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El hecho de que el horizonte estuviera cubierto de mástiles desnudos no garantizaba que, entre tantos barcos, se pudiera conseguir alguno que zarpara hacia Corea en breve. Cualquiera habría apostado que sí, y podría decirse que lo haría sobre seguro. Pero si Taehyung hubiera aceptado la apuesta, sin duda la habría perdido.

Casi todos los barcos que arribaron con el suyo el mes anterior, habían zarpado hacía ya tiempo con rumbo a otros puertos. Descontando los que se negaban a aceptar pasajeros, quedaban varios navíos coreanos, pero ninguno de ellos pensaba regresar a su lugar de origen antes del próximo año. Demasiado tiempo para Taehyung, sobre todo después de haber decidido que debía ser una persona impaciente. Y el único barco que zarpaba directamente y que parecía idóneo para sus propósitos, iba a retrasarse en su partida, según su primer oficial. Al parecer, el capitán estaba cortejando a una señorita inglesa y había jurado no hacerse a la mar mientras no se casara con ella. Era justamente lo que Taehyung necesitaba saber para rasgar dos de sus vestidos y arrojar el orinal de la habitación por la ventana.

Tenía tantos deseos de abandonar Inglaterra que ya empezaba a pensar en un viaje de ocho o diez meses en uno de los barcos coreanos que partían esa semana, y eso que solo hacía unos días que intentaban conseguir los pasajes. Así se lo dijo a Sung a la tercera mañana. Pocas horas después él apareció con los nombres de tres navíos ingleses que zarpaban la semana siguiente. No los había mencionado antes, imaginando que él no querría viajar en un barco inglés y con una tripulación totalmente del mismo origen; rechazar todo lo referente a ese infecto país era, por cuestión de principios, mucho más importante que volver a su casa. En efecto, el muchacho los descartó con bastante brusquedad. Fue entonces cuando Sung, vacilante, mencionó una alternativa que él no habría tenido en cuenta.

—Hay un barco que zarpa con la marea matutina. No lleva pasajeros, pero necesita un contramaestre... y un grumete.

Los ojos de Taehyung se dilataron con interés.

—¿Sugieres que regresemos trabajando?

—Es una ocurrencia. Sería mejor que pasar varios meses en el mar con un omega que ha optado por ser impaciente.

Taehyung rio entre dientes ante el énfasis dado a la última parte de la frase, a la vez que dejaba entrever una mirada de excitación. Era lo primero que le divertía desde que había descubierto la traición de Geon.

—Tal vez practique un poco menos la impaciencia una vez que estemos de viaje. Oh, Sung, me parece una idea estupenda —opinó, con súbito entusiasmo—. ¿Es un barco coreano? ¿Es grande? ¿Cuál es su destino?

—Despacio, niño. No es lo que piensas. Es el Maiden Anne procedente de las Indias Occidentales; tiene tres mástiles y un aspecto impecable. Una verdadera belleza. Pero creo que es un buque de guerra reformado y todavía fuertemente armado aunque propiedad de un particular.

—Cualquier navío mercante de las Indias Occidentales necesita estar bien armado si frecuenta esas aguas infestadas de piratas. Nosotros armamos bien a todos los barcos de la Skylark que navegan por el Caribe, e incluso así los atacan de vez en cuando.

—Es cierto —reconoció él—. Pero el Maiden Anne no es un mercante. Al menos en este viaje no va a llevar cargamento; solo lastre.

Amable y tirano - KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora