho.

Tony se quejó quedó. Por lo que Wade sacó su lengua lamiendo su cuello expuesto. El Omega tembló y fue todo lo que Wade necesito.

Con cierta rapidez lo hizo dar vuelta enfrentándolo a el, tomo con la bio mano su nuca, los dedos enredándose a su cabello, lo atrajó hacia si, besándolo con demanda.

Bloody HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora