Acepto...

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"Los viejos recuerdos nunca desaparecen, nuestro interior siempre los recordará."
-S
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De camino al hotel...

Después del after party de Chanel, la castaña decidió retirarse a su hotel, estaba mental y físicamente agotada. Mientras miraba por la ventana, notó que el vehículo estaba tomando otra dirección. Jennie analizó la situación, manteniendo la calma. Alisson no estaba con ella y el conductor no era su chofer habitual. Si era un secuestro, estaba en serios problemas. Con su celular, activó una alerta para que su asistente pudiera rastrear su ubicación. No podía llamar a la policía, eso sería un error.

Después de 20 minutos, llegaron a un muelle que, según el letrero en la entrada, era el Muelle de Orsay. Dedujo rápidamente que estaban cerca del río Sena. Ella, siendo lista y calculadora, esperó el momento preciso para intentar escapar.

-Por aquí, joven ama. -dijo uno de los guardaespaldas, abriéndole la puerta y guiándola hacia un magnífico yate.

Al ver lo familiar que era este, Jennie ya intuía de qué se trataba, así que guardó silencio y cooperó descartando su plan de huir. Siguió a los guardias hasta embarcar y, al caminar hacia la popa del yate, su mirada se tornó sombría al ver a sus progenitores sentados en una mesa, esperando para cenar.

-No puede ser... -murmuró para sí misma.

Ver a su madre siendo cómplice de su padre le hirvió la sangre, haciendo que sus ojos se tornaran rojos.

-No te quedes ahí. Ven siéntate, cariño. -dijo su padre con afecto, olvidando la acalorada pelea que tuvieron la última vez que se vieron.

Apretando la mandíbula, Jennie obedeció. No tenía muchas opciones para elegir. Una vez sentada, bajó la mirada mientras jugaba con sus dedos debajo de la mesa. Su molestia era palpable.

Sus padres la miraban atentamente, analizando cada uno de sus movimientos.

-¿Estás bien, cariño? ¿Estás comiendo bien? -preguntó el mayor, tratando de aliviar la tensión. Jennie respondió con un silencio frío e indiferente.

Su madre solo suspiró al ver la actitud indiferente de la menor.

-Jennie... -llamó su padre, y ella lo miró con una mirada profunda. -La razón por la que te traje aquí fue para disculparme. Cariño, lo siento no quise herirt-...

-Solo dime qué quieres, para terminar con esto de una vez. -cortó la castaña con dureza.

-Cielito... -el mayor sentía dolor y tristeza. Se había ganado todo el odio de la menor.

Su madre se mantuvo al margen. Por más que le molestara esta escena, sabía que debía enfrentar esta situación. Ya no podía seguir huyendo.

-Me obligaste a venir aquí. -habló Jennie con una sonrisa amarga. -Es imposible que no quieras nada de mí.

-Eso cierto. Te diré la verdad. -intervino su madre con la paciencia en cero. -Tú padre quiere que seas su sucesora.

Su madre había soltado la bomba, y la castaña se quedó estática, buscando alguna señal de que esto fuera una mal chiste.

-Solo tú decides si tomarla o no. -habló seriamente la mayor.

Jennie frunció el ceño, incrédula. Su padre quería que ella fuera la cabeza de la familia, aun después de haber renunciado a todos sus lazos con el clan.

-¿Qué pasa si no acepto? -preguntó la menor, dudando de la jugosa oferta.

El monarca se removió incómodo por esa pregunta.

Luna de sangre - Lisoo/ ChaennieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora