Una semana después...

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"Vivieron felices para siempre"
Pero, ¿Quién dijo que juntas?
- M 👣
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La desaparición de las demás miembros era preocupante para Jennie. Antes de dejar París, la castaña intentó localizar a Lisa, pero la tailandesa nunca apareció. Lo mismo pasó con Jisoo; la pelinegra ni siquiera contestaba sus llamadas después de su discusión. Con Rosé era aún peor, como si la rubia nunca hubiera existido.

Después de pasar los peores días de su vida en París, Jennie decidió regresar a Seúl lo antes posible. Tenía la esperanza de al menos ver a cierta rubia si iba a su apartamento. Necesitaba disculparse y explicarle todo lo ocurrido antes de que las ideas erróneas las separaran aún más.

Mientras su chofer conducía, Jennie observaba por la ventana con la mirada perdida. La ciudad de Seúl se desdibujaba ante sus ojos, al recordar la dolorosa pelea que había tenido con la rubia.

- Llegamos, joven ama. -anunció uno de sus guardaespaldas al abrir la puerta del coche.

Jennie, en silencio, tomó su mano para ayudarse a salir. Al estar afuera, tragó en seco al mirar la imponente torre donde vivía Rosé. Después de unos segundos, decidió retomar su camino. Se abrió paso por el lobby con sus escoltas y algunos residentes se quedaron mirándola; su aura emanaba superioridad. Subió al ascensor hasta llegar al piso indicado. Al salir, caminó por los pasillos hasta llegar a la puerta de la menor.

Dudó si tocar el timbre o entrar a la fuerza; sabía bien el código. Decidió que la segunda opción era lo ideal, ya que imaginaba que Rosé no le abriría. Respirando hondo, insertó el código... 112161. Era el cumpleaños de ambas combinado.

Error, la puerta pitó.

- ¿Error? -Jennie frunció el ceño, sin querer creerlo. Lo introdujo de nuevo y ocurrió lo mismo. Si ponía el código mal 3 veces, la puerta se bloquearía.

- ¿Cómo puede ser incorrecto? -susurró entre dientes, indignada. Tocó el timbre con desesperación sin recibir respuesta alguna. -¡CARAJO! No puede ser...

Rosé había cambiado el código de acceso, lo que frustró aún más a la castaña. Se giró hacia sus hombres y ellos la miraron con temor.

- Mi señora, creo que no hay nadie en estos momentos. -habló con nerviosismo uno de sus escoltas.

- Ya me di cuenta, cerebrito. -devolvió con sarcasmo. -Quiero que abran la puerta. No hacerlo, no es una opción. -habló enojada, apretando la mandíbula.

- ¿Qué pasará después? -preguntó su manager de confianza, que se encargaba de ayudarla mientras Alisson hacía algunos pendientes en otro lugar.

- Jaemin Oppa... quiero que vacíen su apartamento y lleven todo a la casa. -ordenó fríamente, retirándose de allí, hasta que detuvo sus pasos. -Algo más, pon esta basura a la venta lo antes posible y averigua dónde se esconde ella. -finalizó abandonando el lugar.

Jennie caminó de vuelta al ascensor, sus pensamientos arremolinándose en su mente. Si Rosé quería alejarla, eso no iba a suceder. No se iría tan fácil sin luchar hasta lo último. La castaña sabía que había cometido errores, pero también sabía que haría todo lo posible por enmendarlos. La batalla por el amor de Rosé apenas comenzaba, y Jennie no estaba dispuesta a perder.

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En la isla JeJu

Encerrada a oscuras, Jisoo estaba arropada de pies a cabeza. Era como si su cuerpo se hundiera cada vez más en el colchón. Creía que si dormía su mente se despejaría un poco, pero eso nunca ocurrió. Sus malos pensamientos se multiplicaron y ni siquiera tenía fuerza física o mental para escapar de allí.

Luna de sangre - Lisoo/ ChaennieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora