二十二

301 27 1
                                    

"La suerte de..."

Tirando la caja hacia arriba, por fin termine de arrastrarme de nuevo a la superficie rodando a un lado para alejarme de la orilla por soltando un resoplido cansado por todo el esfuerzo que había puesto para volver a subir.

Sentía el sudor recorrer mi espalda y frente, y como mi cabello se había desordenado, además de mi ropa algo sucia por la tierra.

Ojalá nadie me viera en esa situación.

Volví a caminar con dirección a la casa que indicaba carta, mientras con un pañito que tenia guardado en mi caja me secaba la cara para luego golpearlo contra mi ropa para quitar la tierra.

Llegue a las afuera de la casa y para no molestar a los vecinos, ni quedar como demente gritandole a la nada en caso de que no hubiera nadie dentro preferí hacer lo que mejor se me da y entrar a la casa sin permiso.

Abriendo la cerca de madera comencé a cruzar el patio sin salirme del camino de tierra que guiaba a la entrada de la casa que era para mi gusto tan linda como la calle en general, llena de plantas y pocas flores, todas casas de dos o tres pisos con techos de madera de un color muy vivo y paredes casi de papel color blancas que hacían que se vieran aún más lindas al contrastar con el verde de las plantas.

Si esta es la vida que puedo conseguir como campesino, no seria mala idea cambiar de trabajo.

Rodé los ojos para ver al rededor de la puerta de entrada, tocando con duda la madera que juntaba ambas esperando a que me contestaran. Llame una vez...Dos veces...Luego tres...Me senté a esperar, tome solcito, me robe dos tomates, volví a tocar pero nadie me abrió.

Iba a dejar la carta y volver dentro de unos días cuando haya terminado de entregar las cartas y paquetes esperando que hubiera alguien.

-No hay nadie ahí- Escuche a mis espaldas cuando dejaba la carta atrapada entre ambas maderas de la puerta de entrada- Ni ahora, ni tal vez nunca más-

Al voltear encontré a una anciana con un niñito, tal vez su nieto.

-¿Por que?- Le gunte-

¿Se habrán muerto?

-Salieron al teatro hace una semana y no han regresado- Me explico la mujer, sonaba preocupada- Ninguno de los que fueron al teatro ese día volvieron, el teatro desapareció-

O tal vez solo se cayo en una foza. También puede pasar.

-¿Y nadie sabe que paso...con el teatro?-

-No, si los conocias-

La verdad no.

- Lo lamento mucho- Mostró condolencias la mujer y junto al niño hicieron una reverencia-

-Gracias-

No se por que, pero por respeto también hice la reverencia.

No hablamos más, la señora y el niñito se fueron y segundos después yo también siguiendo con mi ruta de entregas agregando la carta a mi lista de cargas que no pudieron ser entregadas.

Cuatro días más tarde volví a pasar por aquel pueblo casi de noche cuando las luces del lugar se apagaban poco a poco y tras caer y levantarme de tres pozos, comencé  a buscar un lugar donde quedarme, pensando en que podría pasar por la casa de antes y ver si esta vez había alguien ahí y si no, podría quedarme.

Cuando no muy lejos, musica y risas se escucharon de un teatro, a lo mejor y había vuelto a salir el teatro del pozo y tal vez estén dando un espectáculo de comedia para celebrar y recordar el mal rato con risas.

Suerte {Muichiro Tokito y tu}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora