三十四

361 21 5
                                    

"La suerte de seguir aqui"

De forma rápida llevando una de mis manos a la parte trasera de la canasta tome a Sopaipilla con una mano mientras e cuervo de Himejima-Sama volaba de mi hombro quedándose junto a mi.

El chico siguió corriendo dejando caer a canasta de mi espalda corrí a la sede pasando al chico de inmediato, saltando un arbol y unas piedras pase a unos cazadores. Me agaché para pasar por una ventana clavada al suelo, pase a otros cazadores, pase a un corredor  saltando unas tablas quemadas mientras cruzaba unos arboles pasa a un demonio casi tan grande como un arbol, tenia cuatro brazos y todo lo que era su rostro estaba cubierto de dientes que formaban una inmensa boca. Deslizandome por la tierra pase de el llegando a la finca del patrón, o donde se supone que debería estar.

-Busca a Muichirou- Apenas le pude susurrar al cuervo de Himejima-Sama cuando llego una vez más a mi lado-

Mi misión era clara, tenia que ir por los pilares, ayudarles a comunicarse y curarse en caso de que lo necesitaras

¿Pero como ayudaros si no se en donde están?

Antes de siquiera poder moverme mi cuerpo se estremeció de un momento a otro, el aire se volvió pesado y el viento antes cálido se hizo helado, fui consciente de mi respiración cortante y forzosa, la piel se me puso de gallina y por primera vez tuve miedo a parpadear.

Mi vista fue a parar a los escombros de la finca del patrón, de ellos un hombre comenzaba a salir con dificultad, su piel volvía y extremidades volvían a formar un cuerpo humano, aunque eso era lo que menos era.

Se parecía un poco al patrón, pero el aura que emanaba su mera presencia no era nada parecida a la del patrón.

El era Muzan Kibutzuji, el rey de los demonios.

Sus ojos apenas terminaron de regenerarse eran rojos, seguramente así es como se ve el infierno. No decía ni una sola palabra a pesar de que su cuerpo entero estuviera lleno de sangre y heridas, no era como ningún otro demonio que antes hubiera visto de seguro así es como se debe ver satanás.

Estaba frente a mi, estaba a muchos metros de mi pero era como si esos metros por un momento dejaran de existir y lo tuviera en frente, no podía moverme,  mis piernas no temblaban pero estaban como roca, cuando corría hasta acá no sentí el menor cansancio pero mi corazón latía con fuerza y a pesar del aire frio mi espalda sudaba pegando mi uniforme a mi cuerpo.

Lo levantar un brazo que fue inmediatamente cortado por los pilares del viento y la serpiente al mismo tiempo que un temblor se hacia presente. Desde atrás Shinobu-Sama se asomo con su pareja desde lo más atrás de los escombros, Shinobu-Sama se impulso con ayuda de su pareja para altar en contra del rey de los demonios mientras que su pareja se alejaba de regreso a la finca mariposa.

También debía ir.

El temblor se hacia mas fuerte.

Los cueros Kasugai sabían encontrar a sus dueños, así que no tenia porque preocuparme de que  volviéramos a encontrarnos.

Y más fuerte, venia desde atrás, el sonido de o que parecía a la distancia el crujir de las ramas se aclaro rápidamente y se  convirtió rápidamente en el sonido de arboles cayendo y siendo reducidos a ramas y astillas.

Cada vez más cerca, encima de mi. Mis pies se movieron solos una vez más quitándome de la cercanía de los arboles dándole paso a una gran cantidad de demonios que tenían sangre los cuellos y bocas, pero no creo que fueran suyas.

Con fuerza tome a Sopaipilla abrazandola a mi pecho corriendo esta vez a la finca mariposa, debía llegar rápido,  tomar mis cosas y volver a salir.

A medio camino me encontré a varios de los Ran nā corriendo hacia la finca o ya saliendo de esta con las cajas en la espalda, saltando las piedras y acortando camino balanceandome con las ramas de los arboles aun en pie pase rápidamente de todos ellos estando a punto de entrar a la finca junto a una corredora sentí como me agarraban de la parte trasera del cuello del uniforme alejandome de la puerta en el mismo instante que un demonio saltaba contra la chica despedasando su cuerpo escuchando por unos segundos sus gritos antes de que esos cesarán.

Suerte {Muichiro Tokito y tu}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora