二十五

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"La suerte de devolverte el favor"

Los tambores se hicieron presentes y como si fuera una señal la demonio salto sobre mi, teniendo que hacerme a un lado adentrandome a los asientos del publico para poder esquivarla al mismo tiempo que escuchaba sus gritos molestos a los que no les di importancia y seguí arrastrándome por entre los pies de la multitud que seguían aplaudiendo, riendo y alabando lo que estaba pasando en el escenario.

Hasta que llegue al otro lado no me detuve, me encogí en la esquina apegandome bien junto al asiento final al otro lado del teatro tratando de pensar en un plan que fuera al menos minimamente coherente, más nada de eso llegaba a mi mente, en su lugar solo podía pensar en las palabra de la demonio y todo lo que había visto a lo que parecía ser solo unos minutos atrás. Pero era obvio que había pasado mucho más tiempo que solo unos minutos, de seguro habían pasado días y era aterrador.

Cerré los ojos por unos segundos tratando de no seguir pensando en aquello pero era imposible, trate de decirme que no había sido mi culpa pero era imposible, trataba de pensar en un plan pero era imposible, en verdad en ese momento incluso querer solo dar un paso lejos de aquel asiento me parecía imposible.

Volví a escuchar los tambores que por el susto me hicieron abrir los ojos, volteando a ver al escenario a Muichirou con el traje rojo, me pregunte que estaría pasando por su cabeza y cuantos más ya habrían estado en aquel papel, cuantos habían aceptado morir y cuantos más aceptarían si la demonio seguía aquí.

Me sentí mal y no por la fatiga o la falta de agua, me sentí mal por que podía hacer algo, podía hacer aquello que no pude hacer con mi propia familia, podía salvarlos pero el miedo a morir me paralizada como aquella vez y me hacia sentir mal.

Y me sentí aun peor cuando vi a los señores Ryoshin sobre el escenario, así como todos parecían exhaustos pero aun así bailaban y hablaban como si nada. Supuse que como Muichirou tomaba mi puesto alguien debía reemplazarlo, además de a la chica que había caído conmigo y al propio Muichirou.

Entonces una pareja cayo tras tropezar tal vez con sus propios pies, las cortinas se cerraron y al volver a abrirse esos ya no estaban, en su lugar dos personas que estaban en los asientos en los que me apoyaba se levantaron y caminaron al escenario. Usaba al publico como actores y con las puertas abiertas cualquiera podía asomarse y entraba a formar parte de todo esto.

Trate de detenerlos pero como no sabia donde estaba la demonio una vez más me quede ahí sin hacer nada, me pregunte de donde sacaban los cazadores la fuerza necesaria para enfrentarse a todo esto, me pregunte si soñaban con estas cosas al dormir, me pregunte si así como yo les reproche a Muichirou y a Himejima-Sama otros tambien les reprocharan por no llegar a tiempo, me pregunte si cuando esto terminara como podrían tener una vida normal, me pregunte cuantos de ellos tendrían familia, me pregunte tantas cosas y volví a pensar en Muichirou y en los señores Ryoshin. En como me había costado aprenderme el nombre de Muichirou y como este solo me lo aprendí por que una parte inconsciente de mi apagara la cabeza y los pensamientos de que debía alejarlo y deje que se encendiera el corazón, fue cuando comprendí que el también los es un ser humano, también se la paso mal y que él no tenia la culpa de lo que a mi me paso. Mientras que ya había olvidado el de los señores Ryoshin por separado, pero aún así me importaban, me ayudaron en más de una ocasión a pesar de que no era su responsabilidad y a mi parecer no lo merecía.

Y ahora los perdería, lo perdería todo por segunda vez. Pero no quería, no quería perderlo.

Ahogando un grito sentí como algo se subía a mi regazo, encontrando a una ardilla cuando voltee a ver, por un momento la ardilla ladeo la cabeza y se acerco a mi como si me abrazara, o al menos así lo percibí, con dos dedos la acaricié y la recordé, era la ardilla de la aldea de la luz, la que encontré antes de llegar con los señores Ryoshin. Y recordé los repentinos gritos de la demonio.

Suerte {Muichiro Tokito y tu}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora