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"la suerte del último recuerdo"

Los demonios se veían intimidantes aunque viendo detenidamente sus bocas parecían estarse susurrar se cosas como colegialas enojadas sobre quien se veía más bonita.

Volvi a sentir el peso del brazo de la señora Ryoshin sobre mí me daba escalofrío, no dejándome NI NARRAR CON CLARIDAD por estar recordando el brazo de mi padre sobre mi.

-T/n- me llamó la señora Ryoshin con un hilo de voz cuando volteé a verla, estaba llorando estaba asustada y era obvio- tú... tú también perteneces a la compañía ¿no hay ninguna posibilidad de que tú también puedas hacer algo? -

- no - apenas contesté mientras trataba de no pensar en su brazo sobre mi espalda baja, sintiendo lástima por la señora Ryoshin- lo siento-

<Lo único que puedo hacer es correr>

Casi agregó por me detuve justo a tiempo.

No....si puedo hacer algo.

-¿señora Ryoshin cuando pesa usted?- le pregunta tratando de sonar de forma fluida, más cuando ella volteo a verme parecía confundida así qie repetí la pregunta y contestó-

Era más de lo que había cargado alguna vez, pues mi récord personal eran 43 kilos en la espalda y podía seguir corriendo sin problema, los puentes de abajo se movían de forma rápida pero mientras más arriba y cercanos a la plataforma más estáticos así que no sería tan difícil correr con ella en la espalda, los demonios me aterraban y solo quería salir de aquí con la señora Ryujin y a la pequeña ardilla, eran tres demonios y ya hay mucha gente aquí arriba por lo que si el niño ese no se da prisa esto será todo en una masacre, algo que no quiero volver a ver.

Por lo que solo tenía que encontrar la forma de cargar a la señora Ryoshin, tal vez mi rapidez se vea afectada pero ella dijo que por aquí arriba de la montaña había zonas donde se podía ver el atardecer, si lograba saltar a una de esas zonas todo estará bien, me gustaría salvar a mas pero eso es todo lo que puedo

hacer yo.

Y aun asi hay probabilidades de que no funcione.

- yo nos sacaré de aquí- aseguré aunque no sé si fue para calmarla a ella o a mí, porque siento que apenas me levante voy a mearme del miedo-

La tomé de la muñeca del brazo que me rodeaba y lo llevé a mi cuello arrastrándome hasta estar más o menos debajo de la señora Ryoshin esquivando otra flecha que se deslizó cerca nuestro, mientras intentaba ignorar cantidad de gritos de las personas y los llantos de los niños, cuando otra flecha paso sobre nuestras cabezas dándole a un chico de haori verde que cayó de un puente a otro más bajo.

Todo estaba listo, arquie las rodillas y me levanté con fuerza con la señora Ryoshin en la espalda y la ardilla en el bolsillo, sentí como mi mirada se cruzó con la del demonio sin camisa por un segundo en el que comencé a correr hasta llegar a la punta del puente, me costó mucho saltar y en ver el pasto, cuando un puente se formó de la nada frente a mi apoyando los pies como pude intenté seguír corriendo hasta llegar a la punta, donde plante bien los pies en la madera doblando medio cuerpo alcanzando a escuchar como me trono la espaldale lance a la señora Ryoshin ríos tan lejos como pude, viéndola desaparecer por un segundo entre la niebla pero alcanzando a ver cómo llegaba el pasto haciéndome sentir bien por eso, al menos ella estaba a salvo o eso quiero pensar para tranquilizarme, sonriendo inconscientemente.

Más mi sonrisa se desvaneció cuando otra flecha pasó junto a mí soltando un gritito volviendo a ponerme alerta y entrando en pánico, cuando el puente se movió comenzando a quedar en 90 grados, traté de correr a otro puente que estaba en frente, pero este desapareció y desde abajo otro me golpeó empujándome hacia arriba, intenté sujetarme de la madera del puente, más este dejó de subir levantando mi cuerpo de la madera sacándolo del puente solo alcanzando sujetarme de las cuerdas del barandal y, como si mi cuerpo quedara suspendido en el aire unos segundos mire hacia abajo notando la gran altura a la que estaba apenas alcanzando a ver el suelo por el que antes caminábamos, sintiendo un hormigueo apoderarse de mi cuerpo que dejó de reaccionar e incluso la cuerda de la que me sujetaba pareció desaparecer.

Suerte {Muichiro Tokito y tu}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora