Antiguo Imperio

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Si tu amor me lleva a
la muerte, ¿Qué harás para traerme a la vida?
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Antiguo imperio Goryeo...

La situación en el imperio se volvía cada vez más difícil para los ciudadanos involucrados en el comercio extranjero. El emperador mostraba cierto favoritismo únicamente hacia una persona que formaba parte de su círculo íntimo, este era el comerciante heredero extranjero Pranpriya Manobal. Este personaje era muy reconocido en la época, destacando por sus imponentes naves que contribuían al comercio marítimo en el imperio.

Manobal no solo gozaba de renombre en la alta sociedad, sino también entre las mujeres, quienes lo consideraban bello y sublime, como si fuera una fruta prohibida. Sus rasgos eran capaces de doblegar a cualquier ser, ya fuese humano o bestia. Sin embargo, poco sabían sobre el gran secreto que guardaba este individuo.

-Señor Manobal, debe permanecer firme, pero no mostrar hostilidad. La corte puede malinterpretar lo expresivo que es. -decía su sirviente de compañía mientras iban en el carruaje. -¿Me escucha, señorito?

-Por supuesto. -respondió sin interés mientras miraba por la ventana. -Pero me opondré siempre a la idea de establecerme de manera permanente aquí. No importa cuántos de ellos quieran mantenerme bajo su poder, eso no se les dará.

Hace tiempo, la corte imperial buscaba tener el dominio de la flota naval de Manobal, por eso promulgaban leyes que restringían sus actividades. La última ley que intentaron establecer exigía que cada comerciante extranjero con barcos ofreciera la mitad de estos al imperio para su uso personal. Afortunadamente, todos los comerciantes se unieron para oponerse y la ley fue anulada, evitando así un gran problema. Era un secreto a voces que leyes como esa eran creadas con el propósito de someter a Manobal, dada la influencia que tenía en toda Asia y su gran flota de 40 barcos que recorrían la región. Si lograban someter a Manobal, dominarían gran parte del mar.

Al llegar al gran palacio, fueron rápidamente guiados a la sala del emperador, donde estaban todos los miembros de la corte imperial. Al entrar a la gran sala, se percibió de inmediato un ambiente un tanto incómodo y hostil. Ubicándose en sus asientos, todos esperaron en silencio al emperador.

-El emperador Wang está entrando en la sala. -comunicó uno de los sirvientes. Todos se levantaron e hicieron una reverencia.

-Gracias por la espera. -dijo el monarca, y todos se sentaron. -¿Cuál es el tema a tratar hoy?

El principal consejero de la corte se levantó y comenzó a expresar el motivo de la inesperada reunión.

-Gracias a todos por asistir hoy. Se les ha convocado para tratar una situación que está alarmando al palacio. -habló el concejal expresando su descontento. -Señor Manobal. -dijo mirándolo fijamente. -Es bien sabido que en los últimos 8 años usted ha contribuido significativamente al crecimiento económico mediante sus flotas. Pero nos preocupa depender tanto de usted. Si llegara en un futuro a inmigrar, nuestro comercio se vería arruinado.

Rápidamente, Pranpriya entendió la situación. De todos los comerciantes extranjeros, fue el único al que llamaron. Parecía que la corte ya se tomaba la situación de manera personal.

-Queremos asegurarnos de que se establezca en esta región. -dijo sin tapujos el sujeto. -Usted lleva viviendo 8 años aquí sirviendo al imperio; debería unificar nuestra alianza. Ya no lo consideraremos como extranjero.

Los ancianos de la corte susurraban en afirmación de esto, alborotando la sala.

-¡Silencio! -ordenó el emperador queriendo escuchar cómo se defendía esta vez. -¿Manobal?

Luna de sangre - Lisoo/ ChaennieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora