Capítulo 9: No me dejes.

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Hoy he visto el amanecer, respiro el aire fresco de la mañana mientras acepto el destino que me ha tocado vivir, yo misma he provocado esto al enamorarme de alguien cuyos sentimientos son como una montaña rusa. Aunque poco a poco lo he ido conociendo, muchas veces reconozco lo que significa cada una de sus miradas, el secreto detrás de sus palabras, muy dentro de él siente algo por mí. Pero no lo acepta, sé lo niega a sí mismo, y ese es mi mayor enemigo, su terquedad, su oscuridad sin sentido que lo absorve.


Viajo por mis pensamos sin sentir que tocan a la puerta, reacciono aunque no contesto, honestamente no me importa quien esté del otro lado, porque puedo asegurar que no es él. Vuelven a tocar insistentemente, sin ánimo procedo a abrir, no quiero que la hechen abajo.


-Buenos días señorita.


-Buenos días Constantin. -su cara de "pobre chica" lo dice todo, ya deben de saber lo que sucedió anoche entre nosotros.


-El señor la espera para desayunar, por favor baje, con su permiso -se retira.


Sin quedarme otra opción bajo en dirección al jardín, camino sin prisa, de lejos puedo observarlo de otra manera, sin que me hiera con sus palabras o acciones.


-Buenos días -me siento antes de que me lo ordene, actúo de manera normal, puedo sentir su vista enfocada en mí, pero no lo miro, me sirvo jugo y lo bebo.


-¿Dormiste bien? -su pregunta hipócrita hace que casi me ahogue con el jugo, tapo mi boca con la servilleta pero no le respondo.- ¿Ya no quieres hablarme? -esta vez nuestras ángulo de visión coincide uno con el otro.


-¿Qué podría decirte? No logro comprender aún por qué estoy aquí, me hieres y me maltratas, juegas con mis sentimientos, me llevas a tí y luego me empujas. ¿Qué tratas de hacer? -sueno a enojo, porque realmente estoy molesta y mucho. Su cara de descaro que me exaspera y sonríe mientras bebe su café.- Te es gracioso, ¿verdad? ¡Sí te es gracioso! -sonrío asombrada- Mi vida es solo una broma para tí.


-No puedo decirte lo que sé que quieres escuchar, no lo esperes, jamás lo diré. Dejando de lado el tema de adolescente. -pone su tasa en el platillo- Mandé a buscarte el vestido que te pondrás esta noche, un estilista vendrá para arreglarte, quiero que te veas bien. Saldremos temprano. -mira su reloj- ¿Alguna duda? -sus ojos marrones me enfocan.


-Ninguna -mi mirada llena de amor lo embiste, pero él la esquiva.


-Nos vemos más tarde. -se levanta y se marcha, me quedo mirándolo estupefacta mientras se aleja, trae un traje completamente negro, su manera de caminar tan altiva me enloquece.


-¡No puedo! Aunque no quiera, todo su ser me tiene enamorada, aunque trate de sacarlo de mí es algo imposible. Ahora resulta que hablo sola -sonrío- Me está volviendo loca, pero es que -llevo mi mano a mi frente- ¿Cómo puede ser tan atractivamente guapo? Y si no lo es, mi cerebro y mí corazón lo ven así. -reacciono, trato de desayunar, pero apenas me baja lo que como, es un nudo en mi estómago que no me deja vivir.


Dejo la servilleta de lado y me levanto, necesito distraerme, miro hacia el final del jardín, hay una pequeña casa, un modelo curioso, tiene paredes de cristal oscuro y un pasillo que lleva hasta ella. Nunca me había fijado, es que cuando estoy con él no me importa nada más, me cercioro de que no halla nadie a mi alrededor, y voy a hecharle un vistazo, abro la puerta y entro.


-¡Guao! -exclamo al ver lo linda que es - Es un espacio para pintar -hay varios cuadros tapados, me acerco a uno que está en el centro y le quito la tela que lo cubre. Estoy atónita, es la pintura de una mujer, pero le falta el resto de la cara, solo tiene los ojos, una mirada que me parece muy conocida, ¿acaso es la mía? De pronto siento como una mano me agarra el hombro. Me pongo pálida y mi cuerpo se enfría, volteo lentamente, pero me vuelve el alma otra vez al cuerpo

Bajo la sombra de tu amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora