capitulo 25

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Ver el pueblo, las casas y todo destruido hizo que me doliera el corazón, este siempre ha sido mi hogar y ahora está reducido a nada, todo estaba tan silencioso que pegué un salto cuando mi celular sonó

Iguro me estaba llamando, corté.
solo alcancé a dar unos par de pasos cuando me vuelve a llamar, volví a cortar y decidí apagarlo, y fui directo a la que era mi casa

Lloré al verla casi destruida y entré dejando el bolso en el suelo e ir a recolectar algunas cosas.

guardé alguna ropa de papá, mía, unas armas que teníamos por la casa, mis wakizashi que papá me hizo a los 7 años (katanas más pequeñas) y lo más importante, la única fotografía que había de mamá y papá cuando se conocieron, por suerte había sobrevivido.

salí de la casa y me quedé en la puerta, tenía un nudo en la garganta ,pero tenía que dejar todo e ir a…

la piel se me erizó al sentir la presencia de un demonio tan fuerte por primera vez, miré colina abajo y vi a alguien de pie mirándome, debo admitir que nunca antes había visto o me había enfrentado a un demonio, ni siquiera de bajo rango, pero papá siempre me había entrenado para este dia, y no lo iba a defraudar.

dejé el bolso lleno de cosas en el suelo, despues podria volver por él, tomé una mochila vacía, me la puse en la espalda y luego revisé las dagas que tenía en los muslos, en el torso y en los brazos, el arma en mi cintura y acomodé mis wakizashi antes de caminar en dirección de ese bastardo que me estaba mirando, él se adentró al bosque tranquilamente, lo seguí

¿tuve miedo? por supuesto, tampoco soy estúpida, mis sentidos estaban totalmente alerta, trataba de escuchar hasta el ruido más mínimo que pudiera sentir, mi corazón se quería salir del pecho, pero por fuera, pareciera que estaba dando un simple paseo de campo

unos minutos más caminando en dirección a la bodega, aunque me desvié varios metros a la derecha, quería asegurarme que nadie más pudiera llegar ahí.

un ruido, un segundo y la cabeza del demonio que venia detras de mi estaba en el suelo separado de su cuerpo, mi respiración se volvió superficial por unos segundos pero me tranquilicé, era un demonio débil, porque nuevamente el que me estaba mirando se apareció a varios metros con los ojos puestos en mi

agaché la cabeza y seguí caminando, ya estaba acercándome al lugar, tenía que desviarme a la izquierda para encontrar el túnel que llevaba a nuestro sitio, pero con ese demonio ahí será imposible, estaba pensando en que podía hacer cuando…

x: no lo pienses tanto y guíame -escuché su voz, estaba cerca, pero… lo seguía viendo a lo lejos- vamos, que no tenemos todo el tiempo del mundo, linda señorita

miré rápidamente a mi lado, me encontré con un demonio que tenía apariencia de alguien joven, con dos cuernos, mientras sonreía sacó su lengua… “placer”

traté de sacar una daga para insertarla en su cabeza, pero el muy idiota fue mucho mas rapido que yo y con su abanico biwa me lanzó a varios metros, y aunque la caida dolió, lo agardecí por que me acercó a mi destino

-idiota -dijé con voz adolorida y me puse de pie para poder correr

sentía varias voces detrás de mí, por arriba apareció volando un gran pájaro pero no quise detenerme para averiguar quién era, el dolor de mi brazo se hizo agudo y miré, me estaba corriendo sangre, así que decidí subir a un árbol para tratar de esconderme y ver que tan grave era la herida.

me senté en una rama lo bastante gruesa para que soportara mi peso, y agradecí que los árboles aún tuvieran hojas y me pudieran tapar, contuve la respiración cuando los escuché pasar por debajo

-¡por qué mierda no la mataste de inmediato Karaku! -gritó uno demasiado molesto

-por qué la necesitamos, lo sabes Sekido -dijo el mismo que me había hablado- ella es la única que sabe dónde está…

-¿seguro que sabe? -el demonio pájaro llegó donde ellos- ella no estaba acá el día del ataque-

-tiene que saber Urogi, o si no será nuestro fin -dijo el último de ellos que estaba presente

-no te pongas a lamentar Aizetsu -dijo el demonio de alas quien las abrió- mejor encontremos a esa niña y empecemos la fiesta con ella -y pasó a tan pocos metros de mí que pensé que me había visto, pero se fue en otra dirección al igual que los demás.

Esperé unos minutos antes de volver a respirar de verdad y miré mi brazo, tenía una herida, pero nada tan grave como para no seguir, así que me saqué la chaqueta, la rompí y envolví mi brazo, me bajé del árbol y continué lo más silenciosa que pude.

encontré la entrada de nuestra bodega, a los pies de una montaña, cubierta de rocas, tierra y ramas, hice un poco de ruido al sacar todo pero no me podía detener, cuando hubo un agujero lo bastante grande como para entrar me detuve y pasé, recorrí el túnel oscuro y con varias desviaciones pero me sabía el camino de memoria, así que llegué rápidamente a la puerta, puse la clave y entré.

Estaba todo tal y como lo recordaba, habían cosas personales, recuerdos de ambos, habían armas que requieren cierta mantención pero nunca lo hicimos por falta de tiempo, estaba todo en su sitio, todo menos una katana encima de la mesa…

¿será esto lo que papá había protegido?

Me acerqué y la saqué de su funda, era una katana hermosa, negra, a los ojos de cualquier persona podría parecer nueva, pero yo podía ver las señales de mi padre trabajando en ella, estaba restaurada, y me podía dar cuenta que tenía muchos años… quizá miles.

de la funda se cayó un papelito, lo tomé y miré la letra de papá

“Entregar a Tanjiro Kamado”

Tanjiro… el chico de la academia que siempre ha tenido problemas con papá, cada vez que sale a una misión rompe su arma, pero no alcancé a reaccionar, por qué todo a mi alrededor empezó a temblar, estaban atacando la montaña que estaba encima de nuestra bodega, tomé algunas armas y las guardé en la mochila mientras el techo seguía desmoronandose, luego la katana, una fotografía mía y de mi padre y corrí, obviamente nos salí por el mismo agujero, si no que me desvíe a la izquierda y a lo lejos pude ver la salida del túnel que había escogido y salté al vacío.

El túnel daba a un lago, por todo el peso que traía encima me hundí varios metros, lo único que veía a través del agua era la luna resplandeciente.

Llegué a la orilla y tomé bien las cosas que tenía encima, tenía que volver si o si por las cosas que dejé en mi casa, pero no pude, me golpearon tan fuerte que escuché crujir mi costado, caí varios metros, la katana y la mochila lejos de mi

-vaya, pequeña escurridiza -el mismo demonio que se había acercado a mi antes, karaku- por fin te tengo -Traté de defenderme pero me volvió a golpear y se puso encima de mi- ¿Te parece si nos divertimos antes de acabar contigo?

Sonrió, me dieron escalofríos

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la hija del herrero -Iguro X T/NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora