Cuando dos almas se encuentran no hay poder humano que las destruya.
Axtrik es uno de los cantantes más famosos de su país, tiene varios títulos, una prometida hermosa y una carrera exitosa.
Aunque todo se torna rosa, el caos al recibir la noticia m...
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—¿Estás listo?
—Déjame ensayar por última vez —pidió
Hizo sonidos con la garganta, algunas notas musicales, salta un poco y relajo su cuerpo.
—Dios, hizo un buen trabajo con el vestuario —Hécate se acercó a él apreciando su atuendo
La chaqueta de cuero característica de los metaleros, un collar con su firma, el pantalón negro hecho con una tela similar al cuero y por último una blusa traslúcida con ligeros detalles dorados.
La parte trasera de la chaqueta también tenía su nombre.
—Me impresiona lo que se inventa en tampoco tiempo —reconoció
Por último, sus anillos los cuales lo caracterizaban.
Se acercó al escenario escuchando el bullicio de las personas que lo llamaban con entusiasmo, trago saliva algo nervioso, su hombro fue acariciado por Hécate.
Giró su rostro a la mujer que tenía una gran sonrisa en sus labios, una invaluable que lo llenaba de confianza.
—Tranquilo, vas a dar el mejor concierto de tu vida —su suave voz le dio esperanza
—Muchas gracias —quitó la mano de su hombro para besarla —muchas gracias, madre
La mención hecha hizo que su corazón latiera, su última sonrisa le dio mil años de vida.
Axtrik sostuvo el micrófono con la mano temblando por lo que podía pasar; sin embargo, el pánico escénico tuvo que esperar, las luces se apagaron y era hora de salir.
Subió las escaleras, dando pasos largos mientras miles de personas gritaban con entusiasmo, el brillo de sus celulares no fue suficiente para que el artista se notará.
Desde cierta distancia, Ilain observaba el escenario, el ejecutivo tenía los brazos cruzados, el ceño tenso, la mandíbula marcada por el apretón de dientes.
los encargados de los efectos especiales empezaron a hacer lo suyo, los reflectores golpearon el cuerpo del artista junto a sus compañeros.
Él tenía la cabeza baja, el micrófono bajo, al igual que sus compañeros con sus instrumentos.
El público enloquece, grita, se desvive.
Axtrik al escuchar su nombre en múltiples ocasiones levanta su cabeza un poco.
Pega el micrófono en sus labios, el único sonido que resalta es el de su respiración.
—Hola... títeres del diablo —sonrió
Las pantallas enfocaron esa sonrisa, con sus palabras la guitarra eléctrica fue tocada de inmediato mientras la música pesada salía de ella.
El público de nuevo grita con fuerza, pronto se apagan las luces de nuevo, el brillo de los teléfonos son estrellas en la oscuridad.
