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Quisiera hablar de una conversación con mi madre, al tocar el tema de mi capítulo precente me dio más ideas para escribir.
Cuba es un mal país:
Somos esclavos del sistema, si no eres buen estudiante no cojes una buena carrera aún así el salario no te daría lo suficiente, si eres buen estudiante no te daría tiempo para disfrutar tu vida porque cogerías una carrera como médicina (un excelente ejemplo) terminarías de estudiar como a los 25 años, donde solo tendrías tiempo los sábados y domingos para ver a tu familia y aún así tendrías que cojer esos días para estudiar y tener que hacer demaciados viajes, y suerte su vives serca de la UNI o tienes una casa de algún familiar que te ayude, terminarías de estudiar y seria ahorar dinero para una casa o que te la compre tus padres, quien sabe, poco después tener hijos, tener que mantenerlos y cuando piensas que ya son grandes y que ya tienen 18 para irse de la casa, se te quedan mantenidos hasta que ellos se independicen también, te haces mayor y cuando piensas que ya te desasosiego de tus hijos es a cuidar a tu madre o a tu padre que ya están ancianos, somos esclavos del sistema y creo que hay personas que no disfrutan lo suficiente su vida, mi madre vivió su vida feliz, era pobre y estaba en otros tiempos, vivía en un lugar donde era solamente campo y cada casa quedaba como a kilómetros, no habían vecinos como aquel que dice; pero se esclavisó a sí misma a mudarce a un pueblo, ella hubiese querido vivir de la comida que ella siembra y en ese lugar donde podía divertirce aún bañándose con 5 chicas en un río, no para todos es igual, quizás mami y papi vivan en otro país y te saque de acá, quizás simplemente tu madre tenga mucho dinero por cosas de la vida, o quizás después de tiempo ahorres para irte o una misión a otro país y decidas quedarte quién sabe.
Me habló de cómo es una madre, de cómo empezaron sus miedos, de qué ella no le tenía miedo a los truenos ni tormentas hasta que nos tuvo, de qué un hijo es el verdadero amor que se puede encontrar, que el tiempo puede curar que el amor de tu vida muera pero aún teniendo 7 hijos, perdiendo a uno de ellos, es un daño que ni el tiempo lo cura, el hecho de que pasó tanto dolor para tenerme y tanto sacrificio para crearme y para que una cosa tan pequeñita, tan pequeña y débil, no muriese de un catarro o de una caída de cuna, eso hizo amarme.

Marian D.Mujica y Ana María










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