─ Espera afuera Sandros, en un momento te alcanzo─ el joven guerrero se despidió de Melancton y salió de la casa.
El joven maestro veía impávido a Cipris, sabía que ella se iría, dejando atrás todos los sueños y planes que juntos habían hecho.
─ Supongo que esto es un adiós, ¿verdad Cipris?─ se le cortaba la voz
-Escúchame muy bien, debo arreglar algunos pendientes, pero no dudes que te amo, y qué nos casaremos, sin importar mi pasado yo regresaré a ti; y llámame Ébano por favor- ella le guiñó un ojo, él sonrió y besó sus labios, se fundieron en un beso que llevaba por nombre, promesa.─ Por lo que escuché las cosas parecen complicadas, promete que te cuidaras.
─ Los que deben cuidarse son ellos- volvió a guiñarle el ojo y salió de la casa, se encontró con Sandros, el ambiente era tenso y el silencio incomodo, fue entonces cuando ella rompió el hielo.─ ¿Qué tienes pensado hacer?─ le preguntó a Sandros.
─ Yo he cumplido, he puesto todo en orden y ya puedes regresar al Olimpo- el comenzó a alejarse del prado de la casa.
─ ¿y qué fue lo que pusiste en orden, acaso hablaste con Demeheter? ─aquellas palabras estaban impregnadas de dolor, y resentimiento, quizá Cipris tuviera una vida distinta ahora, pero en el pasado se había enamorado de Sandros; sin embargo su indecisión y constante movimiento la habían lastimado, ella pensaba que su condición de semidiós era lo qué lo volvía inestable.
─ Sabes que no puedo- el sonaba profundamente apenado.
─ Eso no es novedad, solo llévame a casa- el tomo de la mano y subió al Olimpo.
........................*..............................Es difícil de describir el Olimpo, después de todo el término majestuoso es un término muy ambiguo, aquel lugar era una polis situada en una colina, casas blancas y todo lo que lo rodeaba era de contrastes brillantes, la hierba las flores todo era majestuoso, en lo más alto de la colina se encontraba el Partenón, hogar de Zeus y centro de reunión de los dioses.
A la llegada de Sandros y Cipris los recibió Atenea, quien abrazó cariñosamente a Cipris
─Amiga te encuentras bien, me da tanto gusto que regresaras─ Atenea y Cipris tenían personalidades muy parecidas, quizá por ello eran tan cercanas, al encuentro llego Iris, mensajera de dioses ella y Hermes eran el contacto con el mundo inferior y el Olimpo, era cercana a Cipris y Atenea.
─ Sin Iris jamás habría podido protegerte─ Cipris abrazo a la joven de cara redonda y ojos color aceituna, se había reencontrado con sus dos mejores amigas aquellas qué la protegieron de un destino fatal; una vez que paso la emoción del encuentro Atenea centro su atención en Sandros.Atenea era de carácter enérgico, ojos redondos, parecía siempre enojada, su cabello era negro y de un liso perfecto, muchos temían enojarla pues explotaba fácilmente.
─Se puede saber, ¿qué hace el aquí? ─El pronombre él sonó profundamente despectivo.
─ Yo traje de vuelta a Cipris.─Claro, después de abandonarla a su suerte y soltar la jauría de lobos para que la destrozaran, que pretendes, ¿ser el héroe?
─ Atenea no pretendo pelear contigo.
─ Claro que no; sabes perfectamente que tengo la razón; y tu Cipris no me hagas arrepentirme de haberte ayudado─ Cipris bajo la mirada-largo de aquí, el Olimpo es para los dioses, y tú no eres uno completo─ Sandros enfureció, no le gustaba que le recordaran que era un semidiós.
─ Sabes perfectamente que seré el sucesor de mi padre, y por lo tanto tu competencia- Atenea era diosa de las artes bélicas y la sabiduría, competencia directa de Ares.
─ Por favor ¿qué puede hacerme un niño de 2 años?
─Te recuerdo que poseo todos los atributos de mi padre.─Entre ellos su arrogancia y antipatía.
─Solo tienes envidia, porque mi padre es mejor, o ¿te olvidaste de Troya?─Troya era un tema sensible entre los dioses, Atenea apoyaba y protegía a los troyanos, y Ares al rey Agamenón; tras 10 años de lucha Ares se hartó y mando la inspiración a Odiseo para construir el caballo, Atenea jamás lo perdonó , lo consideraba como trampa.
─ ¿Tu que sabes de eso?, solo eres un mocoso con apariencia de adulto.
─Pregúntale a Cipris si eso es verdad- la joven diosa se sonrojo y hundió la cabeza, Iris paso un brazo por el hombro de la chica y la apretó fuertemente.
─ Suficiente; esta pelea se acabó, Sandros vete, creo que Cipris ha tenido suficientes emociones necesita descansar─ pocas veces Iris era tan enérgica, eso era trabajo de Atenea.
─Tengo pendientes que arreglar con ella─ Sandros parecía inamovible.
─ Eso puede esperar ahora lo importante es que regresó a casa, debe poner al día su vida, tiene que estar lejos de ti─ Sandros era un hombre inteligente sabía perfectamente que no tenía caso discutir, hizo una referencia en manera de despedida y desapareció; después de ello Iris y Atenea llevaron a Cipris a su hogar.
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Olimpo
FantasyCipris se encuentra en medio de una encrucijada, perdió sus recuerdos, victima de la envidia y la traición deberá enfrentar a los dioses del Olimpo para esclarecer que sucedió, y tomar una decisión: vivir en el Olimpo y ser una diosa, o ser un morta...