en la villa de los herreros no están permitidas las mujeres, es por eso que t/n ha vivido toda su vida en las sombras, pero es enviada a la academia por qué necesitan a un herrero.
es ahí en dónde se encuentra con el chico que siempre le ha gustado...
Llegó la hora del trabajo, estaba en la sala de herrero haciendo el pedido especial, y obviamente no estaba haciendo simples balas, pero me sentía mal, muy muy mal
Mierda…
Salí del taller totalmente sofocada, la sala obviamente tenía aire acondicionado, pero no me servía colocarlo si quería armas de calidad, en casa es mucho más simple trabajar.
Salí al pasillo levantando un poco la máscara para poder respirar
-¿Estás bien? -la voz de Rengoku detrás de mí-
-no -dije mirándolo- me estoy sofocando en esa sala con esta máscara
-¿Por qué no te la sacas?
-cualquiera puede entrar, no se tiene privacidad en esta academia de mierda…
-arreglaremos eso -dijo el señor Kagaya a mi espalda, si mi rostro estaba rojo por el calor, ahora estaba por la vergüenza, me dí vuelta a mirarlo
-no, yo… lo siento señor Kagaya, no quise decir eso…
-vamos a mi oficina -me dijo en tono amistoso
. . .
-ella es t/n, pero ya la conocen -dijo Kagaya a todos los pilares, yo me había quedado con una polera de tirantes y los pantalones de trabajo, no sabía lo que pretendía Kagaya, pero confiaba en él- quiero que sepan que ella trabaja para mí en asuntos administrativos pero desde ahora también va a ayudar al hijo de Haganezuka -lo miré tan rápido y con cara de sorprendida que toda la atención estaba puesta en mí- y confío en que ustedes guardarán el secreto para los habitantes de la villa, así que la verán constantemente por estos lugares
-Señor… -quise decir que no, que no se preocupara que no iba a ayudar en nada, pero los pilares empezaron a hablar
-que bueno que una mujer haga ese trabajo -dijo Mitsuri con una sonrisa amable- ¿Tú lo ayudaste con las dagas verdad? Las que eran para nosotros
-es obvio -dijo Iguro mirándome como siempre- ese niño idiota no los hubiera podido hacer solo
Mitsuri le empujó el hombro con una risita, pero después de hablar con Iguro el gesto me pareció más de amigos que de otra cosa
-nosotros no diremos nada -dijo Rengoku- no podemos perder al hijo de Haganezuka, ha Sido de mucha ayuda y la señorita t/n también
-sí -dijo Sanemi- los entrenamientos son más productivos con armas de calidad
-y no solo por eso -kanae lo empujó con el hombro- es una injusticia que si t/n sabe hacer el trabajo se tenga que esconder, todos sabemos que las mujeres hacen mejor trabajo que los hombres, pero para que ella esté más tranquila, nadie dirá nada
-¿Las mujeres son mejores que los hombres? -empezó a decir Uzui, pero shinobu lo interrumpió
-y si alguien opina diferente recuerden que nosotras dos los podemos envenenar a todos sin que se den cuenta
-y es por eso que estamos de acuerdo ¡Que vivan las mujeres! -dijo Uzui acomodándose en el asiento y consiguiendo la risa de todos- bienvenida pequeña
-gracias -dije un poco más tranquila-
-que bueno que el chico tenga ayuda -dijo sabito- por qué es mucho lo que tiene que hacer
-y se van a entender bien -prosiguió Tomioka- son novios así que no habrá problemas
-¿Novios? -dijo el señor Kagaya mirándome- Ustedes dos son… ¿novios?
-no… -Iguro frunció el ceño al escucharme negar- ehhh, ósea… es complicado señor
. . .
Me iba a mi sala, después que los pilares se fueran y quedar sola con el señor Kagaya y explicarle toda la situación del novio, me miró con cara de estar loca, pero solo se rió y me dejó ir, volvía a trabajar, estaban los pasillos desiertos por qué todos estaban en clases, y desbloquee el número de Iguro
Cuando ya estaba en el taller trabajando sin mi hyottokko me llegó un mensaje
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Y tuve una sonrisa por el resto de la tarde
. . .
Tenía algunas muestras listas, balas con el centro hueco para meter algunas cosas, así que las puse en una cajita y fui en busca del hermano de Sanemi, estaba en el gimnasio con los estudiantes de último año y algunos pilares, Iguro me miró con una sonrisa
-hola -dije cuando ya estaba cerca- ¿Quién es Genya shinazugawa?- un chico alto y que se puso rojo levantó la mano- ¿Podemos hablar?
-claro
Se acercó a mí y fuimos a una mesa, abrí la cajita y él miró las balas, le empecé a explicar y se relajó un poco, estaba fascinado mirando las diferentes balas.
-¡Rengoku! ¿Dónde te habías metido? -escuché decir a Uzui- hola Kiriya, joven Haganezuka
Me giré rápidamente y creo que me estoy volviendo loca, por qué Rengoku venía con mi amigo Kiriya y el joven Haganezuka…
La cara de Iguro cambió inmediatamente cuando el hijo de Haganezuka se acercó mucho a mi, yo dí un paso atrás
-hola -me dijo una voz profunda detrás de esa máscara
