Me despierto con la cabeza hecha una mierda, un poco desorientado por el golpe que me dieron para dejarme inconsciente , respiro despacio para ubicarme, estoy sentado en una silla con mis manos y pies atados. Tengo una maldita capucha en mi cabeza, y apenas escucho la voz de los hijos de perra que me mantienen cautivo, pero me quedo en silencio, oigo unos pasos que se acercan.
—¿Donde está el cargamento de los rusos? —una voz distorsionada me interroga.
—No sé de que hablas. —un puño me golpea, siento como hiere mi labio.
—Rectifico ¿Donde habéis escondido el cargamento de armas de los hermanos Petrov? —sonrío.
—Deja toda esta mierda Jinno, reconocería tu estúpida forma de trabajar aunque me arranquen los ojos. —dejan aun lado el teatro y me quitan la estupida tela que me mantenía asfixiado, al fin lo miro a la cara, siempre ha sido un dolor de culo, es un inadaptado tratando de afiliarse a cualquier grupo delictivo que lo contrate para hacer el trabajo sucio.
—Gabriel Donatti, tan arrogante como siempre.
—No puedo decir lo mismo de tí —me acomodo y paso la lengua por mi labio herido— No tienes ninguna cualidad de la cuál presumir, eres el típico perdedor de siempre. —cierra su puño y me da dos puñetazos más, uno en la boca y el otro en las costillas. —ni chisteo, no les voy a dar el gusto de mi dolor.
—Pegas como una puta —escupo la sangre que tengo en la boca por el golpe.— ¿Quién te envía? ¿Marcelo? ¿Enzzo?.
—Tu dame lo que quiero y te soltaremos, no estás atado a sus estúpidas reglas, todos sabemos que aún no has hecho la iniciación. Venga, es más fácil de lo que crees. —mientras él trata de venderme su negociación barata cuento discretamente cuantos hombres están a mi alrededor, que arma está más cerca de mí y trato de coger uno de mis gemelo hábilmente preparado para ocasiones como esta.— Veo que no ye importaría morir.
—Interrogame todo lo que quieras. —lo miro sin importarme su papel de matón— Si muero, desatarás un infierno personal y lo sabes, tarde o temprano los que te contrataron te delatarán con tal de mantener la paz en los negocios.
—Sabía que eras un hueso duro se roer, por eso no te traje solo a tí. —me sorprendo un poco con su insinuación, temo por Ana, mi mente me traiciona y mis nervios se ven alterados.— Tu querida esposa está en el otro lado del almacén, creo que si la presionamos, o más bien, si la hacemos sangrar tú te podrías poner colaborativo. —tengo ganas de sonreír, no podría importarme menos Rosella, pero no soy un cabrón como para desearle la muerte o que la lastimaran, por muy sucia que tenga la boca, es una mujer, débil y frágil.
—Déjala en paz, te lo advierto, harás que me enfade y sabes de lo que soy capaz.
—Creo que unos gritos te harán pensártelo mejor, así dejas un poco esa postura—se retira llevándose a los hombres que vinieron con él.
—¡Si la tocas, lo vas a pagar ! —pongo en marcha mi plan de escape, lentamente, voy cortando la soga, por suerte a estos tipos les falta cerebro.
Una vez que corto la cuerda la mantengo aguantada para que no se den cuenta, analizo bien cuál es el más estúpido para acercarse lo suficiente.
—¡Eh tú! —los cinco me miran, pero específico a uno de ellos con la mirada— Acércate un momento, hay algo que necesito que le lleves a Jinno, está en mi pantalón.
Creí que no iba a caer, pero mi intuición no me falla, se acercó a mí dándome la facilidad para rodearle su cuello con la cuerda y cojerlo como escudo. Los demás lo agujerean, tomo su pistola y realizo tiros limpios y presisos deshaciéndome de los demás. Empujo el cuerpo a un lado, me quito el saco y cojo las municiones que pueda. La caballería estaba por llegar, me escondo tras la puerta y al primero que cruza le vuelo los sesos, detrás vienen dos más pero no les doy tiempo de pensar. No se cuántos estén en la instalación, debo de apurarme, me escabullo entre los estantes que están antes de llegar a la habitación donde al parecer tienen a Rosella, disparo a todo lo que mueve, me abro paso hasta llegar a Jinno, quién apunta a Rosella a la cabeza.
—Si te mueves la mato. —está nervioso, las personas en su estado suelen cometer errores.
—Déjala ir, te lo aconsejo, te prometo que vivirás.
—Aparta de la puerta, saldré con ella, pronto vendrán más hombres y estarás jodido. —en eso coincido, si no me apresuro me van a acribillar a balazos.— Dime lo que quiero saber y la dejaré ir.
—Dícelo Gabriel, hazlo, solo será una pérdida insignificante. —Rosella solo habla estupideces, quiere ser aspirante a mafiosa y no sabe lo que está diciendo. — Yo tengo una idea de dónde puede estar, solo déjanos ir.
—Chica lista, ves Gabriel, nunca confíes en las mujeres.
—Jamás he confiado en ella, lo siento Rosella, pero eso es algo que no puedes hacer, esto es un sacrificio, no lo tomes personal. —le disparo a ella en el hombro y justo en el pecho a Jinno quién quedaba detrás. Problema resuelto, cargo a Rosella, la llevo a uno de los autos y salgo a toda prisa del lugar.
—Eres un maldito. —me dice mientras se desangra— Querías matarme. —me mira con odio, pero realmente no me importa.
—Te dije que no es personal, no podía dejar que dieras esa información, te quiero lejos de mi vida, pero no muerta. Ahora cállate y guarda fuerzas, la necesitarás.
Gabriel Donatti
El señor Francesco Donatti se encontraba en su oficina contemplando las vistas, Alessandro entra un poco agitado, una mano en el bolsilo y la otra acariciando la visible barba que llevaba días sin rasurar.
—Padre, han habido novedades he hablado con mis hombres, Gabriel está en un almacén, lo tiene un tal Jinno. Espero tus órdenes.
—No harás nada, si hay alguien que puede resolver esos tipos de asuntos por sí solo es Gabriel.
—No creo que mi hijo sea capaz de manejar esto.
—Él es más de lo que aparenta o se dice ser, eres incluso incapaz de reconocer la valía de tu hijo, incapaz de mirar más allá de tus narices. Bueno para algunos asuntos e inservible como jefe, el hombre que no conozca hasta donde pueden llegar aquellos bajo su mando, no está capacitado para liderar.
—Padre, lo del acuerdo fue un error.
—Silencio, esto es tu culpa, aún estando a mi lado no eres capaz de ver tus defectos. Te dije que no podíamos negociar con los rusos, hay que saber cuando retirarse para luego contraatacar, por suerte no están en sus terrenos, los intermediarios que utilizan no nos llegan ni a los talones. Mueve el cargamento de lugar, pronto lo entregaremos, después de que Gabriel regrese, asegurate de hacer valer mi ley.
—Esperemos que el regrese en una sola pieza.
—Lo hará, es sangre de mi sangre, vete, prepara lo que te he mandado.— Alessandro se retira mientras que Franceso espera que Gabriel le demuestre una vez más de lo que está hecho.Nota: Si les ha ido gustando la historia no olviden de dejar su voto ⭐ y su opinión en los comentarios 🤗
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Bajo la sombra de tu amor
Storie d'amoreUna chica conocerá por accidente al hijo de un importante mafioso, el quedará prendido de su belleza e inocencia. Ella se enamorará del monstruo que la mantiene cautiva y empezará a comprender al hombre que tiene un diamante como corazón. Ambos trat...