Al final del camino

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Cuando llegaron a la casa parecía vacía, quizá las grayas se habían equivocado; aún tenían unas cuantas horas para encontrarlos, salieron para montar a Pegaso pero lo encontraron convertido en piedra, las grayas no sé equivocado, Yalene estaba cerca.

─ Quiere tomarnos por sorpresa─ Atenea sonaba nerviosa
─Podemos con esto y más, solo hay que mantenernos unidas─ Iris las inyectó de optimismo; entraron a la casa, comenzaron a recorrerla, percibieron una sombra y se dirigieron en dirección a ella.

─Supongo que tú eres Cipris ─ sé escuchó una voz detrás de ellas, las diosas cerraron los ojos; sé sintieron torpes, nunca tuvieron la necesidad de utilizar armas en su vida, no tenían ni siquiera una daga o espada, estaban indefensas.

─ Abre los ojos, no planeo petrificarte─ esa voz sonaba dulce, se escuchaba frente de ellas, la única que abrió los ojos fue Cipris, pudo ver a una joven de apariencia casi normal, de no ser por la piel de reptil, y los ojos similares a los de las serpientes, aún conservaba su cabello de mortal, a diferencia de la Gorgona Medusa.

─ ¿Qué es lo que quieres?─ Cipris era quien le hacía frente, las otras dos diosas permanecían con los ojos cerrados detrás de ella.
─ Solo quiero que sientas lo que yo sentí, que pierdas aquello que amas, ¿dónde está el ateniense? ─ Yalene siseaba cómo serpiente.

─ Escúchame, él no tiene la culpa de lo que sucedió con Sandros, no puedes dominar los sentimientos de los demás.

─ No te pedí tu consejo, ni tu opinión, contéstame.

─ No sé dónde está, vine pensando que estaría aquí.

─ Comienzo a perder la paciencia, supongo que me cobrare con tu persona mi desgracia.
─ Ella no tiene nada que ver- se escuchó a Sandros caminando por la estancia hasta llegar junto a Cipris - fuiste tú, tú manera asfixiante de querer, no concebía la vida junto a ti; Cipris representaba libertad, yo amo eso de ella; te pido disculpas por la maldición, pero tenías que comprender de alguna manera; al parecer no fue castigo suficiente─ comenzó a escucharse un sonido vibrante, similar al de una víbora de cascabel, de inmediato Sandros cubrió con su escudo a las diosas eludiendo el rayo petrificador de la Gorgona, y en un movimiento veloz, casi imperceptible sacó su filosa espada y cercenó la cabeza de Yalene.

Los 4 se incorporaron solo para observar el cuerpo mutilado de la Gorgona.
─ Te pido disculpas, nunca pensé que todo se saldría de control- Sandros tomó las manos de Cipris ─ supongo que después de esto no podremos ni siquiera ser amigos.
─ Te equivocas, yo siempre seré tu amiga─ Cipris lo abrazó cálidamente.

Una nube de humo y polvo inundo la habitación y de entre el revuelo apareció Hades con dos cuerpos en los hombros, qué dejó caer súbitamente, Atenea corrió a abrazar el cuerpo inerte de Jerrome al qué veía por primera vez.

-Tardaste demasiado niño, hablare seriamente con tu padre sobre tu entrenamiento- Hades dirigió la mirada a Cipris y le guiñó un ojo.

- ¿Me puedes explicar que sucede aquí? - Iris comenzaba a irritarse
- Descuiden, están vivos pero inconscientes; sucede que después de la visita de Yalene a Demeheter sospeché qué algo así podía suceder, mi padre y yo le pedimos a Hades que escondiera a Melancton y a su acompañante en el inframundo, ahí estarían fuera del alcance de Yalene, pensaba resolver todo solo, pero tú te me adelantaste, y se complicaron las cosas.

Las horas habían expirado, era momento de regresar al Olimpo; Sandros tomó el cuerpo mutilado de Yalene; al salir de la casa pulverizó a Pegaso, convirtiéndolo en un montón de polvo, no pretendía que los mortales se asustaran; Iris y Cipris salieron de la casa, voltearon y se percataron de que Atenea no planeaba moverse.

- Apúrate que el tiempo se acaba- se podía percibir la desesperación en la voz de Iris.
- Yo no iré a ningún lado, ya sé los dije, los dioses estamos sobrevaluados, somos una especie en peligro de extinción, tengo un mejor futuro como mortal, las extrañare- tomó un pergamino que había en la mesa, escribió: créame una nueva historia, y lo colocó en la mano de Jerrome, después se acurruco a su lado y se quedó dormida


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