"La suerte de estar en el epicentro"
Hablar con Hejima-Sama había terminado por ser bastante liberador, si podía decirse además me había dado comida y eso le daba puntos extras a la charla.
Aunque por otro lado habia terminado con bastantes dudas ¿Como conoció mi papá al patrón? ¿Conocía la compañía? ¿Eso fue antes o después de conocer a mi mamá? ¿Ella lo sabia? ¿Papá llego a trabajaba para compañía? ¿Conocer al patrón no garantizaba nada sobre una vida plena? ¿De donde termino sacando Himejima-Sama el bollito de carne?
-Kotetsu!!- Escuche mientras caminaba por la villa-
¿Por que el nombre se me hace tan conocido?
Algo rápido y pequeño paso junto a mi haciéndome tropezar cayendo a un lado en el agua que bebían los animales.
《Pues ya recordé de donde se me hacia familiar》
Me dije mentalmente mientra escupia el agua que se me había metido en la boca y comenzaba a tratar de salir, teniendo que empujar la cabeza de un caballo que había metido la cabeza con la intención de beber agua.
[...]
Luego de salir del bebedero comencé a caminar una vez más siempre poniéndome al sol para alcanzar a secarme para cuando cayera la noche, no quería volver a pasar otra noche con la opa mojada, podia pasar otra noche a la intemperie y con hambre, pero no temblando de frío.
Tenía más de la mitad de la ropa seca cuando el sol estaba a medio ocultarse.
Mientras volvía a la villa por el camino, a mi rincónsito de ayer comencé a escuchar unos gritos acompañados del sonido de la tierra y que parecía ser el sonido de madera chocado entre ella. Solo por curiosidad voltee, no logrando ver nada más que arbustos y algunas copas de arboles bajos o caídas amontonadas junto al camino, por lo que tras moverlas un poco astillandome y rascándome las piernas en el proceso logre ver al niño de cabello largo, un maniquí de muchos brazos y una piedra de colores que gritaba.
Levantando y bajando los hombros volví a dejar que las hojas cubrieran el pequeño lugar de entrenamiento pues no quería volver a lidiar con ese niño, hasta que recordé que las piedras no gritan, volví a mover las hojas frente a mi, viendo como aquella piedra era otro niñito, pero mucho más pequeño.
Escuche un aleteo acercarse, por lo que voltee hacia atrás soltando la rama del arbol que sujetaba que salio volando hacia arriba golpeando algo que termino enredado en las copas de los arboles.
Volví a levantar y bajar los hombros no dándole importancia una vez mas alcanzando a ver cómo agarraba a la piedra del cabello golpeando lo con una katana de madera una vez más.
-Oye!- Le grite saliendo de entre los arbustos que por las zas me rasguñaron las piernas, alcanzando a sentir una cálida brisa pasar junto a mi casi al mismo tiempo-
-YA DEJALO!- Escuche como el chico de la caja daba un salto intentando ¿Golpear con la cabeza al niño de pelo largo?-
El niño simplemente se quito soltando la katana de madera pero no a la piedra niño de colores, al cual sostuvo del cuello posiblemente comenzando a asficciarlo.
-¿Como puedes hacerle eso a un niño?- Le reclamo el de la caja mientras yo casi volvía a meterme entre los arbustos, parecía tenerlo todo controlado-
Mientras volvía a meterme en los arbustos una mota negra cayo desde la copa de los arboles al piso la cual patee por el susto lanzandola lejos.
-Perdon! Le chille a la motita al notar que era un ser vivo, cubriendome la boca con ambas manos volteando a ver a los demás que afortunadamente seguían en lo suyo-
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Suerte {Muichiro Tokito y tu}
Fanfiction->pido perdón de ante mano si no es lo que esperabas -> T/n sin identidad de género Piensa que esta a salvo por que el tiene memoria a corto plazo, pero sin importar en la situación en la que estén el recuerda su existencia, por que le debe dinero.