Hendon era una aldea situada a diez kilómetros al noroeste de Londres. El viaje hasta allí, montados en dos viejos rocines que Sung había alquilado para la ocasión, resultó muy agradable, como gran concesión a Taehyung, que aún despreciaba todo lo inglés. La campiña boscosa que atravesaban era encantadora: valles y ondulantes colinas ofrecían estupendos panoramas; había muchos senderos sombreados, llenos de setos espinosos con capullos blancos y rosados a punto de florecer, madreselvas, rosas silvestres y campanillas junto al camino.
La aldea en sí era pintoresca, con un grupo de arracimadas casitas rústicas, una casa solariega relativamente nueva y hasta un gran asilo de pobres de ladrillo rojo. Había una pequeña posada, pero se oía tanto bullicio en el jardín que Sung prefirió continuar hacia la vieja iglesia cubierta de hiedra, con su alta torre de piedra, que se alzaba en el extremo norte de Hendon. Allí esperaba dar con la cabaña de Geon.
Había sido una sorpresa descubrir que, en realidad, el joven no vivía en Londres. Les había costado tres largas semanas averiguarlo después de localizar por fin al señor Choi, el supuesto amigo de Geon, quien después de todo resultó no serlo. Pero les llevó por otros caminos hasta que al fin tuvieron un poco de suerte; mejor dicho, la tuvo Sung al hallar a alguien que conocía el paradero de Geon.
Sung dedicaba la mitad del día a trabajar para obtener dinero con que pagar los pasajes de regreso, y la otra mitad, a la búsqueda de Geon; mientras tanto Taehyung, por recomendación suya, había pasado aquellas tres semanas encerrado en su cuarto, leyendo una y otra vez el único libro que había llevado consigo en el viaje. Acabó tan asqueado de él que lo arrojó por la ventana, y como el libro golpeó a uno de los clientes de la taberna en el momento en que salía de ella, estuvo a punto de perder su cuarto debido al enojo del propietario. Fue lo único excitante que le ocurrió durante todo aquel tiempo de espera. La noche anterior, cuando ya estaba a punto de volverse loco o de arrojar algo más por la ventana para ver qué ocurría, Sung había llegado con la noticia de que Geon vivía en Hendon.
Hoy mismo, iba a reunirse con él, en cuestión de minutos. Su entusiasmo era tal que apenas podía soportarlo. Casi permaneció más tiempo acicalándose que todo lo que habían tardado en llegar a la aldea. Era la primera vez que dedicaba tanto tiempo a su aspecto personal, cosa que habitualmente no le parecía cuestión de mucha importancia. Llevaba un corsé amarillo con una chaqueta corta haciendo juego, el mejor de los conjuntos que había llevado consigo, y que solo se había arrugado un poco en el viaje hasta la aldea. Sus espesos rizos castaños estaban bien guardados bajo la cofia de seda también amarilla, dejando caer sobre la frente los mechones cortos, que el viento agitaba contra sus mejillas, haciéndola muy atractivo. Sus mejillas resplandecían de color y se había mordido los labios hasta darles un tono más rosado.
Quedaba tan gracioso cabalgando en su viejo rocín que durante toda la mañana las cabezas se volvieron para verla pasar, intrigando a los caballeros de los carruajes con los que se cruzaban, y a los aldeanos de Hampstead, pero solo Sung se daba cuenta. Taehyung estaba demasiado concentrado en sus ensueños y recuerdos de Geon. Eran tristemente escasos, pero tanto más preciosos por ello.
Había conocido a Geon al ser arrojado por la borda del barco de Seojoon, harto este de que su hermano lo fastidiara. Seis marineros saltaron al agua para rescatarlo, aunque nadaba mejor que casi todos ellos. Geon, que estaba en el muelle con su padre, también quiso hacerse el héroe. Lo que sucedió fue que Taehyung salió del agua por sus propios medios, siendo finalmente Geon quien hubo de ser rescatado. Pero él se dejó impresionar por su buena intención y quedó completamente deslumbrado. El muchacho tenía ya catorce años y él doce. Fue entonces cuando decidió que era el chico más apuesto y maravilloso del mundo.
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Amable y tirano - KookTae
FanfictionCon el corazón destrozado, Kim Taehyung está desesperado por regresar a su hogar en Corea. Deja sus penas en las costas de Inglaterra y, en un alarde de audacia, aborda un barco disfrazado de camarero para servir al capitán Jeon. Jeon Jungkook, un a...