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Beck se separó de el sonriendo, emocionado completamente, Peter podía escuchar su corazón latir casi tan rápido como el propio. Lo cual fue fascinante. Ahora mismo comprendía que había sido mal interpretado por su presa. Pero tampoco sintió la rápida necesidad de corregir su erróneos pensamientos.

El recordaba lo que era estar excitado, pero tal como había mencionado antes esos recuerdos no parecían pertenecerle. El viejo Peter tenía su propia experiencia en las camas, pero honestamente este Peter no. Se podía considerar virgen. Por lo que además de excitado, el estaba completamente curioso.

Jamas había tenido relaciones, aun cuando al volver se suponía que contaba con un novio. Sin embargo Wade jamas lo había tocado, al principio lo había tratado como un objeto sagrado.

«volviste a mí».

Pero tal parece que con sorprendente rapidez, y luego de la euforia de la emoción de tenerlo devuelta. El había notado que no era lo mismo, por lo que Wade se volvió como una sombra incómoda, lo quería por supuesto, era la persona que había echo volver por amor. Pero lo supo, incluso antes que Tony.

Por lo que se volvió distante, ahora no era un objeto valioso, ahora era similar a una bomba. Wade lo trató como tal, aún siendo considerado con el, pero incapaz de ocultar su reciente disgustó. Permaneció a su lado, cuidando sus pasos. Alimentando la frágil esperanza de su padre.

Peter no comprendía por que, si aún sabiendo que no era la persona que amó. Por que se quedó cuidándolo. Luego lo comprendió. No era a el a quien estaba protegiendo, Wade había permanecido por Tony.

Y tal parecía, a basé de lo que había visto, que Tony lo correspondió. Eso sorprendentemente lo había molestado enormemente. Es decir, no sentía nada hacia Wade. Pero consideraba que lo que ellos habían formado era una traición completa hacía el viejo Peter.

Esos hijos de putas, egoístas. Habían arrastrado a Peter de la pacífica calma de la muerte, lo habían condenado a el mismo a pasar una desagradable hambre. Y toda razón de aquel acto, era que lo amaban tanto que no podían imaginar una vida sin el. Formaron un desastre que Peter tuvo que soportar como una condena. ¿Y para qué?, Al final esos traidores habían encontrado el consuelo de sus vacíos, compartiendo una cama...

Parte de el deseó arrancarles la vida, tomar la carne traicionera de sus dos vigilantes. Pero si bien, el envidiaba a Peter. También lo respetaba.

Era difícil no apreciar a su otro yo, al chico bueno de sus memorias que vivió y murió sin arrepentimientos. Era como un viejo amigo dentro de el, viviendo solo en sus recuerdos. Y lo entendió tan rápido, que nisiquiera dió el primer pasó.

Olvidó la idea de una masacre, sabiendo que Peter jamas lo había concedido. Fue un acto de respeto hacia su memoria. No los mataré a ellos, pero ya no estoy dispuesto a morir de hambre.

Ese había sido el principio de todo, Peter se marchó esa noche como una sombra, dispuesto a dejarlos atrás. Comenzando su cacería.

Y resultaba muy curioso para el, tener ahora la oportunidad de vivir diferentes experiencias en carne propia. Como ahora, mientras Beck tomaba su mano, para guiarlo por aquel pasillo, regalándole miradas coquetas.

Peter podía esperar, aguantar su creciente apetito unas horas más. Mientras degustaba la piel de su presa de una forma diferente. En el momento en que entraron al oscuro departamento, y tras ver cerrar la puerta a Beck, Peter fue quien invadió todo su espacio en un sorpresivo beso que fue bien recibido.

Por supuesto Peter estaba desesperado por volver a probar su sabor, las manos ajenas respondieron al acto tomando entre ellas al cuerpo ajeno. Peter fue estampado contra la pared, su espalda ardió quedamente ante el impacto y el bufó como un toro en respuesta.

Beck no era violento, solo pasional, no lo estaba dañando en lo absoluto, pero Peter no poseía las mismas intenciones. Como un amante caprichoso mordió su labio con gran fuerza, unas gotas de sangre brotaron de la reciente herida. Beck se alejó de el entonces, pareciendo confundido, tocando su labio y mirando a Peter.

Pero el no estaba dispuesto a dar explicaciones, solo sonrió orgulloso de la herida y procedió a acercarse a su presa. La cual no se alejó, dejando que la mano suya sea retirada con un movimiento suave. Beck tomó una larga bocanada de aire cuando Peter rozó con la yema de su dedo el corté. Para después llevar ese mismo dedo hacía su propia boca. Como si estuviera degustando el vino mas caro, Peter gimió levemente ante el sabor metálico de la sangre.

Fue extraño para Beck, pero no menos atractivo. Le dejó invadir mas su espacio, sintió sus manos tomar su rostro y lo vio inclinarse mas sobre el, sus ojos peligrosamente encendidos, mientras que con su lengua comenzó a lamer la herida. Fue erótico. Por lo que se vio obligado a besarlo, ignorando el ardor del labio maltratado.

La mezcla de la sangre, junto a la saliva hicieron de Peter un chico tembloroso. Como un adicto demasiado cerca de una recaída. Costó de toda su fuerza de voluntad para no abrir la carne restante con sus dientes, agradecido de que su deseo sea mas fuerte que su hambre.

Beck lo toco como un hombre conocedor de su anatomía, cada punto presionado desataba una corriente placentera en Peter, la corriente se acumulaba de una forma obscena en la parte baja de su vientre.

Los dedos acariciaban su ahora desnuda piel, ambos cuerpos sintiendo el confortable calor de la carne. En el proceso de desnudarse y llegar a la cama, Peter había logrado hacer dos encantadoras marcas en Beck.

Una mordida reluciente en su pecho, justo sobre su corazón, y otra muy bonita en su barbilla. Ambas casi superficiales, por que Peter solo habia ejercido la presión necesaria para abrir la piel. Beck habia siseado en respuesta, como una queda protesta ante la hostilidad de Peter.

Pero Peter no le prestó atención, el podía olerlo y sabía que tan excitante había resultado para el hombre.

Bloody HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora