¡Sorpresa supervisora!

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Manejo con cuidado hasta su mansión sin comentar nada, al llegar dejó el auto en el estacionamiento.

Bajó con apuro, mientras su supervisora terminaba de organizar su desorden, era torpe en ese momento por lo que no se dio cuenta que azotó la puerta.

—¡Oye! —protestó tras escuchar el portazo —¡¿Qué te pasa?! Más pasito con mi bebé —dijo exaltado

—¡Lo siento! —dobló el ceño

Axtrik giro su rostro de nuevo con fastidio e irá, entró a su casa dejando la puerta abierta que conecta con la cocina, nunca le gustó esa división.

Por lo que quería modificar esa parte de su casa, cuando su supervisora llegó a la casa, la dejó sola en la cocina; ella dejó su bolso en la extensa isla que lo único que tenía era aún tazón de frutas.

—Quédate aquí, debo ir por algo y luego hablaremos —su voz fue grave

Sus pasos se alejaron, bajó su cabeza con el ceño doblado, le dolía la cabeza de solo ver a Axtrik de esa manera.

Ese temperamento significaba despido inmediato además su pequeña pelea con Mei tampoco había ayudado.

«Estoy segura que va a despedirme, ¿por qué acepté venir con él? Debí quedarme en mi casa ahogándome en mis penas con un helado»

Escucho sus pasos regresar, pero no fue capaz de levantar la cabeza, no quería.

Axtrik la observó con lástima.

—Levanta la cabeza —ordenó

Ella negó.

Axtrik rodeó los ojos fastidiado, se acercó a ella tomándola del hombro insistiendo otra vez, la movió con fuerza para que levantara la cabeza, pero ella se seguía negando.

Hasta que le fastidio el movimiento brusco que estaba ejerciendo Axtrik.

—¡Ya! — gritó con fuerza

Apartó la mano de Axtrik sorprendida por ver al cantante con un ramo de rosas rojas con mariposas encima y una corona.

A su alrededor cartas de feliz cumpleaños con una bella tipografía.

—¡Feliz cumpleaños Hécate! —sonrió con alegría

Bajó los brazos, una parte de su cuerpo había resucitado con él y su ramo.

Pero otra deseaba matarlo en ese momento.

—Axtrik... eres un hijo de puta —susurró con los ojos aguados

Se acercó a él con intenciones de golpearlo, Axtrik tenso el ceño asustado por lo que podría hacer la mujer.

—Hécate, cálmate —estiró el brazo agitando la mano para evitar que la mujer lo golpeará

Hécate enojada lanzó un puño, que por fortuna logró evitar con su brazo desviándolo, pero el pisotón de pie no logró salvarlo.

—Ahg —se quejo

Hécate se separó de él con las lágrimas bajando por su mejilla, apretaba los dientes con fuerza, parecía un niño de dos años cuando le quitaban un dulce y estaba a punto de hacer berrinche.

En poco tiempo dejó salir todo lo que tenía para ofrecer, las lágrimas se desbordaron con fuerza de sus ojos.

Estaba a punto de gritar cuando él la abrazó, el ramo lo había dejado en la isla, su cabeza quedó en su pecho sus manos subían y bajaban por su espalda, sus labios tarareaban una melodía.

—Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños ti, feliz cumpleaños quería Hécate, feliz cumpleaños a ti —canto con suavidad dejando un suave beso en su coronilla

Mi jodido cantanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora