Maldiciones, Bromas y Bebés, ¡Dios mío!-Traducción

CAPÍTULO 3

Cogió la pequeña espada que estaba sobre la mesa y la estiró hacia Malfoy.

"Tiene que ser una hoja de obsidiana". Dudando un poco antes de tocarlo, le quitó el cuchillo de la mano. Cogió el suyo y lo sostuvo sobre el caldero burbujeante. "Necesitamos al menos..."

"¿No podemos usar un hechizo?" preguntó, y ella lo miró a la cara por primera vez desde que entraron a su laboratorio de pociones. La luz de la lámpara parpadeó sobre sus mejillas, pero incluso en la poca luz se dio cuenta de que su rostro estaba pálido.

"¿Estás bien?" Cuando él asintió, ella intentó aliviar lo que fuera que le molestaba. "Realmente no dolerá. Quiero decir, dolerá, pero podemos curar el corte en menos de treinta segundos.

Frunció los labios y miró hacia el caldero, el humo verde ondeando alrededor de su rostro. "A mí... no me gusta la sangre... o que me corten tanto". Él no la miró a los ojos y ella pensó que podía ver un sonrojo subiendo por debajo del cuello de su camisa.

Ella empezó a reír. No porque fuera gracioso que tuviera miedo de algo (era perfectamente normal sentir náuseas al ver sangre), sino porque parecía muy aterrorizado de decírselo. Seguramente no pensó que ella se burlaría de él.

Pero entonces, un recuerdo pasó por su mente. No era suyo, sino uno que Harry compartió con ella hace años. Había sentido curiosidad por la contramaldición que Snape había usado después de la pelea de Harry y Malfoy en el baño de Myrtle la Llorona.

Cuando todavía estaba entrenando con el departamento de Aurores, pensó que sería útil estudiar la maldición y sus repercusiones, por lo que Harry había compartido su memoria con ella, de mala gana, por decir lo menos. "No estoy exactamente orgulloso de esto", había dicho, con una expresión de dolor en su rostro mientras le pasaba el frasco, la sustancia arremolinada y humeante bailando detrás del vidrio.

Recordó a Malfoy tirado sin vida en el suelo, con los ojos frenéticos mientras la sangre manaba de él. Hermione recordó haberse asombrado.

Lógicamente, sabía que una persona podía perder unos tres litros de sangre antes de morir, y sabía por el testimonio de Harry lo cerca que había estado Malfoy de morir tirado en el agua sucia del baño inundado, pero viendo dentro de la mente de Harry la cantidad de sangre que había sido cubierta fue nada menos que impactante.

Recordó los cortes en su pecho y torso cuando Snape le había rasgado la camisa para curar las heridas, y era probable que el Malfoy frente a ella ahora estuviera recordando el mismo incidente.

Ella le tocó el hombro suavemente, tratando de sacarlo de sus propios recuerdos, y él se estremeció ligeramente bajo su toque. Parpadeó un par de veces y la máscara de calma volvió a su rostro. "Qué tonto, ¿verdad?"
 
"Eso no es tonto, Malfoy. Puedo... puedo hacerlo por ti, si eso te sirve de ayuda. Siguiendo el ejemplo de su comportamiento hace unas noches, cuando intentó hacerla reír después de que ella le revelara sus propias inseguridades, añadió: "Y ni siquiera me reiré de ti si te desmayas. O al menos no me reiré después de Rennervarte .
 Realmente no puedo prometer nada una vez que salgas".
 
Él puso los ojos en blanco y se rió, pero le entregó el cuchillo y tentativamente le tendió la mano. Ella tomó su mano entre las de él y apoyó el dorso contra la palma. Era la primera vez que se tocaban desde el extraño incidente entre ellos hace unas noches, y su cuerpo reaccionó inmediatamente al sentir su mano en la de ella.
 
Dioses, eres patética.Apartó esos pensamientos, tratando de concentrarse en la tarea que tenía entre manos. 

Rizos castaños y mejillas con hoyuelos. Rizos castaños y mejillas con hoyuelos.

 Respiró hondo y empezó a contar. "Uno, dos-", rápidamente aplicó suficiente presión para romper la piel y bajó la mano rápidamente, cortando un corte de dos pulgadas a lo largo de su palma.
 
"¡Mierda!" gritó, pero hay que reconocer que no retiró la mano. Estaba mirando la pared opuesta a ellos, mirando fijamente las filas de armarios de pociones y negándose a mirar la sangre que brotaba de su mano.